Aceifas de Almanzor: Estrategias y Consecuencias en los Reinos Cristianos
Clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 3,07 KB
Las Aceifas contra los Reinos Cristianos: Características de las Campañas de Almanzor
La justificación para lanzar las campañas fue la falta de reconocimiento a la ciudad Cordobesa, exigiendo que las tribus pagaran al califato. Su objetivo no era controlar el valle del Duero, sino la Yihad, legitimándose como gobernante y capturar botín. El ejército de Almanzor podría tener 50.000 efectivos. Llevó a cabo una reforma militar muy importante que consistió en la creación de unidades mixtas, compuestas por eslavos, bereberes y árabes, rompiendo las solidaridades internas que podrían aparecer en el ejército, poniendo como jefe de cada unidad a un funcionario elegido por él. Además, mediaría entre los conflictos entre árabes y bereberes.
La estrategia que iba a realizar era generar un estado de alarma y miedo en el norte, y no controlar el territorio. Llevó a cabo unas 56 campañas militares, siendo los años más importantes 977-985. Se atacaron centros políticos, como León, Pamplona, Barcelona, y los centros religiosos, siendo grandes centros de conservación de botines. Estas campañas ralentizaron mucho la repoblación de los reinos cristianos, no pudiendo asentar población alguna en las fronteras.
Principales campañas (solo se libra la franja cantábrica)
El núcleo central de las campañas se concentró en el valle del Duero. Vemos ataques que llegan a León, Astorga y a Compostela. En el 986 se dedicó a saquear las iglesias monásticas alrededor de León. En el 997 saqueó Santiago de Compostela en respuesta al impago del tributo del rey de León, pero no tocó la tumba del Apóstol, llevándose las campanas de Santiago. También desarrolló campañas contra los Condados Catalanes, en 985, momento en el cual el Conde de Barcelona no estaba pagando el tributo, y lanzó una expedición saqueando Barcelona y reduciéndola a escombros.
El fracaso de la dinastía amirí: hacia la disgregación del califato
En el año 1002, Abd al-Malik sucedió a Almanzor, siguiendo encerrado el califa y ordenando asesinatos en las familias Omeyas. En los años 1003-1008 siguió con las campañas contra los cristianos, pero murió en el 1008. Heredó el poder otro hijo de Almanzor, Sanchuelo, quien intentó nombrar a un nuevo Califa. Él adujo que como tenía parentesco con Hisham II debía sucederlo, pero el pueblo de Córdoba no lo permitió. El 15 de febrero del año 1009, hubo una revuelta popular en Córdoba, arrasando Córdoba y las dos Medinas, y asesinando a Sanchuelo, y se despertó el odio contra los bereberes. Los bereberes nombraron a un Califa, Suliman. Hisham II murió en el año 1009, encontrándonos una guerra civil entre el 1009 y el 1031, ocurriendo una sucesión de 13 califas. En el 1031 se produjo el derrocamiento del Califato de Córdoba, estableciéndose como una república autónoma, y apareciendo los llamados Reinos de Taifas, los poderes locales dando el salto para controlar los territorios que controlaban. Poco a poco las taifas se empezaron a agruparse entorno a Sevilla, Málaga, Toledo y Badajoz.