Adolf Loos: El Raumplan y su Impacto en la Arquitectura Moderna

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Adolf Loos: Antecedentes y Formación

Después de recibir una educación técnica en el Instituto Real e Imperial del Estado y otros estudios en el Instituto Tecnológico de Dresde, Adolf Loos viajó a Estados Unidos en 1893 para visitar la World's Columbian Exposition de Chicago.

Durante su estancia, Loos se familiarizó con los primeros logros de la Escuela de Chicago y con los escritos teóricos de Louis Sullivan, en particular con el ensayo Ornament in Architecture de 1892.

Después de su regreso a Viena en 1896, Loos inició su carrera diseñando interiores y escribiendo artículos para el diario liberal Neue Freie Presse sobre una amplia variedad de temas que abarcaban desde la indumentaria hasta la arquitectura.

En 1908, publicó Ornament und Verbrechen (Ornamento y Crimen), un texto fundamental en el que elaboró la naturaleza de su disputa con los artistas de la Secesión de Viena.

El argumento definitivo de Loos contra el ornamento no consistía tan solo en calificar a este de derroche en mano de obra y materiales, sino que lo asociaba a los artesanos o a las personas que no tenían acceso a los más altos logros de la cultura.

Interiorismo: La Práctica de Loos hasta 1910

Hasta 1910, la práctica de Loos quedó confinada mayoritariamente a la conversión de interiores existentes.

En los interiores diseñados por Loos, invariablemente, cubría con paneles las paredes hasta el nivel de friso o de pinturas, utilizando piedra pulimentada o madera. Sobre estos paneles quedaba un espacio en blanco o un remate con un detalle ornamental clásico en yeso.

En los ambientes públicos, los techos solían estar desnudos, en tanto que en los privados estaban revestidos con madera o metal. En ocasiones, particularmente en los comedores, colocaba vigas de madera que a veces adquirían proporciones notables, como en la Casa Steiner de 1910. En general, el piso era de baldosa o parqué y siempre estaban cubiertos por alfombras orientales, en tanto que los alrededores de la chimenea, frecuentemente de ladrillo, ofrecían un marcado contraste con los detalles de iluminación invariablemente aportados por vitrinas, espejos, lámparas y adornos metálicos.

Filosofía del Mobiliario y Materiales

En su ensayo sobre La abolición del mobiliario, Loos escribió:

“Las paredes de un edificio pertenecen al arquitecto. En ellas él manda a su antojo. Y al igual que con las paredes sucede con todo mueble que no sea móvil.”

Acerca de las piezas móviles, añadió:

“Todos estos artículos fabricados por nuestros artesanos en un idioma moderno (nunca por los arquitectos), cualquiera puede comprarlos para sí de acuerdo con sus propios gustos e inclinaciones.”

Para Loos, los materiales nobles y la buena artesanía no solo debían ser considerados como compensadores de una carencia de decoración, sino como muy superiores a esta en su suntuosidad.

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