Autores trágicos

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Autores trágicos: Se ha conservado número reducido tragedias y comedias, aunque todavía podemos leer obras más famosas de tres autores más conocidos. Esquilo, Sófocles y Eurípides. Esquilo:Nace en el 525a.c. en Eleusis. De familia noble, se implicó en las actividades políticas del momento y tomó parte activa en la batalla de Maratón. Triunfó por primera vez en el certamen Grandes Dionisíacas en año 484a.c. a esa seguirían al menos 12 victorias tras composición de aprox 90 obras, tan solo conservadas siete: Persas, Siete contra Tebas, Suplicantes, Orestía y Prometeo encadenado. Esquilo se interesa por el conflicto entre ideas y el destino. Temas políticos y religiosos se entrelazan en su obra. Sus héroes y dioses emplean un lenguaje más elevado que el de la vida cotidiana. Autor poco asequible, difícil de leer y entender. Sofocles: Nace en Colono en 496a.c. Hijo de familia acomodada, recibió una buena educación. Desempeñó cargos públicos y religiosos, y fue un hombre amante de su ciudad. Gozó de buena fama entre sus conciudadanos, que lo admiraron en vida y lo honraron tras su muerte. Tradición cuenta q escribió 125 obras y q obtuvo el primer premio en las Grandes Dionisíacas en 18 ocasiones. Solo poseemos íntegras 7 tragedias: Ayax. Filootetes. Edipo Rey, Edipo en Colono, Antígona, Electra y las Traquínias. Sófocles sitúa al hombre en el centro de la tragedia. Es el creador del héroe trágico q es un ser humano que posee ciertas cualidades que le hacen estar por encima de los demás. Sus tragedias son perfección, equilibrio, grandeza, sencillez, armonía y elegancia. Se concentra en la acción dramática. Equilibra los coros con los personajes. Su lenguaje es más transparente, directo y cotidiano. Eurípides: Nació en Salamina sobre el 480a.c, participó poco en la vida política y milita. Poco premiado en vida. Después de su muerte se convirtió en el autor predilecto de los antiguos. Pertenece a generacion  sofistas. Esa influencia se reflejará en muchas de sus obras. Conservamos 17 tragedias y un drama satírico(el Cíclope). En sus tragedias trata temas míticos en: Heracles, Heraclidas, Ion y Bacantes. Obras más famosas: Medea, Hipólito y Alcestis, el eje de la obra es amor. En otras es la guerra el eje central: Ingenia en Aulide, Ingenia en Tauride, Helena, Electra, Troyanas, Andrómaca, Hécuba. La influencia sofistas en su obra se puede ver en sus planteamientos racionalistas e innovadores. Eurípides es un gran conocedor del alma humana; puede hablarse de su teatro como de un teatro psicológico.



Oratoria: género literario de los discursos, del arte de exponer y persuadir a un auditorio mediante el uso de la palabra hablada. En una democracia como la ateniense, donde los asuntos políticos importantes se juzgaban en la asamblea, y donde eran frecuentes los pleitos ante tribunales populares, resultaba muy importante saber hablar bien en público. El dominio del arte de la palabra era algo esencial para el que pretendiera triunfar en la política. En este ambiente es lógico que la oratoria se desarrollara con brillantez y aparecieran grandes maestros del discurso, en donde el orador trata de conmover al auditorio con un brillante discurso. En Atenas no había abogados o fiscales profesionales, sino que el acusado y el acusador debían pronunciar sus discursos en el proceso, aunque se podía recurrir a un escritor profesional que preparara y redactara sus discursos. De esta manera, surge la fgura del logógrafo, profesional que escribía discursos para otro. Entre los oradores privados que escribieron discurso destacó Lisias (s.v.e.c.), y entre los oradores políticos el más famoso Demóstenes. Con sus discursos, en las « Filípicas» Demóstenes tuvo una intervención muy destacada en la lucha por mantener la independencia de Atenas frente a las pretensiones del rey Filipo II de Macedonia. Un tercer orador, de notable cultura y estilo muy cuidado, autor de discursos a favor de la paz y de la unión de los griegos, fue Isócrates, nacido en Atenas (346 a.c.), quien pensaba que la retórica debía ser parte de la educación de los jóvenes. Al perder Atenas su importancia y su libertad política, la retórica dejó de ser un factor esencial de la educación, pero se mantuvo el estudio de los discursos y técnicas de los grandes oradores clásicos.

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