Español en el mundo

La prosa romántica es menos importante que la poesía o el teatro a pesar de que el auge del periodismo contribuyó de forma decisiva al desarrollo de la narrativa. Las formas principales en las que se manifiesta la prosa romántica son las siguientes: La novela histórica es una consecuencia del deseo romántico de evadirse del presente, por eso suelen ambientarse en la Edad Media. A este tipo pertenecen El doncel de don Enrique el Doliente de Mariano José de Larra y El señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco. El cuadro de costumbres. Son narraciones breves, publicadas en los periódicos, en las que se retrata el habla y las costumbres de personajes populares, de forma idealizada y pintoresca y con ciertos toques de humor. Los principales escritores costumbristas son: Ramón Mesonero Romanos: Escenas matritenses, y Serafín Estébanez Calderón: Escenas andaluzas. El folletín es un tipo de narración que se difunde por los periódicos o en entregas independientes. Presenta complicados conflictos sentimentales, con múltiples peripecias protagonizados por personajes-tipo El artículo periodístico. En ellos se expresan opiniones sobre temas y personajes de la actualidad. Entre todos destacan los de Mariano José de Larra, el mejor escritor de prosa del Romanticismo. Escribió más de doscientos artículos periodísticos, que firmó con diversos seudónimos, El pobrecito hablador, Fígaro etc. Sus artículos se suelen clasificar en tres grupos: Artículos de crítica literaria. Comentarios sobre diversas obras literarias, especialmente dramáticas. Aunque defiende los principios del Romanticismo, defiende sobre todo la libertad de creación. Artículos políticos, en ellos critica con dureza a los carlistas, partidarios del absolutismo, y a los gobiernos liberales de tendencia moderada. En ellos se presenta el Larra desengañado y desesperado de sus últimos años. Ejemplo de estos artículos son: Nadie pase sin hablar con el portero o El día de difuntos de 1836, en el que la ciudad es presentada como un inmenso cementerio. Artículos de costumbres. Son los que le han dado más fama. En ellos hace una sátira muy dura de la sociedad española, censura el atraso de España, la ignorancia, el falso orgullo, la mala educación, el deficiente funcionamiento de la Administración y los privilegios de la nobleza y de la Iglesia. Su propósito no es solo describir la sociedad sino intentar renovarla. Muy a menudo utiliza anécdotas para ejemplificar su tesis, llenas de ironía y sarcasmo, A veces expone sus teorías mediante digresiones morales o filosóficas . Entre sus artículos más conocidos se encuentran El castellano viejo, en donde critica la mala educación, Casarse pronto y mal, de carácter autobiográfico, Vuelva usted mañana, una sátira mordaz sobre el funcionamiento de la administración.