El Absolutismo y la Ilustración en el Siglo XVIII: La Revolución del Pensamiento
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1. El Absolutismo en el Siglo XVIII
Durante el siglo XVIII, el absolutismo alcanzó su máximo desarrollo en Europa, con la excepción de Inglaterra, donde la burguesía consolidaba su poder a través del Parlamento. Simultáneamente, entre la élite intelectual se desarrollaba la Ilustración, un movimiento que criticaba el absolutismo y el Antiguo Régimen. En Francia, destacaron las ideas de libertad individual (Voltaire), división de poderes (Montesquieu) y voluntad popular (Rousseau), mientras que en Inglaterra se enfatizaba la libertad económica (Adam Smith). La Ilustración sentó las bases del liberalismo y el nacionalismo. Las revoluciones liberales, protagonizadas por la burguesía, estallaron en momentos de crisis de subsistencia, buscando derrocar el Antiguo Régimen y acceder al poder político, tradicionalmente reservado a la monarquía y la nobleza. La independencia de Estados Unidos (1776-1783) fue la primera aplicación práctica de estas nuevas ideas, culminando con la promulgación de la Constitución en 1788. Un año después, comenzaría la Revolución Francesa (1789-1799), donde las ideas liberales se aplicaron con mayor profundidad, desmantelando el sistema del Antiguo Régimen.
2. La Ilustración: Un Movimiento Intelectual Transformador
La Ilustración fue un movimiento intelectual que se desarrolló en Europa a lo largo del siglo XVIII. Los pensadores ilustrados se basaban en tres principios fundamentales:
- La razón como motor del progreso: Creían que la aplicación de la razón conduciría al progreso continuo de la humanidad.
- Derechos Naturales inviolables: Defendían la existencia de derechos naturales inalienables, como la libertad individual y la propiedad, que el poder político no podía suprimir.
- Tolerancia como base de la convivencia: Promovían la tolerancia como fundamento esencial para la convivencia humana.
Crítica al Antiguo Régimen
Los ilustrados se opusieron firmemente a la sociedad estamental, considerándola un sistema anacrónico basado en la tradición. En contraste, abogaban por un sistema de igualdad social y legal, donde el progreso social estuviera al alcance de todos los individuos, basado en sus capacidades y no en privilegios económicos o familiares. Esta postura generó fuertes críticas por parte de ciertos grupos sociales e instituciones (como los gremios), quienes veían en la Ilustración una amenaza a sus privilegios.
La difusión de las ideas ilustradas por Europa se vio impulsada en gran medida por la publicación en Francia de la Enciclopedia, dirigida por Diderot y D'Alembert.