El Agua en España: Aprovechamiento Estratégico en los Sectores Energético y Agrario

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Usos del Agua en España: Sectores Clave y Gestión

Uso Energético del Agua

El uso energético del agua, que incluye la generación hidroeléctrica y la refrigeración, representa aproximadamente el 14% del consumo total en España. Este aprovechamiento surgió con la creciente demanda urbana e industrial en el siglo XIX, periodo en el que se construyeron las primeras centrales hidroeléctricas cercanas a los centros de consumo. Esta evolución permitió transportar electricidad desde centrales de producción, incluso aquellas situadas lejos de las áreas urbanas e industriales.

España destaca por poseer uno de los mayores parques hidroeléctricos del mundo. Es importante señalar que este uso es predominantemente no consuntivo, lo que significa que el agua utilizada puede ser destinada posteriormente a otros fines, como el abastecimiento agrario o urbano. La mayoría de los hiperembalses (grandes embalses) tienen como una de sus funciones principales la generación de energía eléctrica.

Distribución y Características de la Producción Hidroeléctrica

Las cuencas hidrográficas del Norte, Duero, Ebro y Tajo concentran cerca del 90% de la producción hidroeléctrica nacional. La energía hidroeléctrica es reconocida como una de las fuentes de energía más limpias disponibles y es, además, renovable.

No obstante, presenta un inconveniente significativo: la necesidad de mantener un volumen de agua en reserva en los embalses, el cual no puede ser asignado a otros usos prioritarios en momentos de escasez.

Uso Agrario del Agua

El sector agrario es el principal consumidor de agua en España, representando más del 70% del consumo total. Los regadíos constituyen el uso consuntivo más importante del agua en el país.

Modalidades y Desafíos del Regadío en España

Los cultivos de regadío presentan múltiples modalidades, con variada eficiencia y rentabilidad económica del agua. Aproximadamente el 70% de las hectáreas (ha) regadas se localizan en zonas del interior peninsular. En su mayoría, se trata de regadíos extensivos, a menudo asociados con bajos niveles de empleo y una considerable dependencia de las subvenciones de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea.

La transformación de cultivos tradicionales de secano en regadío ha provocado un notable aumento en la demanda de agua. Este uso es frecuentemente criticado debido a la relación a veces negativa entre el volumen de agua consumido y la eficiencia productiva obtenida. Sin embargo, desde la perspectiva de otros indicadores socioeconómicos, el regadío puede considerarse rentable, ya que juega un papel crucial en la fijación de la población en áreas rurales con escasas alternativas laborales. Adicionalmente, el desarrollo del regadío genera la necesidad de importantes obras de infraestructura hidráulica (embalses, canales, etc.).

Hacia una Mayor Racionalización y Eficiencia en el Uso Agrario del Agua

La optimización del consumo de agua en la agricultura es fundamental y se persigue mediante diversas estrategias:

  • Selección de cultivos que ofrezcan mayor rentabilidad hídrica y económica.
  • Implementación de sistemas de riego más eficientes (por ejemplo, goteo o aspersión controlada).

Resulta evidente la necesidad de modernizar las técnicas de riego y mejorar las infraestructuras existentes. Las pérdidas de agua son considerables, tanto por evaporación en sistemas obsoletos como por fugas debidas a la rotura y el deterioro de las canalizaciones.

A pesar de los desafíos, el regadío ha supuesto un avance significativo, especialmente para las zonas de agricultura tradicional de secano en el interior de la península. Se considera que ha contribuido a una mejora sustancial del nivel de vida de los agricultores en estas regiones.

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