La Historiografía Romana

HISTORIOGRAFIA

Género literario que surge a finales del siglo III a.C. La historiografía es el género literario en prosa que tiene como objeto el estudio y la narración de los sucesos históricos acaecidos a un determinado pueblo. Es el género más importante de la literatura latina.

Características de la historiografía romana

La historiografía romana destaca, en primer lugar, por poseer menos rigurosidad que la historiografía griega y una intención más moralizante (los romanos no narraban hechos objetivamente, sino que los analizaban y explicaban desde su punto de vista). Además, las obras historiográficas romanas no pretendían reflejar la verdad de los acontecimientos, sino entretener con su narración. Las obras historiográficas se caracterizan también por el realismo y moralismo de la narración y por estar escritas en prosa. Por último, destacar que respetaban las mores maiorum (tradicionalismo) y que exaltaban el pasado de Roma (sentimiento patriótico).

Modos literarios de la historiografía

La historiografía puede articularse en diferentes modos literarios, como por ejemplo anales (se cuentan los hechos acaecidos año a año; se mezclaba lo real y la leyenda, creando un puente entre la historia y la épica), historia (narración de hechos de una forma global), comentarios y monografías (se cuentan hechos importantes o relevantes).

Etapas de la historiografía

Distinguimos dos etapas dentro de este género: historiografía republicana, en la que destacan Julio César con sus dos grandes obras De bello civili y De bello Gallico; y Salustio con obras como Historias, La conjuración de Catilina o La guerra de Jugurta; e historiografía imperial, en la que destacan Tito Livio con Ab urbe condita, Tácito con obras como Annales, Historiae, Germania o Agricola y Suetonio con Vida de los doce césares.

SALUSTIO

Escribió todas sus obras en el último decenio de su vida, después de la muerte de César. Su relato histórico es como un epílogo de los decenios que había presenciado, pero su intención es interpretar la historia y hacer fructuoso su estudio. Desea romper con la historia exhaustiva, monótona y recopiladora de datos sin fin.

Obras de Salustio

Además de Historias, donde narraba los sucesos acaecidos del 78 al 67 a.C. y que han llegado hasta nuestros en estado fragmentario, su obra se compone de dos monografías: La conjuración de Catilina en la que relata el intento fallido de este político romano de hacerse con el poder de la República y como él y los suyos fueron descubiertos por Cicerón; y La guerra de Jugurta relata el enfrentamiento entre Roma y Jugurta, rey de los númidas, cuando Roma interviene en Numidia para restablecer la sucesión legítima alterada por Jugurta.

La historiografía como arte

Para Salustio, la historiografía es un arte. Los discursos, cartas, digresiones, etc; que aparecen en su obra no son meros adornos, sino que contribuyen a la interpretación histórica. En cuanto a los hechos, Salustio se interesa más bien poco en ellos, prestando más atención a otros aspectos como la objetividad de su obra.

Interés en las causas

A diferencia de César, que se interesa más por los hechos concretos, Salustio se interesa por sus causas. No le bastaba con narrar los acontecimientos, tenía que explicarlos y analizar los factores que los determinaban.

Caracterización de personajes

En lo que respecta a personajes, todos ellos poseen luces y sombras. Son destacables las caracterizaciones de los personajes que hace al detalle porque piensa que es necesario para poder entender sus reacciones y actitudes ante la acción. Como narrador histórico, estructura sus obras para que se desarrollen armónicamente. Estilísticamente, destaca el carácter intencionadamente arcaizante del lenguaje, así como su estilo épico-histórico.