Agricultura Española en el Siglo XX: Crisis, Evolución y Conflictos
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Atraso Agrario y Conflictividad Campesina en España (Siglo XX)
En las primeras décadas del siglo XX, el campo español presentaba un marcado contraste entre el dinamismo de la agricultura de tipo mediterráneo (frutas, hortalizas) y las escasas transformaciones de la agricultura cerealista.
La Crisis Agraria
La agricultura española tuvo que hacer frente a las consecuencias de la crisis agraria que afectó a Europa a finales del siglo XIX. El cultivo de cereales, olivo y vid en secano, junto con la ganadería ovina para la producción de lana, eran actividades predominantes. España se vio particularmente afectada por la crisis cerealista, causada por la llegada de productos procedentes de países con una agricultura extensiva más competitiva (Argentina, EE.UU., Canadá, Rusia), cuyos precios eran más bajos que los europeos.
La disminución de precios fue más acusada en la periferia española, donde el abastecimiento desde el exterior era más fácil. En el interior, los precios bajaron debido a la menor demanda de la producción interna. En Castilla, la reducción de ingresos condujo a una disminución de los beneficios, generando protestas que exigían aranceles protectores. La disminución de los beneficios también llevó a la reducción de salarios para los jornaleros, desencadenando un período de agitaciones campesinas durante el primer tercio del siglo XX.
La crisis cerealista coincidió con una crisis en la viticultura. La disminución de la producción de vid en Francia (debido a una plaga) aumentó la demanda de vino español para mezclarlo con el francés. Las exportaciones de vino experimentaron un gran auge. Sin embargo, la plaga llegó a España, finalizando la exportación de vino a Francia y acabando con la mayoría de las viñas españolas. Se introdujo entonces una nueva cepa americana, inmune a la plaga.
La Evolución Agrícola
La crisis se superó gracias al establecimiento de nuevas barreras arancelarias y al crecimiento de la producción mediante la especialización de cultivos, el uso de fertilizantes y el aumento de la mecanización y el regadío. Se introdujeron nuevos cultivos para mejorar la producción ganadera y hubo una especialización en olivo, viña y cítricos para la exportación. La producción agraria aumentó, y la ganadera se duplicó, pero los rendimientos por hectárea seguían siendo de los más bajos de Europa.
La producción de cereales era principal en esta época, pero los escasos rendimientos aumentaban su precio, siendo este más alto en España que en otros países. La menor disponibilidad de dinero para la compra de estos productos obstaculizó el crecimiento de la industria. Los cultivos más dinámicos eran la viña, el olivo, los cítricos, la fruta y las hortalizas. En la zona mediterránea, el desarrollo agrícola generó beneficios para la actividad industrial, y en la cornisa cantábrica aumentó la producción ganadera (carne y leche).
Los Problemas del Campo Español
Existía una enorme desigualdad en la estructura de la tierra, con amplias zonas de latifundios y regiones de minifundios, lo que incidía en los bajos rendimientos y dificultaba la adopción de nuevas técnicas y métodos de cultivo. Los propietarios de grandes latifundios mostraban aversión al riesgo y escaso interés en el cultivo. Las diferencias extremas entre propietarios y campesinos provocaron una gran conflictividad social. El avance de las organizaciones campesinas vinculó la movilización a la necesidad de una reforma agraria. La existencia de minifundios y la mala calidad de la tierra en el norte hicieron que la producción de cultivos fuera principalmente de subsistencia, lo que llevó a muchos campesinos a emigrar.
Intentos de Solución
Los diferentes gobiernos españoles fueron conscientes del atraso del campo español. El aumento del regadío se consideraba imprescindible para superar las adversidades climáticas. Se aprobó un plan de obras públicas para implantar regadíos en zonas de secano, que se amplió con las Confederaciones Hidrográficas durante la dictadura de Primo de Rivera y con el plan de obras hidráulicas en la Segunda República. El principal problema era la gran cantidad de campesinos sin tierra. Una ley permitió la colonización de miles de hectáreas que se concedieron a pequeños propietarios, y otra ley facilitó el reparto entre los campesinos. Sin embargo, todas estas medidas se mostraron insuficientes, y la presión de los grandes propietarios impidió una reforma agraria efectiva.