Comparación con otra posición filosófica.

Clasificado en Filosofía y ética

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Comparación con otra posición filosófica.
La temática del texto que estamos comentando escrito por Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, se presta a ser comparada con la posición filosófica de San Agustin de hipona. Ambos son pensadores cristianos y coinciden en la idea de la creación desde la nada (creation ex nihilo). Para todo cristiano, Dios es el creador de todo lo que existe desde la nada por pura bondad. De esta idea se deducen otros dos presupuestos cristianos como son la progresión lineal del tiempo (existe un principio), la idea de que Dios es un ser verdadero, eterno, bueno en su totalidad y perfecto. Y por último que todos los humanos somos iguales, en tanto que somos hijos de Dios. A partir de estos presupuestos, los dos pensadores se separan porque Agustín está influenciado por el neoplatonismo y Santo Tomás es más aristotélico, y por tanto más realista. Al tratar el tema del hombre y el alma ambos coinciden en que el hombre está formado por cuerpo y alma pero se separan a la hora de entender esa unidad. Para San Agustín el alma es un ente espiritual, formado por algo distinto a lo que está formado el cuerpo y que puede alcanzar a verdad, puesto que es superior al cuerpo, prescindiendo de los sentidos. Para Santo Tomás el alma es la forma del cuerpo, y el cuerpo es la materia, tal y como apareció en la teoría hilemórfica de Aristóteles. Por eso, el alma, que es superior al cuerpo, es capaz de conocer verdades pero siempre a partir de los sentidos y desarrollando posteriormente un proceso de abstracción. También ambos coinciden en la creencia de la inmortalidad del alma. Pero en este caso la separación entre ambos tiene lugar porque San Agustín aporta una prueba sobre la inmortalidad del alma. Según este filósofo las verdades existen y son inmutables (idea platónica) pero deben existir en un sujeto(idea aristotélica).Por esto si las verdades 
existen para siempre, el sujeto que las posee también lo hace, y este es el alma. En cambio Santo Tomás dirá que aunque cuerpo y alma sean una misma cosa, al desaparecer el cuerpo con la muerte, el alma no puede corromperse porque es inmortal.


Comparación con otra posición filosófica.
La temática del texto que estamos comentando escrito por Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, se presta a ser comparada con la posición filosófica de San Agustin de hipona. Ambos son pensadores cristianos y coinciden en la idea de la creación desde la nada (creation ex nihilo). Para todo cristiano, Dios es el creador de todo lo que existe desde la nada por pura bondad. De esta idea se deducen otros dos presupuestos cristianos como son la progresión lineal del tiempo (existe un principio), la idea de que Dios es un ser verdadero, eterno, bueno en su totalidad y perfecto. Y por último que todos los humanos somos iguales, en tanto que somos hijos de Dios. A partir de estos presupuestos, los dos pensadores se separan porque Agustín está influenciado por el neoplatonismo y Santo Tomás es más aristotélico, y por tanto más realista. Al tratar el tema del hombre y el alma ambos coinciden en que el hombre está formado por cuerpo y alma pero se separan a la hora de entender esa unidad. Para San Agustín el alma es un ente espiritual, formado por algo distinto a lo que está formado el cuerpo y que puede alcanzar a verdad, puesto que es superior al cuerpo, prescindiendo de los sentidos. Para Santo Tomás el alma es la forma del cuerpo, y el cuerpo es la materia, tal y como apareció en la teoría hilemórfica de Aristóteles. Por eso, el alma, que es superior al cuerpo, es capaz de conocer verdades pero siempre a partir de los sentidos y desarrollando posteriormente un proceso de abstracción. También ambos coinciden en la creencia de la inmortalidad del alma. Pero en este caso la separación entre ambos tiene lugar porque San Agustín aporta una prueba sobre la inmortalidad del alma. Según este filósofo las verdades existen y son inmutables (idea platónica) pero deben existir en un sujeto(idea aristotélica).Por esto si las verdades 
existen para siempre, el sujeto que las posee también lo hace, y este es el alma. En cambio Santo Tomás dirá que aunque cuerpo y alma sean una misma cosa, al desaparecer el cuerpo con la muerte, el alma no puede corromperse porque es inmortal.

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