El esperpento en Luces de Bohemia

Primer esperpento publicado en 20 revista España, transitan más de cincuenta personajes.

Procedentes de diversas clases sociales, Max Estrella y Don Latino de Híspalis. Valle elabora los rasgos básicos y biográficos del protagonista, la figura de Alejandro Sawa, amigo personal del autor que murió en 09. Similitudes con Max numerosas: escritores, mujeres francesas, mueren ciegos, locos y en miseria al prescindir de sus servicios en el periodismo.

Nuestro protagonista, poeta frustrado cuya obra no ha obtenido éxito, no gana lo necesario para subsistir. Se siente superior, tanto intelectual como moralmente, se puede entender como un alter ego de Valle-Inclán, sus discursos reflejan muchas de las opiniones, valoraciones y críticas que el autor sostenía sobre la sociedad española.

Max es un personaje complejo. Su ceguera no le impide ver el sufrimiento del pueblo e injusticias de los gobernantes. Su carácter no está exento de incongruencias, es crítico y denuncia la tiranía, pero también sucumbe al poder aceptando una paga del ministro.

Podría haber llegado a ser un personaje trágico, pero la sociedad es tan cruel que convierte su vida heroica en una existencia patética y absurda. Se refleja en la muñequización como un fantoche, estafado por Zaratustra, engañado por Don Latino y encarcelado. Su muerte es ridícula, confundida entre borrachera y catalepsia.

Don Latino podría ser cualquier modernista con los que convivía Sawa. Solía ir acompañado de un can, Valle echa mano de los recursos del esperpento para caracterizar a Don Latino como un perro. Debe entenderse como un desdoblamiento del protagonista. Si Max simboliza la bohemia heroica y rebelde, Don Latino refleja la degradación de esta bohemia que ha perdido la pureza de sus ideales.

Se le define como una persona inmoral, un parásito. Don Latino estafa a Max en conveniencia con Z, lo abandona moribundo en el portal de su casa y le roba la cartera y el décimo de lotería, causando el suicidio de la mujer y la hija. Don Latino reúne varias personalidades simbólico-míticas: la de un Sancho Panza, Lazarillo engañando a su ciego amo o la figura del criado gracioso de los siglos de oro.