Evolución de la Poesía Española: De la Posguerra a los Años Setenta
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La Poesía Española de 1940 a los Años Setenta: Corrientes y Evolución
La Generación del 36, también conocida como la primera promoción de la posguerra, se corresponde con los dos bandos enfrentados en la contienda civil española. El poeta Dámaso Alonso propuso las categorías de poesía arraigada y poesía desarraigada para referirse a estas dos líneas poéticas predominantes en los años cuarenta.
La Poesía Arraigada (Años 40)
La poesía arraigada agrupó a los poetas afines al régimen oficial. Estos autores presentaron el mundo como un espacio coherente y ordenado, y trataron temas como Dios, la Patria y la Familia. Cultivaron una poesía clasicista, intentando reproducir el pasado glorioso de la nación y alejándose de la dura realidad social del momento. Esta corriente poética surgió en dos revistas de Madrid: Escorial y Garcilaso, con autores destacados como Luis Rosales o Leopoldo Panero.
La Poesía Desarraigada (Años 40)
En contraste, la poesía desarraigada cultivó una lírica trágica y existencial. Siguió la estela del poemario Hijos de la ira de Dámaso Alonso, que planteaba la idea de que el mundo es un caos y la poesía, una búsqueda de ordenación. Los poetas de esta corriente escribieron en revistas como Espadaña, empleando un estilo coloquial y tremendista, y utilizando el verso libre sin abandonar por completo las formas clásicas. Entre sus figuras más relevantes, destacamos a Vicente Aleixandre (con obras como Sombras del Paraíso) y Victoriano Crémer (autor de Nuevos Cantos de Vida y Esperanza).
Años Cincuenta: La Poesía Social
En los años cincuenta, la poesía desarraigada evolucionó de lo individual hacia lo social, priorizando la comunicación. Se pasó de la poesía del dolor humano a la poesía de denuncia directa de los males sociales, conocida como poesía social. Esta se concibió como un instrumento de cambio político y social, adoptando un lenguaje directo para llegar a la inmensa mayoría. Entre sus máximos exponentes, destacan Gabriel Celaya (con Cantos Ibéricos) y Blas de Otero (autor de Pido la Paz y la Palabra).
Años Sesenta: La Poesía de la Experiencia
En la década de los años sesenta, ante la imposibilidad de llegar a esa "inmensa mayoría" a través de la poesía social, muchos poetas abandonaron la poesía de comunicación para refugiarse en la poesía como forma de conocimiento. Esta nueva corriente se centró en la experiencia personal del autor, abordando temas como la infancia, la amistad, el amor o el erotismo. Tenía un estilo conversacional y a menudo irónico. Destacan figuras como Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo o Ángel Valente.
La Poesía del Exilio
A lo largo de estas tres décadas, es fundamental mencionar la poesía del exilio. Su tema central es la patria dejada atrás, la nostalgia y el desarraigo. Un gran ejemplo de esta corriente es Español del Éxodo y del Llanto, de León Felipe.
Conclusión
En definitiva, la lírica española de este periodo siguió una evolución constante y una búsqueda incesante de nuevas formas expresivas. Este desarrollo se dio siempre bajo la sombra de la censura, que fue extremadamente dura hasta los años cincuenta y se fue debilitando progresivamente.