Funcionalismo

Clasificado en Filosofía y ética

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III. El Funcionalismo
El funcionalismo debe entenderse como un intento dentro de la Filosofía de la Mente por resolver los problemas relativos al reconocimiento y la clasificación de los estados mentales. El funcionalismo es una posición filosófica que se considera realista con respecto a los estados mentales, esto quiere decir que el funcionalismo está comprometido con la existencia de los estados mentales.
Los estados mentales se clasifican en términos del papel causal que tengan dentro de un agente y no tanto por su constitución físico-química. Para el funcionalismo lo que define al estado mental es el papel causal que juega dentro de la economía cognitiva de un sujeto. Para comprender qué es un estado mental debemos prestar atención a qué es lo que se deriva o qué consecuencias tiene para un sujeto tener ese estado mental.
Veamos cómo podemos analizar la siguiente situación:
La princesa Leila cree que Luke Sky Walker es un chico atractivo. Para comprender qué significa estar en el estado mental, o simplemente tener la creencia de que “Luke Sky Walker es un chico atractivo”, lo que debemos analizar es el papel que juega en su sistema de creencias el tener esa creencia en concreto. Digamos que tener esa creencia, junto a otras creencias como que L.S.W. no tiene compromisos con otras princesas, o que LSW pueda estar interesado en ella, junto con el deseo de... (otro estado mental -entre otras cosas - ) le llevan a considerar a L.S.W. como alguien que es candidato a engrosar la más o menos nutrida relación de novios interestelares, y por lo tanto, a actuar en consecuencia.
Sin embargo, esta situación cambia radicalmente cuando al conjunto de creencias de la Princesa Leila se le une una nueva e inesperada creencia: “Luke Sky Walker es hermano de la Princesa Leila”. Esta nueva creencia junto a la creencia de que una princesa no debe tener relaciones incestuosas con su hermano hacen que los deseos y la conducta de la Princesa leila cambien totalmente.
Este sencillo caso nos permite analizar los estados mentales en virtud del papel que juegan en nuestros sistemas de creencias y cómo actúan para generar nuevas creencias o para determinar un curso de acción.
Una premisa central de la doctrina funcionalista es que, dado que en la caracterización que se hacen de los estados mentales no intervienen las características físico-químicas de los estados, al describir el comportamiento de un sujeto, podemos establecer una distinción entre el nivel puramente físico, esto es, sus estados y procesos físicos en los que el sujeto se encuentra en un momento dado; y por otro lado, un nivel de descripción funcional o abstracto en que se reflejen los estados y procesos mentales por los que pasa en sujeto en ese momento dado y cómo esos estados intervienen en la conducta del sujeto.
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Se suelen diferenciar dos tipos de funcionalismo
Funcionalismo de la Psicologí a Popular. Cuando apelamos a actitudes proposicionales para explicar o racionalizar la conducta de un agente, nos referimos a la función o a papel que juegan sus creencias, deseos e intenciones en su conducta. En el caso anterior, cada una de las creencias de la Princesa Leila debe ser analizada como actitudes proposicionales que estarán ejemplificadas en oraciones del lenguaje del pensamiento (mentalés) y que se relacionan con otras en virtud de la gramática y de la lógica interna de ese lenguaje del pensamiento
Funcionalismo de Má quina de Turing. Esta modalidad de funcionalismo considera al estado computacional de una máquina como algo comparable al estado psicológico de una persona. «La clave de su propuesta es identificar los estados mentales con estados computacionales dentro del sistema, donde los estado se definen en términos de géneros de operaciones realizadas. El resultado es que no identificaremos un estado mental con un estado de una máquina particular, sino con una operación que podría realizarse en una gran variedad de máquinas» (William Bechtel (1991) Filosofía de la mente. Una panorámica para la ciencia cognitiva) Un programa, nos dice Andy Clark, debe ser entendido como una receta para realizar un trabajo dado que puede ser definido en niveles muy abstractos. En realidad un programa será el conjunto de operaciones que son realizadas en un sistema a partir de una serie de entradas (inputs) y que dan lugar a una serie de salidas (outputs). Esta idea abstracta de un programa puede ser capturada mediante una máquina de Turing.
En el caso antes comentado, cada uno de los estados mentales de la Princesa Leila debe ser considerado como un estado computacional, de manera que el sujeto pasa de unos estados computacionales a otros hasta determinar la conducta más adecuada.
Una idea central del funcionalismo es que un mismo programa, un mismo software, puede ser realizado, o puede estar implementado en distintas sistemas físicos, ya que en la doctrina funcionalista la mente es al cerebro lo que el programa a la máquina; o dicho de otra manera: la mente es un programa que, en humanos, corre teniendo al cerebro como su soporte o hardware. Esta conexión entre mente y programa debe ser entendida, sugiere Lowe, en un sentido fuerte, en un sentido que va más allá de una mera analogía, ya que para muchos funcionalistas el cerebro humano es un ordenador biológico configurado mediante un proceso de selección natural en el transcurso de la evolución humana. La función de cerebro sería la de recoger información del entorno y procesarla de acuerdo con ciertos programas que han sido instalados, en parte, en el mismo proceso evolutivo, o bien mediante un proceso de aprendizaje.

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