Comparacion marx y kant

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las ideas comunes:

Para ambos la historia tiene una estructura dialéctica. Kant no llega a formular los términos de tesis, antítesis y síntesis (que sí aparecen en Hegel y posteriormente en Marx), pero sí que defiende, al igual que Marx, que la historia sufre aparentes retrocesos que pueden tener un sentido que desde el presente no es fácil de determinar. La historia, tal y como Kant la concibe, es también dinámica, y los movimientos históricos podrían explicarse dialécticamente.

En ambos autores aparece también una valoración positiva del conflicto. Esto ha quedado suficientemente claro en nuestra exposición de Marx, y aparece también en Idea de una historia universal con propósito cosmopolita, donde Marx afirma que el antagonismo, presente ya en la misma naturaleza humana (que es insociable sociabilidad) es el mecanismo del que se sirve la naturaleza para el progreso de los asuntos humanos.

Finalmente, ambos autores entienden que la historia tiene una finalidad. Esta teleología de la historia les separa, por ejemplo, de Nietzsche, para el que el tiempo (tanto el cosmológico como el histórico) viene definido por el eterno retorno. Frente a estos, tanto Kant como Marx afirmarán que la historia se dirige hacia un fin, aunque esto no siempre sea directamente observable desde el presente en el que nos encontramos.

 diferencias importantes en la teoría de la historia de Kant y Marx:

Una diferencia esencial reside en su concepción de la historia: para Marx sería el desarrollo de la materia (o de las condiciones materiales de vida), mientras que para Kant la historia es el desenvolverse a través del tiempo de los ideales ilustrados, como la libertad, la autonomía y la emancipación. Esta visión idealista contrasta de un modo muy claro con el materialismo histórico de Marx, desde el que la concepción kantiana podría ser calificada de ideológica.

El fin de la historia es distinto para ambos: la sociedad sin clases sociales de la que nos habla Marx no es lo mismo que esa gran unión cosmopolita de pueblos que describe Kant en su obra. El enfoque político e ilustrado de Kant choca con el protagonismo que el materialismo histórico de Marx le concede a la economía.

Tanto la concepción del ser humano como de la cultura en que vive son bien distintas para ambos pensadores. En el caso kantiano, el hombre es esencialmente razón, y éste es el atributo que le diferencia de los animales, liberándolo del instinto y la necesidad. La cultura representa, por tanto, una oportunidad de liberación, sería el auténtico camino de desarrollo de la razón, la mayor de las oportunidades humanas. Por el contrario, la esencia del ser humano es, para Marx, el trabajo y la actividad. El hombre transforma la naturaleza en el desarrollo de su esencia. En cuanto a la cultura, es interpretada con desconfianza, pues a menudo puede asumir una función ideológica que contribuya a mantener la contradicción de base de la infraestructura.



 Voy a comparar la filosofía de Kant con la de Karl Marx.

Mientras que Kant supone que la racionalidad es la naturaleza del hombre y que éste debe esforzarse en conseguir ser completamente racional, Marx calificaría esta posición como idealista, por no tener en cuenta las circunstancias reales de la vida humana.

Kant era un hombre acomodado de clase media y de temperamento razonador. Era culto, cosa que en su época era un lujo al alcance de muy pocos y generalizó su propia experiencia suponiendo que todos los hombres podían llegar a ella. Sin embargo, Marx haría una objeción más profunda al señalar la función de las ideologías, entendida como racionalizaciones, es decir, como argumentos aparentemente racionales pero que en el fondo encubren intereses de clases, o sea, que Kant no podía sospechar que su propio sistema, aparentemente racional, podía estar contaminado por los intereses de su clase media e incluso por sus perspectivas políticas.

En resumen, Marx muestra que la racionalidad constituye un objetivo fundamental de la vida humana, pero que es más difícil de alcanzar de lo que Kant pudo suponer, debido a las perturbaciones que nuestros sistemas ideológicos introducen en la racionalidad. Dicho de otro modo, si queremos ser más racionales tenemos primero que analizar nuestros intereses de clase, los cuales nos hacen disfrazar como universalmente válido lo que es nada más que un interés particular.

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