La Alienación del Hombre en la Sociedad Capitalista

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Antropología: El hombre se encuentra alienado en la sociedad capitalista, es decir, se encuentra limitada su libertad y condicionada por el trabajo y las formas en que se hace el trabajo. Marx sostiene que la esencia del hombre es el trabajo, porque el hombre es un ser corporal más que espiritual. El hombre es un ser natural que tiene necesidades y fuerzas para satisfacerlas, y también es un ser histórico que se va haciendo según va evolucionando. Estas necesidades son las que hacen al ser humano trabajar, lo que le diferencia de los animales, ya que el hombre tiene que producir sus medios de vida. Luego, la esencia del hombre es el trabajo. Mediante el trabajo, el hombre se relaciona con la naturaleza, porque la transforma para sus propios fines, y mediante el trabajo, el hombre se relaciona con otros hombres, organizándose la sociedad en torno al trabajo. Entonces, podemos decir que el trabajo humaniza al hombre. Sin embargo, el tipo de organización del trabajo en una sociedad capitalista resulta alienante para el hombre. ¿Cuál es el origen de esta alienación? La división del trabajo, que en principio aumenta la capacidad productiva, pero da lugar a la división social, ya que unos hombres que acumulan el dinero dominan sobre otros. El hombre, entonces, se transforma en mercancía. Así es como se encuentra alineado de dos formas: 1) porque se ve obligado a vender su fuerza de trabajo al empresario para subsistir. Su trabajo ya no es suyo; luego, el trabajo que es la esencia del hombre lo pierde porque ya no es suyo, lo cual lo deshumaniza, y el hombre solo se encuentra feliz cuando sale de su trabajo; 2) porque pierde el producto de su trabajo, ya que lo que él produce no le pertenece a él, sino al empresario, al capitalista. Luego, podemos concluir que la forma de trabajo en la sociedad capitalista deshumaniza al hombre, porque el hombre vende su trabajo para subsistir en la empresa capitalista, perdiendo así su esencia.
Teoría del conocimiento: materialismo histórico: Hegel decía que lo espiritual cambiaba lo material, es decir, que el cambio de la forma de pensar cambiaba la forma de actuar. Marx, en cambio, sostiene que el cambio de pensamiento y de conciencia de los hombres se produce por el cambio de las condiciones materiales de existencia; es decir, lo material condiciona lo espiritual. Las condiciones materiales determinan las formas de pensar, es decir, la conciencia. Esto es lo que se denomina materialismo histórico. Con lo cual, la forma en que se hace el trabajo y cómo se relacionan los hombres mediante el trabajo determinará la forma de organizarse la sociedad y la ideología que tendrá el hombre en ese momento. El propio modo de producir hace que cada vez se trabaje más, entonces las fuerzas productivas materiales del hombre, al encontrarse cada vez menos libres, entran en una lucha con el propio trabajo. La forma de liberarse de ella es la revolución. Esta es la oposición que existía entre las fuerzas productivas, que es el trabajo del hombre, y las relaciones de producción, que son los propietarios de los medios de producción, quienes determinan de qué forma se tiene que trabajar. Con lo cual, se produce una lucha de clases, porque el trabajador quiere ser dueño de la forma de trabajar y el empresario quiere ser dueño del trabajo del trabajador.

Teoría de la sociedad: ¿Qué condiciones tienen que darse para que una sociedad sea capitalista? Que las cosas dejen de ser cosas y sean mercancías. Define dos valores: el valor de uso, que es el valor para lo que sirve una cosa; por ejemplo, una silla, cuyo valor de uso es que sirve para sentarse. Pero una cosa también puede tener un valor de cambio, y al tener ese valor de cambio se convierte en una mercancía. Demuestra que en una sociedad en la que todas las clases son mercancías, solo puede funcionar si existe el dinero, que es el valor de cambio de todas las otras mercancías. En la sociedad capitalista, todos los productos, tierra y trabajo humano son mercancía; luego, todo puede ser representado por una cantidad de dinero. Pero, ¿de qué depende el valor de una mercancía? Depende de las horas de trabajo que haya costado producirlo. Sin embargo, en un sistema capitalista, el trabajador vende su trabajo a cambio de un salario, y luego el empresario vende ese producto no por el valor de las horas de trabajo, sino por un precio mayor, produciéndose la plusvalía. Por tanto, el precio que se paga por una mercancía no es realmente el precio de la fuerza productiva que la produce, sino que tiene una plusvalía, lo que implica una explotación del empresario al trabajador, porque lo está pagando menos del precio del producto. La forma del capitalismo hace que cada vez se acumule el capital en pocas manos y haya un empobrecimiento de muchos. Esta alienación del hombre por su propio trabajo hace que caiga la sociedad capitalista, consecuencia de los estallidos sociales del hombre: la revolución, lo que da lugar al socialismo.

