Jean-Auguste-Dominique Ingres: Neoclasicismo, Romanticismo y la Maestría del Dibujo

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Jean-Auguste-Dominique Ingres: El puente entre el Neoclasicismo y el Romanticismo

Formación y primeras influencias

Jean-Auguste-Dominique Ingres aprendió en la Academia las normas **neoclásicas** y se formó en el taller de **David**, donde, además de una educación neoclásica, *aprendió* la importancia del **dibujo y la línea** en la pintura y de un gran **virtuosismo técnico**, con una pincelada casi imperceptible. No obstante, su larga formación en **Italia** le hizo admirar también la belleza, el idealismo y la serenidad de **Rafael** y de los pintores manieristas.

Sus primeras obras, como Los embajadores de Agamenón en la tienda de Aquiles, son un ejemplo de **pintura neoclásica**, con un tema heroico procedente de la antigüedad, una **luz clara**, un **dibujo firme** y unas figuras de aspecto escultórico, con una composición equilibrada y mostrando el típico interés neoclásico por una pintura que transmita unos **valores morales**.

La transición temática: Del heroísmo al desnudo femenino

No obstante, desde muy pronto se vio atraído por otra temática diferente del pasado histórico, que sería muy habitual en la pintura de Ingres: el **desnudo femenino**, como en Bañista de Valpinçon. Aunque mantiene el aspecto formal de los cuadros, abandona la temática histórica clásica y se centra en la **sensualidad del cuerpo femenino**, abandonando también la idea de un arte que deba educar moralmente. Ingres comienza a moverse en ese **mundo intermedio** tan característico para él, que combina una técnica heredada del **clasicismo** con una **temática romántica**. Abandona la frialdad clasicista y se decanta por una **sensualidad plenamente romántica**.

La Gran Odalisca y el exotismo romántico

Su famosa Gran Odalisca es un ejemplo de este tipo de pintura: un **desnudo reclinado** que sigue la tradición de **Tiziano** o **Velázquez**, pero que, a diferencia de ellos, no representa a una Venus clásica, sino una **odalisca**, destinada al placer de un sultán oriental en un harén. Es un ejemplo del **interés romántico** por las misteriosas **culturas exóticas y orientales**, transportando al espectador a ese mundo misterioso, sensual, lleno de lujo y refinamiento, como muestran los detalles que acompañan a la figura desnuda, que mira directamente al espectador.

Ingres como retratista moderno

Ingres también fue reconocido como uno de los más grandes **retratistas** de su tiempo, en los que pretende captar la **psicología**, el sentimiento y la expresión de los personajes, y gozó de gran reconocimiento por parte de las **clases dominantes** de la época: nobleza y alta burguesía. Este es un aspecto plenamente **moderno**, propio de la nueva sociedad burguesa del **siglo XIX**, que le aleja también de la tradicional temática histórica y mitológica propia del neoclasicismo.

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