Alfonso XIII: Regeneracionismo y Crisis de la Restauración (1902-1909)
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El Reinado de Alfonso XIII y los Proyectos de Regeneracionismo Político
El reinado de Alfonso XIII, hijo de Alfonso XII, se inicia en 1902, tras la regencia de su madre María Cristina de Habsburgo-Lorena, y finaliza en 1931 con la proclamación de la II República. En 1902, Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad y en 1906 contrajo matrimonio con Victoria Eugenia de Battenberg. El día de su boda sufrieron un atentado terrorista a manos del anarquista Mateo Morral, del que salieron ilesos. Uno de sus hijos, D. Juan, es el padre del rey Juan Carlos I. En el contexto internacional, los principales acontecimientos de su reinado fueron: la Primera Guerra Mundial, la Revolución bolchevique en Rusia y la Gran Depresión. El reinado comprende dos periodos: la crisis de la Restauración (1902-1923) y la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). La primera parte del reinado de Alfonso XIII está marcada por el intento de dar solución a los problemas de España. El Desastre del 98 despertó el deseo en la sociedad española de "regeneración" del país, basada en la reforma del Estado, el fomento de la riqueza y la enseñanza públicas. El regeneracionismo o revisionismo tuvo varias vertientes: social y económica, cuyo ideólogo fue Joaquín Costa con el lema “despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid”; intelectual y literaria, representada por los escritores de la Generación del 98 (Unamuno, Ramiro de Maeztu...), que reflexionan sobre la decadencia de España; y política, entre los que destacan Antonio Maura y José Canalejas. El Partido Conservador y el Partido Liberal intentaron llevar a cabo políticas reformistas para modernizar España. El fracaso de su política facilitó la crisis del “turnismo” y el establecimiento de la Dictadura de Miguel Primo de Rivera.
El Intento de Regeneracionismo Político del Partido Conservador (1903-1909)
Tras la muerte de Cánovas en 1897, los nuevos líderes del Partido Conservador fueron: Francisco Silvela y Antonio Maura. El primer intento regeneracionista se debe a Silvela-Polavieja (1899-1900), que abordaron problemas como el equilibrio presupuestario, la política social y la creación del Ministerio de Instrucción Pública. Las principales reformas las realizó Antonio Maura en su “gobierno corto” (1903-1904) y, sobre todo, en su “gobierno largo” (1907-1909). Su programa político se denomina maurismo y los principales principios políticos fueron: conservadurismo católico, defendiendo la influencia de la Iglesia católica en la sociedad frente a la aspiración de la izquierda de un estado laico; conectar la monarquía con la sociedad; acabar con el caciquismo; incorporar otras fuerzas políticas al sistema como el catalanismo conservador de la Lliga liderada por Prat de la Riba y Francesc Cambó. Para ello, elaboró la Ley de la Administración Local que permitía la formación de mancomunidades, aunque no llegó a ser aprobada, y una política exterior expansionista en Marruecos para olvidar el Desastre del 98. Aprobó una nueva Ley Electoral en 1907 que establecía el voto obligatorio y la proclamación automática de la candidatura sin oposición. Legalizó el derecho a la huelga en 1908 y creó el Instituto Nacional de Previsión (1908), origen de la Seguridad Social. Su lema era “hagamos la revolución desde arriba para que no nos la hagan desde abajo” y defendió la participación de la “masas neutras” (clases medias) en política para acabar con el caciquismo. Maura dimitió en 1909 como consecuencia de la campaña “Maura, no”, cuando el rey le retiró su confianza.