El origen de la ciencia. Filosofia 1 bachillerato

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Progreso y limites de la ciencia

 Los problemas que hemos visto sobre el método científico ponen en tela de juicio el cientifismo ingenuo que considera la ciencia el logro más perfecto de la racionalidad humana. Esta postura estima garantizado un avance indefinido y un progreso científico sin límites. Además, juzga los principios científicos como dogmas incuestionables, en lugar de teorías útiles y eficaces, pero probables y provisionales.

 Analicemos dos de las posturas más relevantes ante esta cuestión:

 -Karl Popper: el progreso continúo de la ciencia. Para los falsacionistas, como Popper, no se puede considerar verdadera ninguna teoría, pues en el futuro podría ser falsada. Sin embargo, la ciencia progresa por que cada nueva teoría se acerca más a la verdad. Cuando una teoría sustituye a otra que ha sido falsada y rechazada, la consideraremos mejor que la anterior, porque es más explicativa, tiene menos problemas y, por tanto, está más cerca de la verdad. Pera Popper, falsar una teoría no es algo negativo, pues conocer las deficiencias y los problemas que tiene nos ayuda a formular otra mejor. Así, aprendemos de nuestros errores, lo cual garantiza un progreso continuo hacía la verdad. Aunque ésta, de hecho, sea inalcanzable.

 -Thomas Kuhn: las revoluciones científicas. Este filósofo, profundo conocedor de la historia de la ciencia, ha criticado la versión continuista y progresista de los falsacionistas. Si se analiza el desarrollo histórico de la ciencia, uno se da cuenta de que las teorías falsadas no suelen ser abandonadas y sustituidas por otras mejores, como afirmaba Popper. En el paradigma científico de un momento concreto, se dan numerosas anomalías que no hacen que esa teoría se abandone. Sin embargo, cuando se dan determinadas condiciones especiales, estas anomalías pueden producir una crisis que conduzca a una revolución científica; es decir, pueden provocar la sustitución total de un paradigma en crisis por uno nuevo. Así ocurrió en le siglo XVI con la revolución copernicana. Sin embargo, no hay que interpretar el cambio revolucionario como un progreso, pues no existen razones lógicas para considerar un paradigma mejor que otro: son formas distintas e incomparables de concebir la realidad.

 Después de lo que hemos visto, queda claro que es necesario rechazar el cientifismo ingenuo que pronostica un progreso ilimitado de la ciencia. Sin embargo, tampoco podemos caer en un relativismo o escepticismo exagerado que cuestione todos los descubrimientos científicos. Ciertamente los tests y pruebas a los que se someten las hipótesis científicas convierten a la ciencia en la única alternativa que ofrece una explicación razonable de los fenómenos naturales y humanos. Por tanto, hemos de tender a un justo punto medio entre el optimismo ingenuo y el pesimismo derrotista, y la mejor forma para ello es mantener una actitud crítica y humilde ante la ciencia.

 El método científico

La finalidad de la actividad científica es producir un conocimiento seguro y fiable de la realidad, ¿pero que garantiza su fiabilidad?, ¿es realmente tan fiable?

 Cuanto más especializada es una ciencia, más distancia existe entre el lenguaje que esta emplea y el lenguaje común. La ciencia crea un lenguaje artificial para garantizar la objetividad y precisión de sus conceptos, leyes y teorías:

 -Conceptos. Son los términos específicos de cada ciencia.

 -Leyes. Son los enunciados básicos del conocimiento científico caracterizados por usar conceptos que han sido definidos previamente de forma precisa y determinar de forma universal una regularidad de la naturaleza, es decir, de explicar todos los fenómenos de esa misma clase.

 -Teorías. Como la ciencia pretende explicar ámbitos de la realidad lo más amplios posible, las leyes científicas se interconectan entre sí, formando sistemas compactos coherentes y sistemáticos denominados teorías científicas.

Método significa camino. Un método es un procedimiento más o menos fijo y estable, compuesto de varios pasos o reglas que permiten alcanzar un fin. Desde siempre ha habido diversas concepciones acerca del método usado por los científicos.



