La Filosofía de René Descartes: De la Duda al Conocimiento Cierto
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La Revolución Cartesiana: Método, Conocimiento y Sustancias
En la comprensión de Descartes, una de las características de la Edad Moderna es la pérdida de crédito de las autoridades como Aristóteles, Tomás de Aquino o la Biblia, los cuales dejan de ser demostración de la verdad. Lo que va a sustituir al fundamento y garantía de la verdad va a ser el método, el método de las matemáticas, el que servirá de modelo a Descartes.
El Método Cartesiano: Un Camino Hacia la Certeza
Los pasos que tendrá que recorrer la razón para ejercitar con rigor este modelo matemático, intuitivo-deductivo, son:
- Regla de la Evidencia: Consiste en no admitir como verdad más que aquello que se imponga a mi razón más allá de toda duda.
- Regla del Análisis: La evidencia aparecerá mejor y antes en lo simple que en lo complejo.
- Regla de la Síntesis: Consiste en llegar a verdades complejas a partir de verdades simples.
- Regla de la Revisión: Un proceso que nos sirve para evitar errores.
Descartes duda de la información proporcionada por los sentidos.
Ideas, Error y la Necesidad de Dios en el Pensamiento Cartesiano
Descartes distingue tres tipos de ideas: las innatas y las adventicias. El conocimiento cierto deberá comenzar por las ideas innatas. El error nace del desequilibrio entre dos facultades que intervienen en el conocimiento: el entendimiento y la voluntad.
La Demostración de la Existencia de Dios
Es necesario que Descartes demuestre la existencia de Dios, un Dios perfecto, si quiere garantizar cualquier otra verdad, y así lo hará, aunque se pueden distinguir tres modalidades en su argumentación: el Argumento a partir de la res cogitans y el Argumento Ontológico. Este último sostiene que el ser perfecto tiene que existir, pues de lo contrario ya no sería perfecto por faltarle la mayor perfección que es la existencia. Un Dios perfecto y poderoso que es causa de todo no puede hacernos tanto daño que nos equivoquemos hasta en lo más evidente.
Las Sustancias Cartesianas: Pensamiento, Materia y Divinidad
Para Descartes existen tres tipos de sustancias: el pensamiento o espíritu (res cogitans), las cosas materiales (res extensa) y la sustancia divina (res infinita). Todos los fenómenos naturales podrán ser explicados mediante demostraciones matemáticas.
Descartes afirma el tercer ámbito de la realidad: el mundo, que, entendido como sustancia material, aparece definido como res extensa.
La Dualidad Cartesiana: Alma y Cuerpo
La distinción entre el mundo del pensamiento y la espontaneidad de todo lo que nos rodea, y el mundo de la materia y la necesidad, lleva a Descartes a establecer una distinción radical entre alma y cuerpo. Ambas pertenecen a modos de ser distintos: el alma es el pensamiento (res cogitans) y el cuerpo es extensión (res extensa), y no hay verdadera relación entre ellos.