La prehistoria y la edad antigua

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LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA.

  • EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN EN LA PENÍNSULA IBÉRICA: NUEVOS HALLAZGOS.

La Prehistoria es el período más antiguo de la Historia y su estudio abarca desde el origen del ser humano hasta la aparición de la escritura.

Uno de los grandes temas de investigación y de debate arqueológico es el proceso de hominización: la secuencia cronológica y evolutiva que culminó en la aparición de la especie Homo. Para tratar de conocer este proceso, los prehistoriadores y arqueólogos estudian la evolución de los restos fósiles y los instrumentos que aparecen a ellos asociados en los yacimientos arqueológicos.

A partir del estudio y conocimiento de los yacimientos arqueológicos sabemos que la hominización se inicia en Africa. Los Australopithecus, los ejemplares más antiguos datados en torño a unos 5-6 millones de años, evolucionaron hacia el Homo Habilis hace 2,5 millones de años. El Homo Habilis es la primera especie humana y a partir de él la evolución se hace más compleja. Dos especies posteriores comenzaran a emigrar hacia Europa y Asia: Homo Ergaster y el Homo Erectus. Se supone que su desplazamiento hacia estos continentes" pudo deberse a que perseguían a las manadas de animales de las que dependía su alimentación.

Los primeros restos humanos en la Península Ibérica se remontan a 1,2 millones de años. Los restos más antiguos se han encontrado en la Sima de los Huesos, en la Gran Dolina y en la Sima del Elefante, en el yacimiento de Atapuerca, en Burgos, declarado hace unos años Patrimonio de la Humanidad.

Los restos fósiles humanos encontrados en la Gran Dolina pertenecen a cráneos y mandíbulas de 6 individuos (cuatro niños y dos adultos que vivieron hace unos 800.000 años y cuyas características antropomórficas parecen diferenciarlos de otros fósiles encontrados hasta la fecha en Europa, por lo que se considera pertenecen a una nueva especie del género Homo a 3a que se le ha dado el nombre de Homo Antecessor. En la Sima de los Huesos se han encontrado numerosos fósiles humanos que "se "consideran pertenecientes al denominado Homo Heidelbergensis. Esta especie vivió entre Homo Antecessor y Homo Neandertalensis.

Las dos últimas especies del género Homo que aparecieron en el territorio peninsular fueron Homo Neandertalensis, con una antigüedad de unos 95000 años y el Homo Sapiens hace unos 35000 años. El primero se extinguió y no influyó en la posterior evolución del segundo, siendo el segundo un ser humano con rasgos físicos semejantes a los nuestros, capaz de crear instrumentos de cierta complejidad y de expresar sus creencias mediante rituales funerarios o de realizar pinturas en el interior de las cavernas (pinturas de Altamira, Cantabria).

  • LOS PUEBLOS PRERROMANOS. COLONIZACIONES HISTÓRICAS: FENICIOS. GRIEGOS Y CARTAGINESES.

Tras el largo período del Paleolítico y concluido el largo proceso de hominización con la especie Homo Sapiens Sapiens, se inició el período Neolítico en la Península Ibérica hace aproximadamente 5000-3000 años ac. Las nuevas comunidades agrícolas y ganaderas que provenían de Oriente Próximo se asentaron y crearon poblados permanentes.

La Edad de los Metales, ligada al fenómeno cultural del Megalitismo, se inicia con la Edad del Cobre, en torno a 3000 años a.C. y continúa con la Edad del Bronce en torno a 2000 años a.C.

Hacia el 1200 a.C. tiene lugar la primera de una serie de invasiones de pueblos de origen indoeuropeos, los celtas. Se inicia así lo que se denomina la Protohistoria: período comprendido entre las invasiones indoeuropeas (1200 a.C.) y la invasión romana en la segunda mitad del siglo III a.C. De este período han quedado abundantes restos arqueológicos, a los que se unen los primeros testimonios escritos de autores griegos y romanos sobre los habitantes de la Península Ibérica, que se clasifican en:

  • TARTESOS: Civilización muy brillante que se desarrolló en el suroeste peninsular durante la primera mitad del primer milenio a.C. Rodeada de misterio, los textos griegos y bíblicos nos habían de una civilización muy rica (Polibio, Estrabón, Avieno, Plinio). Su economía se basó en la minería (Sierra Morena y Riotinto, Huelva), comercio, agricultura y ganadería. Destaca el yac. del Tesoro del Carambolo, Sevilla, del siglo VI a.C. Estructura política monarquía, aristocracia, ciudades-estado. A finales del siglo VI a.C. desapareció invasión de otros o bien por problemas internos.
  • IBEROS: Situados en la zona mediterránea y sur peninsular se asentaron diversos pueblos independientes (turdetanos, indigetes, edetanos, contéstanos, ilergetes, layetanos, etc), muy posiblemente con una lengua similar o común (hoy sin descifrar). El contacto con los pueblos colonizadores impulsó su desarrollo cultural. Economía: agrícola-ganadera, comercio y minería. Vivían en ciudades pequeñas fácilmente defendibles y su sociedad estaba muy jerarquizada (aristocracia-esclavos), gobernadas por caudillos o reyezuelos. Produjeron un arte muy refinado por influencia dejo griego, siendo su mejor ejemplo el busto de la Dama de Elche.
  • LOS PUEBLOS DEL CENTRO Y DEL OESTE: Situados en la Meseta y parte Occidental de la Península, aquí la influencia de los colonizadores mediterráneos fue muy débil y la presencia de lo celtas (pueblos de lengua indoeuropea) fue importante, pasando a ser denominados "celtíberos" (lusitanos, vacceos, vetones, carpetanos, etc). Economía agrícola- ganadera. Sociedad con fuerte cohesión tribal y habitaban poblados fortificados como Numancia. En el aspecto artístico, destaca la cultura de los verracos entre los vetones del valle del Tajo. Los verracos son grandes esculturas de cerdos ligadas a los cultos ganaderos. Ej.: Los Toros de Guisando, Avila.
  • LOS PUEBLOS DEL NORTE: Galaicos, Astures, Cántabros, Várdulos, Vascones, etc, se asentaron desde la actual Galicia hasta el Pirineo aragonés. Eran pueblos muy atrasados por su nula aculturación. Economía ganadera, recolección, pesca y poca agricultura. Como restos arqueológicos destacan los "Castros", poblados de viviendas circulares construidos por los galaicos.

En el primer milenio a.C. la zona mediterránea de la Península Ibérica va a recibir la llegada de oleadas de pueblos colonizadores procedentes del mediterráneo oriental que contaban con una cultura mucho más evolucionada que los autóctonos o aborígenes peninsulares. Fenicios, Griegos y Cartagineses llegaran, por este orden, a las costas mediterráneas peninsulares. Su propósito era económico: buscaban metales (oro, plata cobre, estaño) y otros productos (salazones, pesquerías...)

Los FENICIOS, procedentes de Fenicia, actual Libano, llegaron en el siglo IX a.C. y fundaron diversas colonias en el sur, entre las que sobresalió Gades (Cádiz) entre el 800-750 a.C.

Los GRIEGOS, procedentes de la Focea, región de Grecia, fundaran colonias como Massalia (Marsella, Francia), Emporion (Ampurias, Gerona) y Rhode (Rosas, Gerona), Mainake (Málaga). Su presencia va de los siglo VIII al V a.C.

Los CARTAGINESES, procedentes de Cartago, colonia fenicia en el actual Túnez, crearon colonias en Ebussus (Ibiza), Akra Leuke (Alicante), Cartago-Nova (Cartagena, Murcia), en la ruta comercial del Mediterráneo. Posteriormente, en el siglo III a.C. ocuparon militarmente la

Península a causa de las llamadas Guerras Púnicas contra Roma, quien como vencedora exigió a Cartago una indemnización. (Caudillos: Amilcar Barca, Asdrúbal y Aníbal, 230 a.C.).

El legado de las colonizaciones fue muy importante, aunque sólo afectó a la costa mediterránea y el valle del Guadalquivir, aportándonos: Nuevos cultivos como el olivo, el esparto, la vid, el torno alfarero (cerámica), acuñación de monedas (clave para el comercio), el alfabeto (fenicio y griego), gusto estético-artístico (sarcófagos fenicios, cerámicas griegas, esculturas y relieves griegos, trazados urbanísticos en las colonias-ciudades, etc.).

1.3. CONQUISTA Y ROMANIZACIÓN: LA PERVIVENCIA DEL LEGADO CULTURAL ROMANO EN LA CULTURA HISPÁNICA.

La conquista de Roma se inició en el siglo III a.C. y concluyó en el siglo I a.C., tras un largo y complejo proceso (218 a.C.-19 a.C.) durando 200 años. Se distinguen tres etapas principales:

1a) Ocupación del litoral mediterráneo y valles del Ebro y del Guadalquivir (218-197 U.C.): El inicio de la conquista se enmarca en el contexto de la Segunda Guerra Púnica (guerras entre las dos potencias del momento por la hegemonía en el mediterráneo occidental). Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante peninsular y desde allí atacaron a Roma a través del sur de Francia y los Alpes (Aníbal y su ejército). Roma contraatacó invadiendo las posesiones cartaginesas, poniendo fin a la presencia cartaginesa en la Península en el 209 a.C. (Publio Cornelio Escipión).

2a) Conquista del centro y del oeste peninsular (150-133 a.C.): Las legiones romanas tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos autóctonos de estas zonas. Los mejores ejemplos son las guerras lusitanas (155-136 a.C.) en las que destacó Viriato, líder lusitano, y también la durísima resistencia de los arévacos en su poblado Numancia hasta su rendición en el 133 a.C.. (Emiliano Escipión).