Teoría de la sociedad: La filosofía de Nietzsche es una crítica de la cultura occidental. Hasta ahora, ha separado dos mundos: el mundo verdadero y el mundo aparente, haciendo tres críticas: 1) crítica de la metafísica, 2) crítica de la ciencia, 3) crítica de la moral. Crítica de la metafísica: el aspecto ontológico de la metafísica, es decir, sobre el hombre. Los filósofos hasta ahora piensan que las cosas de un valor supremo tienen un origen propio que no proviene de este mundo terrenal, sino que vienen directamente de Dios, del otro mundo. El filósofo se ha tenido que inventar un mundo aparente para justificar una serie de valoraciones. En cambio, Nietzsche no hace distinción entre estos dos mundos, haciendo del ser algo cambiante. El ser consiste en un constante movimiento de destrucción y creación. El aspecto epistemológico de la crítica de la metafísica es que el modo de conocer el ser, lo que llamamos verdad, son metáforas que la costumbre ha venido imponiendo de naturaleza desconocida. Las palabras son solo metáforas de las cosas, interpretaciones sobre las cosas que nunca manifiestan la esencia de la propia cosa. Crítica a la ciencia: Nietzsche critica que la ciencia investiga la naturaleza desde su exterior, sin entrar en la esencia de la naturaleza. Crítica de la moral: Nietzsche critica la moral de Platón al decir que lo importante es la vida eterna, con lo cual infravalora la vida efectiva, ya que entonces es un mero trámite para la vida eterna. Esta moral es una moral contranatural, ya que establece unas normas dirigidas contra la vida que vivimos. Muchas veces es una negación de los instintos vitales. Nietzsche dice que es una moral decadente e intimista, porque niega la propia vida en favor de otro mundo que ha creado el hombre, encarnado en la figura de Dios.

Dios ha muerto: Con esta metáfora se significa que la negación del mundo suprasensible implica la negación del fundamento. Queda orden y sentido a todo. El nihilismo supone una pérdida de sentido a nuestra existencia. Por eso, el nihilismo nos obliga a dar un salto mortal para iniciar un nuevo concepto del ser, una nueva ontología.

Teoría del conocimiento o el problema en el conocimiento: El conocimiento no es sino una interpretación de la realidad, y lo real no será el resultado de diferentes formas con las que el ser humano ve el mundo, es decir, las perspectivas. Entonces, el problema de la verdad solo podemos entenderlo desde la noción de voluntad de poder. ¿Y qué es la voluntad de poder? No es una voluntad psicológica, sino una voluntad creadora, artística, que no define solamente al hombre, sino a toda la propia vida que está siempre creando para poder asumir la propia existencia. Por tanto, el concepto de voluntad de poder se opone al de voluntad de verdad. El hombre no busca el conocimiento porque sea algo inherente a su naturaleza, sino que es la propia vida y su voluntad de permanecer en ella la que le hace anclarse a la interpretación de lo real. El hombre que ahora es capaz y tiene voluntad de poder no va a ser un hombre que se adapte a la forma de pensar de la moral decadente de Occidente, que negaba este mundo en pos de otro mundo del más allá, sino que será capaz de crear una serie de valores que estén más acordes con la esencia de la propia vida que vive. Este hombre Nietzsche le llamará superhombre.

El problema del hombre: la antropología: Según Nietzsche, el superhombre es aquel que le permite afirmar la vida, y es lo que conocemos como la transvaloración de los valores.

El problema de la moral: La transvaloración de los valores. Si nos dejamos de preocupar del porqué de nuestra existencia, empezaremos a ser felices por existir en realidad y le daremos plenitud de sentido al estar aquí y ahora. Por eso, Nietzsche quiere hacer una moral de valores que intensifiquen y aumenten la existencia mortal, es decir, la vida que vivimos. Una moral que exalte la vida en su creatividad y destrucción naturales y que afirme la vida y la muerte. Es decir, antes los valores estaban en el otro mundo y ahora los valores van a estar en este mundo.

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