El Absolutismo Monárquico: Origen, Características y Declive

Clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 3,13 KB

El Absolutismo Monárquico

Origen y Características

El absolutismo monárquico fue un sistema político en el que el monarca poseía poder absoluto, concentrando todos los poderes en su persona. Gobernaba el reino, dirigía la política exterior, administraba justicia y nombraba a los magistrados. El monarca no estaba sometido a ningún tipo de control ni compartía la soberanía con nadie. Sus súbditos estaban sometidos a él, ya que su poder tenía un origen divino y recibía la autoridad de Dios que ejercía en su nombre.

Para ejecutar su autoridad, el monarca era asesorado por consejos, ministros y secretarios. Funcionarios administraban el reino, recaudaban impuestos y cumplían las órdenes reales. El monarca debía respetar los privilegios tradicionales de la nobleza y el clero, que tenían derechos señoriales en una parte importante del reino (señoríos) donde cobraban impuestos y administraban justicia.

Limitaciones del Poder Monárquico

El poder del monarca estaba limitado por las cortes y parlamentos, que tenían competencia para crear nuevos impuestos y ratificar a nuevos monarcas.

Contestación al Absolutismo

En algunos países como Inglaterra y Holanda, a principios del siglo XVII se produjeron revoluciones para implantar el control del parlamento sobre los monarcas.

El Siglo XVIII: Ilustración y Reformas

En el siglo XVIII, los monarcas reconocieron la necesidad de mejorar la economía y la administración de sus países. El bajo crecimiento demográfico y económico y las revueltas populares llevaron a introducir mejoras siguiendo las nuevas ideas ilustradas.

El Tratado de Utrecht

En el siglo XVIII tuvo lugar la Guerra de Sucesión a la Corona Española (1700-1713), que marcó el inicio del declive del Imperio español en Europa y significó el inicio del reinado de la dinastía borbónica en España. Los tratados de Utrecht y Rastatt pusieron fin al conflicto y otorgaron beneficios territoriales a Rusia, Prusia, el Ducado de Saboya y las Provincias Unidas (Holanda). Confirmaron como gran beneficio a Gran Bretaña tras conseguir el monopolio del tráfico de esclavos con América y se consolidó junto a Holanda como la gran potencia marítima y comercial. Francia, Austria y Rusia eran grandes potencias, pero el dominio continental fue disputado por Prusia, un estado en ascenso.

El Despotismo Ilustrado

Algunos soberanos, sin dejar de ser monarcas absolutos, llevaron a cabo experiencias reformistas que pretendían combinar la autoridad real con las ideas de progreso de la Ilustración. Los rasgos comunes de estos monarcas fueron la racionalización de la administración, el fomento de la educación y la búsqueda de la modernización económica. Promovieron programas de desarrollo agrícola e industrial y facilitaron la libertad de comercio. Sin embargo, tuvieron un alcance muy limitado, ya que no se podían impulsar reformas económicas y a la vez mantener intacta la sociedad estamental y el poder absoluto. Las contradicciones del despotismo ilustrado abrieron caminos a las revoluciones que pondrían fin al absolutismo monárquico.

Entradas relacionadas: