El patrimonio artistico español

Tema 1: El Patrimonio artístico español

Las expresiones “patrimonio histórico”, “patrimonio cultural” y “bienes culturales” se emplean indistintamente y con el valor de sinónimos para referirse a una misma realidad que son las manifestaciones y testimonios significativos de la civilización humana. Podría decirse que patrimonio artístico son los bienes artísticos son los bienes artísticos acumulados a lo largo del tiempo. La expresión de origen más reciente es la de “bienes culturales” que se está imponiendo sobre las demás. Antes se decía por ejemplo: objeto artístico, monumento… y actualmente se les llama bienes culturales e incluyen también el patrimonio archivístico documental y bibliográfico y además también se incluyen  las creaciones y aportaciones de la época presente. La primera vez que con carácter internacional se empleó la expresión “bienes culturales” fue en la Convención de la Haya en 1954. Esta Convención estaba dedicada a la protección de los bienes culturales en caso de guerra y patrocinada por la UNESCO.

Se habló también de la importancia que para todos los pueblos del mundo tenía la conservación del patrimonio cultural por lo cual se tomaron medidas con carácter internacional. Allí se dijo que los bienes culturales tienen una gran importancia a la cultura de los pueblos (religiosos seculares, seglares). También se habló de los campos arqueológicos y de las colecciones científicas, así como también de los archivos. También se habló de los edificios, cuyo destino principal era guardar, para conservar o bien exponer los bienes culturales muebles (cuadros, esculturas,…). Estos edificios son los museos, las bibliotecas, los archivos, y los refugios donde protegen los bienes culturales en caso de guerra. También son bienes culturales, aunque no puedan trasladarse, los centros monumentales de las ciudades (ej: El Convento de San Francisco, La Catedral, El Palacio arzobispal de Sevilla).

En la Convención celebrada en París en 1970, se elaboró una larga lista de bienes culturales y se aprobaron una serie de medidas para hacer imposible su exportación ilegal.

En España en 1926 se dieron una serie de medidas sobre el tesoro artístico español y se definió a este en el decreto Ley de este año como el Conjunto de bienes dignos de ser conservados para la nación por razones de arte y de cultura. La primera iniciativa que había habido en España que mostraba una preocupación por el patrimonio cultural en la fundación por el rey Fernando VII de la Real Academia de Nobles Artes que a partir de 1773 pasaría a denominarse en la academia de bellas artes de San Fernando. En esta academia se quería controlar los proyectos artísticos que se iban a ejecutar para acomodarlos a los principios estéticos de aquella institución.

En 1779 se dio una real Orden respecto a la consevación de obras del pasado y se prohibió la salida de España de obras artísticas sin autorización. Ej: pinturas, libros, manuscritos, esculturas.

En el siglo XIX, el rey Carlos IV publicó una instrucción sobre el modo de recoger y conservar los monumentos. Esta instrucción se incluyó en la nueva recopilación de 1803. En esta recopilación figaraba una larga y precisa relación de objetos a los que debían agregarse cualquier cosa reputada por antiguas (consideradas antiguas) como las romanas, visigodas, árabes, etc.

También se dieron normas para evitar la destrucción de cualquier edificios públicos que por su mérito artístico o valor histórico debiera considerarse como digno de ser conservado.

La actual legislación sobre patrimonio es de 1985. A partir de esta fecha,han sido muchos los bienes declarados patrimonio cultural de la humanidad. En este sentido, ha adquirido especial relevancia la declaración de ciudad, patrimonio de la humanidad. En este sentido, se celebró en Quebec en 1991 un coloquio internacional de ciudades, patrimonio de la humanidad. Bajo la protección de la UNESCO se creó una red de ciudades del patrimonio mundial.

En nuestro país en 1993, se creó una red de ciudades integrada por Ávila, Cáceres, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia y Toledo, a las que se unió en 1996, Córdoba y un poco más tarde, Granada.

Para lograr que una ciudad española obtenga tal denominación el actual misterio de educación y cultura, en colaboración con las administraciones de cultura de las Comunidades Autónomas, tiene que elevar una propuesta a la Unesco y dicho organismo, envía a una serie de inspectores para que den el informe preceptivo.