Lingüística 4

2. Bases cognitives del llenguatge 2.1 la gramática universal

Por diversas razones, pues, la gramática universal, en el sentido tradicional, perdió el favor de los científicos a lo largo del siglo pasado. Ahora bien, durante los últimos veinte años ha sido resucitada, dentro de lo que he llamado generativismo, por Noam Chomsky y sus seguidores. La versión chomskyana de la gramática universal establece el mismo supuesto que las versiones primitivas acerca de la universalidad de la lógica y la interdependencia entre lengua y pensamiento. Sin embargo, considera que el estudio empírico de la lengua debe más a la filosofía de la mente de lo que la lógica tradicional y la filosofía del lenguaje deben a la lingüística. De los distintos intentos conocidos para formular y, en algún caso, resolver el llamado problema de la mente y el cuerpo podemos mencionar los siguientes: el dualismo, el materialismo, el idealismo y el monismo.

El dualismo se remite en especial a Platón y Descartes. . El dualista sostiene no sólo la existencia de la mente, sino también que ésta difiere de la materia por su naturaleza no física.

El materialismo afirma que no existe más que materia, y que cuanto entra en los supuestos fenómenos mentales se explica, en último extremo, por medio de propiedades puramente físicas de los cuerpos materiales. Según  El conductismo [o, a partir del inglés, behaviorismo], no existe algo así como la mente y que los términos como ‘mente’, ‘pensamiento’, ‘emoción’, ‘voluntad’ y ‘deseo’ han de interpretarse como una alusión a determinados tipos de comportamiento o, en todo caso, a predisposiciones para comportarse de una determinada manera.

El idealismo niega la existencia de 1a materia y sostiene que todo cuanto existe es mental. Otro término utilizado en lugar de ‘idealismo’ es el de ‘mentalismo’.

El monismo proclama la unidad de lo real.

Mentalismo, racionalismo e innatismo: Chomsky ha afirmado que la lengua constituye una prueba en favor del mentalismo, esto es, de la existencia de la mente. Lo que sostiene es que la adquisición y el uso de la lengua no pueden explicarse sin apelar a principios que en la actualidad están más allá de una explicación fisiológica de los seres humanos. El mentalismo chomskyano contiene un aspecto negativo y otro positivo, de los cuales el último es el más controvertido. El aspecto negativo, o crítico, consiste en el antifisicalismo o antimaterialismo y, más en particular, dentro del contexto de la ideología previamente dominante en la lingüística y la psicología americanas, en su anticonductismo. Conductismo (versión del materialismo por la que se restringe el objeto de la psicología a la conducta humana y se intenta explicar los tipos de conducta, ex: el habla) n el cual el pensamiento se definía como habla interiorizada, a partir de procesos psicológicos y biológicos deterministas. Pero el tipo de conductismo por el que abogó Bloomfield, junto con el que ha criticado Chomsky en su recensión al libro Verbal Behavior Skinner, es poco prometedor.

 A su vez, las propuestas positivas constituyen lo más original del mentalismo chomskyano. Uno de los problemas cruciales de la filosofía de la mente se refiere a la adquisición del conocimiento y al papel que la mente, o la razón, desempeña en este proceso, por un lado, y la experiencia de los sentidos, por otro. Chomsky dijo que los principios por los cuales la mente adquiere el conocimiento son innatos.

Chomsky supone que las lenguas sirven para expresar el pensamiento, que los seres humanos están dotados de una manera innata (es decir genética) de una capacidad para formar ciertos conceptos y no En primer lugar, para el aprender (o adquirir) la estructura gramatical de la lengua nativa requiere una explicación análoga a la del proceso de emparejar el significado de una palabra con su forma. En segundo lugar, ha puntualizado que la naturaleza del lenguaje y el proceso de la adquisición lingüística son inexplicables sin mencionar la existencia de una facultad innata para dicha adquisición.

Un modo de entender la dependencia estructural consiste en la certeza, que el niño ya debe intuir en su primera adquisición lingüística, de que los datos del habla, sean cuales sean, no son arbitrarios, sino que están regulados por reglas estructurales o, dicho de otro modo, tienen dependencia estructural.

Facultad lingüística (en el sentido en que se emplea tradicionalmente el término ‘facultad’) es una de estas muchas estructuras mentales, cada una de las cuales está altamente especializada con respecto a la función que desempeña.

Según Piaget, existen cuatro etapas en el desarrollo de los procesos mentales del niño. Para la adquisición lingüística, en su opinión, es crucial el paso que dura hasta la edad de unos dos años y en la que el niño experimenta con los objetos tangibles de su medio, luego la llamada etapa preoperativa, que dura hasta alcanzar el período conocido por el uso de razón (hacia los siete años), durante la cual el niño llega a manejar palabras y frases a partir de su comprensión previa sobre el modo como pueden compararse, manipularse y transformarse los objetos tangibles.

Chomsky ha argüido que la evidencia no apoya a Piaget en esto, pues la adquisición lingüística no parece verse afectada por las diferencias de capacidad intelectual en los niños.

La teoría de Piaget sobre el desarrollo mental suele considerarse situada entre los extremos tradicionales del racionalismo y el empirismo. Por una parte, destaca la importancia de la y por otra, toma las distintas etapas del desarrollo cognoscitivo como un proceso exclusivo de la especie y genéticamente programado