Abolición de la Inquisición Española: Etapas y Figuras Clave (1808-1834)

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Fin de la Inquisición Española: Un Proceso Complejo (1808-1834)

La Inquisición Española fue abolida en cuatro ocasiones distintas, siendo la primera en 1808 por Napoleón Bonaparte. Napoleón, inicialmente aliado de Carlos IV en su conflicto contra Gran Bretaña, eventualmente conquistó España mediante engaños a Godoy. Buscando una transición conciliadora y sin alterar drásticamente las costumbres españolas, Napoleón colocó a su hermano José Bonaparte al frente del país, quien inicialmente mantuvo la Inquisición. Sin embargo, los inicios de la Guerra de la Independencia obligaron a José a huir, un hecho humillante para Napoleón.

Primera Abolición: Los Decretos de Chamartín (1808)

Cuando Napoleón retomó Madrid, se firmaron los Decretos de Chamartín. Estos decretos representaron un cambio radical, ya que eliminaron:

  • Los derechos feudales.
  • Las aduanas internas.
  • La sociedad estamental.
  • La Inquisición.

Durante este periodo, y por algunos años, la Inquisición siguió existiendo en el territorio controlado por Fernando VII (lado fernandino), mientras que en el lado francés se promovía la anti-inquisición.

Segunda Abolición: Las Cortes de Cádiz (1813)

En 1813, tras intensos debates entre liberales y serviles en las Cortes de Cádiz (en el lado patriota), se abolió nuevamente la Inquisición. No obstante, se establecieron los "autos de fe", con una función principalmente censora, menos severa que la Inquisición, y que, en la práctica, tuvieron poca o ninguna actividad.

Restauración y Tercera Abolición (1814-1820)

En 1814, Fernando VII regresó al poder y restauró la Inquisición. Sin embargo, en 1820, el Trienio Liberal trajo consigo una nueva supresión de la institución. Fernando VII se declaró públicamente liberal, pero en 1823, con el apoyo de las fuerzas francesas, acabó con las Cortes y reinstauró el absolutismo.

Cuarta y Definitiva Abolición (1834) y las Juntas Diocesanas

A pesar de restaurar el absolutismo, Fernando VII no restableció la Inquisición, presionado por los franceses que le habían ayudado a recuperar el poder. En su lugar, se crearon las Juntas Diocesanas: tribunales establecidos en cada obispado que, *de facto*, sustituyeron a la Inquisición.

Finalmente, en 1834, la Inquisición desapareció definitivamente de España.

El Caso de Cayetano Ripoll: La Última Víctima

La última persona condenada por estas Juntas de la Fe fue Cayetano Ripoll, un maestro de escuela ejecutado en Valencia en 1826. Ripoll, que había luchado en la Guerra de la Independencia y había sido prisionero de guerra en Francia, adoptó las ideas del deísmo durante su cautiverio. El deísmo postula la existencia de una divinidad, pero rechaza las religiones reveladas y la capacidad humana para comprender a Dios, considerando que las religiones son invenciones humanas. A pesar de ser considerado una buena persona y un buen profesor, Ripoll fue denunciado y condenado por sus creencias deístas.

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