Método deductivo 

Consiste en extraer a partir de datos generales, una conclusión particular. La validez de este método es incuestionable, como la conclusión ya está implícitamente en los datos de partida, si éstos son ciertos, la conclusión también lo será. No obstante, este método presenta un problema: que solo es factible en las ciencias formales.

Método inductivo

Consiste en extraer una conclusión general a partir de datos particulares. Tras haber observado lo que ocurre en un gran número de casos, consideramos que eso mismo ocurrirá siempre para todos aquellos del mismo tipo. Es una forma de generalización (pasar de lo concreto a lo general).

 Tiene una gran ventaja: proporciona principios o leyes aplicables a todos los acontecimientos del mismo tipo. Sin embargo, presenta serios problemas:

 1. Es cuestionable que, realmente, el proceder científico empiece por la observación neutra; más bien parece que los científicos recurren a la observación con una intención concreta, con una idea preconcebida de lo que están buscando.

 2. También es cuestionable la validez o fiabilidad de los principios alcanzados. Por muchos casos que hayamos comprobado y por muy bien seleccionados que estén, nada nos asegura que todos los demás sean del mismo tipo y, menos aún, que los casos futuros vayan a seguir también la misma pauta. Este método no proporciona seguridad sino probabilidad.

Formulación, contrastación y confirmación de hipótesis.

a) Formulación de hipótesis: Una hipótesis es una suposición acerca de lo que ocurre en el mundo y sus causas; sin embargo, el método no establece cómo surge una hipótesis, cómo se le ocurre al científico. No parece descabellado afirmar que en la formulación de hipótesis entran en juego factores que pueden parecer poco científicos: la imaginación, la invención, la suerte, la casualidad...

Algunos pensadores, como Paul Feyerabend, extienden la influencia de la imaginación a todo el proceso científico. Los revolucionarios descubrimientos de la ciencia moderna son posibles gracias a la libertad y la espontaneidad de que hacen gala los científicos. Es más, constreñir su actividad a una serie de pasos fijos convertiría la ciencia en algo dogmático y estéril. Y es que, para Feyerabend, es una ilusión pensar que los descubrimientos científicos son fruto de un método especial.

b) Contrastación y confirmación de hipótesis: Aunque la formulación de hipótesis suponga cierta dosis de imaginación y suerte, para que la explicación sugerida se acepte debe ser comprobada con el máximo rigor científico. Sin embargo, la contrastación de hipótesis en el método hipotético-deductivo es tan problemática como lo era en el método inductivo: ¿cuántos casos debemos comprobar para admitir una hipótesis como cierta?

El filósofo Karl Popper propuso la falsación como respuesta a esta pregunta y como alternativa al a verificación.

-Verificación: Consiste en la comprobación de la verdad de una hipótesis. Para ello, se observa si lo que afirma la hipótesis ocurre en la realidad; de ser así, quedará confirmada por concordancia con los hechos. Sin embargo, el único modo de hacerlo es por inducción, y ya hemos visto que ésta sólo detona probabilidad, pues no puede descartarse que, en un futuro, aparezcan contraejemplos.

-Falsación: Fue propuesta por Karl Popper como alternativa a la problemática verificación. Consiste en poner a prueba la hipótesis buscando hechos que demuestren que es falsa. Mientras no se encuentran, la hipótesis se considera, provisionalmente, verdadera. En el momento en que se descubre un solo caso que se opone a la hipótesis, ésta queda falsada y, por tanto, es rechazada.

Cuando una hipótesis ha sido contrastada y no se ha podido falsar (no se ha encontrado ni un solo hecho que se le oponga), podemos considerar la hipótesis una ley científica y, por tanto, aceptarla provisionalmente (hasta que una nueva observación nos obligue a rechazarla).

Según el falsacionismo, las leyes científicas no se caracterizan por su carácter indudablemente verdadero, sino por el hecho de ser falsables o refutables; es decir, que de ellas es posible deducir predicciones arriesgadas que las expongan al error.

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