La música vocal en el romanticismo

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Tema 5: “La música vocal en el romanticismo. El lied, la ópera y la zarzuela. “

El movimiento romántico muestra los cambios que se dieron en política y en el pensamiento europeo a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Dichos cambios no se dieron a la vez en todos los países ni con la misma intensidad.

A partir de la Revolución de 1789 se da la época de las revoluciones y se rechaza el principio de autoridad a cambio de la libertad, tanto individual (individualismo) como colectiva (nacionalismo). El principio de autoridad es dejado de lado a favor de la libertad, que se entiende tanto a título personal (individualismo) como también en un nivel colectivo, de nación (nacionalismo). En música se manifestó en 3 aspectos:
-Se abandonaron los esquemas del Clasicismo.
-Se dejó de crear para complacer a las autoridades.
-Los autores elegían formas que se ajustaban a sus necesidades.

Este cambio en las ideas provocó inseguridad y llevó al compositor romántico al “mal del siglo”, que producía en él pesimismo y melancolía, que le producían infelicidad.
Los temas característicos románticos son:
-La naturaleza.
-Los países exóticos
-El paisaje nocturno a la luz de la luna.
-El amor a una mujer ideal inalcanzable.

A diferencia del Clasicismo, el Romanticismo toma más en cuenta el sentimiento que la forma.
Las frases melódicas no buscan la simetría y la melodía es apasionante. En la dinámica, se intensifican los extremos y se amplía la gama. Respecto al ritmo, hay cambios de tempo y se vuelve más complejo y libre.

Música vocal en el Romanticismo.
1- El lied:

Lied es una canción para voz solista con acompañamiento, en la que destaca la unión de poesía y música.
Según el acompañamiento musical hay dos tipos de lied:
- La canción estrófica, con igual música para cada estrofa.
- Un lied en el que la música cambiaba con cada estrofa.
Muchos lieder se reunían en “ciclos” con la misma temática y creados por un mismo compositor. Son ejemplos: “A la amada ausente” de Beethoven, “El viaje de invierno” de Schubert, “Amor y vida de mujer” de Schumann.
Schubert basó muchos de sus más de 600 lieder en poemas de Goethe o Schiller. Schumann compuso 250 lieder y en ellos predominan los de tipo estrófico. Otros compositores de lied serán: Hugo Wolf, Brahms…

2- La ópera:
Fue una forma de expresión que reunía dos ideales románticos: la música y el teatro.
El interés por la opera fue tal que la construcción de teatros igualó al ferrocarril. Estos teatros se convirtieron en núcleos de relación social, donde se aprovechaban los entreactos para convenir matrimonios, cerrar negocios y operaciones bancarias, etc.
La música de opera estaba e la vida cotidiana de todas las clases sociales y las melodías famosas las conocían y cantaban todo el mundo.
Los dos países en los que la ópera tuvo más relevancia fueron: 905
La ópera italiana: A principios del siglo XIX, la ópera italiana mantuvo la distinción entre ópera bufa y seria, y continuó la tradición del “Bel Canto”, que es una expresión que identifica las cualidades que debía de tener un buen cantante.

Sus representantes fueron:
Rossini, que escribió más de 40 óperas como “El Barbero de Sevilla” o “Guillermo Tell”
Donizetti, del mismo instinto melódico que Rossini, con obras serias y óperas bufas, “Don Pascuale”.
Bellini, está influido por el Romanticismo y sus 10 óperas pertenecen al género serio, como “Norma”.

Después de ellos destacó Verdi (1813-1901), el gran genio de la ópera italiana del siglo XIX. Consideraba la obra como un modo de cantar el drama humano. Estuvo relacionado con el Resorgimiento (movimiento de independencia italiano) y sus dramas se cuentan a través de una melodía vocal, directa y sencilla.
Sus primeras obras importantes fueron “Nabucco” (1842), su coro se convirtió en el himno nacional y en uno de los símbolos de la lucha por la unificación italiana junto con el acróstico VIVA VERDI (Viva Vittorio Emmanuel re d’Italia)
10 años más tarde compuso la trilogía: “Rigoletto”, “Il trovatore” y “La traviata”. A mediados del XIX, Verdi ya tiene fama internacional y compuso “Aída”, para la inauguración del canal de Suez.
 En la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló el verismo que oponía al pensamiento Romántico una visión real y directa de la vida. Esta corriente la representaban Puccini y Mascagni.

La ópera alemana: Richard Wagner (1813-1883) fue su máximo representante. El pensaba que la música defendía y hacía triunfar a las ideas. En sus óperas el libreto, la música, y el montaje de la escena estaban unidos de forma inseparable, lo que llamaba opera de arte total.
Utilizó el Leitmotiv, que sirve para que el público se anticipe a lo que va a suceder y se prepare sentimentalmente.
Su carrera empezó con “El buque fantasma” (1843) y en sus últimos años utilizó la melodía infinita, que no parecía acabar nunca. El teatro de Bayreuth se dedica a la interpretación de sus obras.

La zarzuela.
Durante la primera mitad del siglo XIX en España la influencia de la ópera italiana fue total, tanto fue que algunos autores tuvieron que italianizar su nombre para que se publicaran sus obras.
Los músicos españoles debían imitar la ópera seria italiana pero en lengua castellana. Sin embargo a mediados del XIX un grupo de músicos y libretistas españoles querían señas de identidad propias y crearon la Sociedad Artística. Destaca “Jugar con fuego” de Barbieri.
Son características de la zarzuela:
-Introducir temas de carácter popular.
-Representaciones en Madrid.
-Dirigirse a las clases populares.

Como añadido, el género chico. Es una zarzuela de una hora de duración y con un acto. Este tipo de obra corta satisfacía las necesidades de los empresarios teatrales de hacer varias sesiones en un día, lo que se llamó teatro por horas. Al público le gustó y se abarataron las entradas.
Sus características son:
-Los argumentos de la vida madrileña.
-Música popular.
-Bailes del folclore español.
-Personajes con los que el público se identificaba.
Este género alcanzó su máximo esplendor con “La Gran Vía” de Federico Chuecca.
Otras obras fueron: “La verbena de la paloma” de Tomas Bretón, “La Revoltosa” de Chapí o “La boda de Luis Alonso” de Jerónimo Jiménez.

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