Fragmentarismo de los romances

Castilla conoce también, en el siglo XV, el auge de una poesía tradicional, anónima, transmitida de padres a hijos, sentida por todo el pueblo como propia, y por lo tanto reelaborada por el propio pueblo en cada recitación.

Conocemos como Romancero Viejo el conjunto de los romances tradicionales, anónimos que se cantaban por los juglares y por el propio pueblo desde mediados del Siglo XIV. Estos poemas, al ser transmitidos oralmente, sufrían variaciones de una a otra interpretación, bien por errores de memoria del recitador, bien por preferencias estéticas personales .Esta es la causa de que, cuando fueron puestos por escrito, aparecieron muchas versiones distintas de un mismo romance.

El origen de los romances está en la fragmentación de los cantares de gesta, muy difíciles de retener en la memoria por su larga extensión. El público recuerda los fragmentos que por alguna causa le resultaban atractivos, los romances. De ahí se desprende una de sus características, el fragmentarismo, es decir, la impresión que dan muchas veces de faltarles el final o parte del principio.

Pero aunque por su origen estén emparentados con la épica, los romances no tienen siempre este carácter, muy pronto comienzan a existir romances líricos. De los romances se han hecho muchos intentos de clasificación, aunque ninguno ha llegado a satisfacer plenamente. Citaremos aquí algunos de los más conocidos.

a)Romances históricos o noticiosos, compuestos en torno a un suceso histórico concreto, casi siempre cercano en el tiempo. Dentro de este grupo se consideran los llamados romances fronterizos) que tratan de la guerra entre moros y cristianos).

b)Romances de tema épico nacional, inspirados en una obra literaria, por lo tanto de una época anterior a aquella de la creación del romance. Pertenecen a este grupo todos los que tratan de las grandes figuras de la historia y leyendas castellanas) el Cid, el conde Fernán González, el rey Rodrigo).

c)Romances novelescos y líricos, grupo muy heterogéneo formado tanto por los romances procedentes de las leyendas del rey Arturo como de la Antigüedad clásica y, junto a ellos, romances líricos cuya procedencia se ignora.

Los romances alcanzaron gran popularidad al ser recopilados en cancioneros y romances. Su fuerte personalidad lírica suscitó el interés de los poetas cultos de los siglos XVI y XVII, que compusieron muchas obras a imitación de estos romances. Se trata de Romancero Nuevo.

A continuación vas a leer un par de poemas de los que constituyen el Romancero Viejo.
Se trata de dos de las más bellas composiciones de este conjunto, de un gran vigor expresivo a pesar de su brevedad, y donde aparecen mucho de los rasgos que caracterizan este género de la poesía tradicional.