3a) Conquista del norte peninsular (29-19 a.C.): El fin de la conquista llegó en tiempos de Augusto, primer emperador romano, con la dominación de galaicos, astures, cántabros y vascones (guerras cántabras).

Se entiende por "romanización" el proceso de adaptación de los pueblos indígenas peninsulares a las estructuras político, económico, social y cultural del mundo romano. La romanización fue mayor en la costa mediterránea y en el valle del Guadalquivir, menor entre los pueblos cántabros. En esta romanización fueron clave los siguientes aspectos:

  • El latín se impuso como lengua común en Hispania. (Castellano, catalán, gallego y portugués).
  • Se impuso el derecho romano (leyes, concepción del Estado, organización territorial...)
  • Se impuso la religión politeísta romana (Júpiter, Minerva, Saturno, etc.) y, posteriormente, en el siglo I el cristianismo se difundió por el imperio romano y en Hispania en el siglo II.

El proceso de romanización llegó a su máxima expresión cuando el emperador Caracalla en el año 212 d.C. extendió la "ciudadanía romana" a todos los habitantes libres del Imperio.

Hispania fue la provincia del imperio más romanizada. Buena prueba de ello fue que varios emperadores nacieron en aquí: Trajano, Adriano (con él el Imperio Romano alcanzó su máxima extensión territorial) y Teodosio (con él la religión cristiana pasó a ser la religión oficial del Imperio en el siglo IV y a su muerte dividió el Imperio Romano en dos: Oriente para su hijo Arcadio y Occidente para su hijo Honorio). También nacieron escritores como Lucano, Marcial y Quintiliano o filósofos como Séneca (maestro y preceptor del emperador Nerón).

1.4. LAS INVASIONES BÁRBARAS. EL REINO VISIGODO: INSTITUCIONES Y CULTURA.

Las invasiones germanas del siglo V precipitaron la caída de Roma (año 476). En el año 409 llegan a la Península Ibérica los suevos, vándalos, alanos y en el 411 los visigodos. Éstos arrinconaron a los suevos en Gallaecia, y a los vándalos y a los alanos los obligaron a emigrar al norte de África. En el 507 los visigodos de la Galia (capital en Toulouse) fueron vencidos por los francos y se trasladaron definitivamente a Hispania. La mayoría de la población era hispanorromana, dirigida por una minoría de dirigentes germanos. Entre los siglo VI-VII, los visigodos unificaron territorialmente la Península, situando su capital en Toletum, llegando a crear el primer estado político unificado e independiente de la Península.

Su organización política se componía de las siguientes instituciones:

  • Era una monarquía electiva. Destacan los siguientes reyes:

Leovigildo: conquista el reino suevo en el año 585.

 Suintila: expulsa a los bizantinos del sureste peninsular en el año 624.

 Recaredo: se convirtió al catolicismo e impulsó la unidad religiosa (III Concilio de Toledo, en el año 589. Hasta él, el arrianismo era la religión de los anteriores reyes. Arrianismo: niega ia naturaleza divina de Cristo).

Recesvinto: en el año 654, compiló o reunió todas las leyes del reino en el llamado Liber Iudiciorum, que en Castilla y León estaría en vigor hasta el siglo XIV, con el nombre de Fuero Juzgo.

  • El Aula Regia: organismo que colaboraba con el re yen la elaboración de leyes y le asesoraba en los asuntos políticos, militares y judiciales. Los formaban: los magnates (grandes señores unidos al rey por vínculo de fidelidad), los gobernadores (condes y duques) de las provincias, los jueces, y los miembros del Offíccium. (Durante la Reconquista el Aula Regia se llamaría

Curia Regia).

  • El Officium Palatinum (Servicio Palatino): órgano de gestión del palacio real.
  • Los Concilios de Toledo. Reuniones presididas por el rey, el Aula Regia y el clero, en las que se trataban asuntos religiosos y civiles: elección del rey, cuestiones legislativas y jurídicas, persecución religiosa de los judíos, etc. Los más importantes: m Concilio de Toledo (Recaredo y la Unificación Religiosa) y el VHI Concilio de Toledo (Recesvinto y la unificación legislativa de su Liber Iudiciorum).

En cuanto a la cultura, la Iglesia jugó un importante papel en la conservación y transmisión de la cultura clásica grecolatina, es decir, de la herencia hispanorromana. Las escuelas eclesiásticas contribuyeron a mantener viva la cultura, destacando historiador Orosio y como figura más importante el intelectual Isidoro de Sevilla (también, San Isidoro de Sevilla). A él se deben teorías políticas clave en la Edad Media, como el origen divino de los reyes o las limitaciones morales que el ejercicio de la realeza debí atener. En su magna obra, Etimologías, resumió los conocimientos de la época.

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