La Alhambra y el Generalife: Esplendor del Arte Nazarí en Granada
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El Arte Nazarí: La Alhambra y el Generalife
Coincidiendo con la desintegración del Imperio Almohade en Al-Ándalus, aparece Muhammad ibn Nasr, quien se erige como líder de los musulmanes hispanos y en 1237 funda en Granada la dinastía Nazarí.
Historia y Fundación de la Dinastía Nazarí
Tras la conquista del Guadalquivir por San Fernando, Muhammad ibn Nasr inició una política de vasallaje y alianzas con los monarcas castellanos. Su sumisión tributaria y las disputas dinásticas entre los reyes cristianos permitieron a los Nazaríes conservar todavía durante dos siglos y medio este rincón andaluz. En su aislamiento, crearon un arte refinado y autosuficiente.
La Alhambra: Fortaleza y Palacio Nazarí
Nada más establecerse en Granada, los Nazaríes iniciaron la construcción en una acrópolis sobre el Cerro de la Sabika: la Alhambra o 'castillo rojo', por el color de sus muros. Este exótico recinto se distribuye en tres núcleos independientes:
- La Alcazaba militar: el área defensiva.
- Los Palacios Reales: la residencia de los sultanes.
- Una ciudad autónoma: urbanizada con calles estrechas y serpenteantes, donde residían altos dignatarios de la corte, funcionarios, artesanos y personal de servicio. Aquí se alzaban la Casa de la Moneda, mezquitas, cementerios, aljibes y baños públicos.
El conjunto palatino cubría las necesidades administrativas, políticas y urbanas, constituyendo una perfecta adaptación de la arquitectura al medio natural.
El Generalife y la Cultura del Agua
Muhammad I (primer sultán nazarí, Muhammad ibn Nasr) levantó el circuito defensivo en la Alcazaba, con un patio de armas en el ángulo más alto y saliente de la colina. Después, abasteció de agua abriendo una acequia con caudal propio desde el río Darro. Esto dio lugar al Generalife, una finca con un gran pabellón de recreo, e incorporó la cultura del agua y la jardinería, ordenando construir el Partal.
El Esplendor Nazarí: Yusuf I y Muhammad V
Pero el esplendor de la Alhambra llegaría en la segunda mitad del siglo XIV bajo los sultanes Yusuf I y su hijo Muhammad V, convirtiéndola en una fortaleza y, a la vez, una mansión para la alegría, gracias a sus robustos exteriores que esconden una gran ornamentación interior.
Contribuciones de Yusuf I
Yusuf I reconstruyó las puertas y las torres de la muralla, dándoles majestuosidad. Entre los accesos destaca la Puerta de la Explanada, con estructura interior acodada. De las torres, la más sobresaliente fue la de Comares, sede oficial del trono y salón de embajadores. Esta torre fue hecha de materiales frágiles y humildes como barro, yeso y madera, pero convertidos en obras de arte. En el artesón de carpintería que cubre el techo de Comares aparecen representados esquemáticamente los siete cielos del Paraíso musulmán superpuestos, presididos por el trono de Alá.
Transformaciones de Muhammad V
Muhammad V otorgó al área de los palacios su configuración actual. Ordenó edificar el Cuarto de los Leones debido a la tradición de que cada monarca se construyese su propia residencia. La fuente del Cuarto de los Leones había pertenecido a la casa de un judío y, tres siglos después, se reutilizó en la Alhambra con fines simbólicos.
En los cuatro frentes del patio se abren otras dependencias:
- La Sala de Mocárabes
- La Sala de los Reyes
- La Sala de los Abencerrajes
- La Sala de las Dos Hermanas, con el Mirador de Daraxa al fondo.
La Alhambra compartirá en el futuro con el Escorial la primacía del arte español.