El Bosco y su obra: análisis y contexto

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El Bosco (1450-1513):

El Bosco es un autor español nacido en los Países Bajos, muy destacado en su época. Acerca de él, no se conserva mucha información, pero sí llegan a nuestros días muchos de sus cuadros. A lo largo de su vida, trabajó en un taller familiar, donde lo hicieron también su padre, sus hermanos y sus sobrinos; y debió especializarse en las invenciones temáticas y compositivas. Al igual que Giotto, fue un artista muy valorado entre sus coetáneos.

Desde finales del S.XIX, su pintura fue muy estudiada. A partir de ello, se hicieron consideraciones diversas, como que era:

  • Hereje seguidor de los Cátaros.
  • Experto en Alquimia y Astrología.
  • Rosacruciano.
  • Drogadicto.
  • Esquizofrénico.
  • Neurótico.
  • Adamita (vida en un estado paradisiaco).
  • Moralista (carácter religioso y de voto), intensificando de ésta forma el coleccionismo de sus obras por Felipe II.
  • Moralista satírico, debido a su tema principal: la Humanidad pecadora que se ve en el infierno. Advierte continuamente contra el pecado, el demonio y la insensatez. Ofrece buenos ejemplos de conducta cristiana. Ve como única vía para redimirse la imitación de la vida de los santos, la Pasión de Cristo.

Se casó con Aleyt, mujer perteneciente a la alta burguesía, e ingresó en una cofradía religiosa, lo cual le sirvió para cultivarse, y le ayudó a protegerse de la Inquisición. Entre sus clientes y seguidores, se encontraban entre otros Nassam y Orange, Isabel I, Felipe II, etc. Firmaba sus obras orgulloso con grandes caracteres góticos bajo el nombre de “Jheronimus Bosch”.

Algunos de sus cuadros son: “El jardín de las delicias”, “Tríptico del cerro de heno”, “Juicio Final”, “Tríptico de las tentaciones de San Antonio”.

Los protagonistas de sus cuadros suelen ser seres fantásticos, hibridaciones y universos delirantes, y representa lo horrible, lo abyecto, lo grotesco y lo caricaturesco.

En los cuadros de los santos soportando las tentaciones demoníacas que le tientan, estos son seres inquietantes, que nos producen al mismo tiempo espanto y rencor, como una película de terror.

El jardín de las delicias:

La cronología de este cuadro es incierta, entre el S.XIV y XV, entre las etapas de juventud y madurez del Bosco. Fue colocado en el Escorial, y en 1939, se trasladó al museo del Prado. Se trata de un tríptico pintado al óleo, compuesto por una tabla central y dos laterales, que se pueden cerrar sobre la central.

Análisis del tríptico:

El tríptico cerrado representa el Universo el tercer día de su creación. Solo hay formas vegetales y minerales, no hay ni animales ni personas. Está pintado en tonos grises, blancos y negros. En la parte superior, hay una inscripción latina anunciando la creación, y en la esquina superior izquierda, cuenta con una pequeña imagen de Dios. No aparecen ni el Sol ni la Luna.

El tríptico abierto cuenta con 3 paneles:

  • Panel izquierdo: en él, se representa creación. Aparecen la creación de Eva, la fuente y el árbol de la vida, el árbol del bien y el mal (con una serpiente y una roca con el rostro oculto del diablo), el pecado acechando (el femenino en los bichejos que nadan y se arrastran, y el masculino en los que vuelan), … También aparecen animales exóticos africanos.
  • Panel central.

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