Almanzor: El Forjador del Poder Omeya en Al-Ándalus
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Almanzor: Ascenso y Consolidación del Poder en Al-Ándalus
Tras la muerte de Al-Hakam II en el año 976, emergió una figura clave que no pertenecía a la familia Omeya: Abu Amir Muhammad, conocido como Almanzor. Su figura ha sido interpretada de diversas maneras: para los cristianos, fue el azote de Dios; para los islámicos, la espada del Islam. Almanzor era miembro de una dinastía árabe establecida en Algeciras, y algunos de sus antepasados ya habían ocupado puestos importantes en la administración de Córdoba. Poseía un gran carisma, un carácter autoritario y un profundo sentido de la justicia.
Es importante destacar que la obra política de Almanzor no fue el resultado del esfuerzo de un solo hombre, sino que contó con el apoyo de las aristocracias que habían sido marginadas durante los gobiernos de Abderramán III y Al-Hakam II.
Los Primeros Pasos y el Ascenso al Poder
Almanzor comenzó su carrera con una sólida educación en Córdoba, abarcando campos como el derecho, la literatura y la lengua. Ocupó un puesto de escribano, desarrollando una notable trayectoria al servicio del Cadí de Córdoba, quien lo presentó a al-Mushafi. A partir de este momento, su carrera progresó muy rápidamente:
- Fue nombrado Mayordomo de Subh.
- Dirigió la ceca de Córdoba.
- En el año 970, fue nombrado Tesorero.
- Posteriormente, fue Cadí de Sevilla y de Niebla.
- Su punto culminante fue el de Jefe de Policía en el año 972, lo que le otorgó el control sobre los instrumentos de fuerza.
A la muerte de Al-Hakam II, su hijo Hisham II era menor de edad y quedó bajo la tutela del visir de Al-Hakam, al-Mushafi. Almanzor procedió a eliminar a los elementos que habían apoyado a Al-Hakam II y desarrolló una serie de campañas militares para granjearse el favor del sector castrense. Apartó del poder a al-Mushafi, consolidando su posición al casarse con Ghalib, lo que estableció una importante alianza. Al-Mushafi fue encarcelado, y así, en el año 978, Almanzor se hizo con el título de Visir.
La Suplantación del Poder Califal por Ibn Abi Amir (976-981)
A partir de este momento, se observa un claro intento de suplantación del poder de Hisham II por parte de Almanzor. Para aislar al joven califa, tomó una serie de medidas estratégicas:
- Construyó una nueva ciudad palatina, Medina al-Zahira, a la que trasladó toda la administración.
- Se dedicó a reforzar su propia figura, recluyendo a Hisham II y a Subh en Medina Azahara.
Almanzor justificó estas medidas como una decisión de Hisham II para dedicarse al mundo espiritual. Estableció una guardia fiel en las arcas califales y, en el año 981, difundió la noticia de que Ghalib estaba aliada con los poderes cristianos, lo que provocó un enfrentamiento armado y su posterior derrocamiento. Fue a partir de entonces cuando Almanzor adoptó el apodo de “al-Mansur” (El Victorioso por Dios); este título debía ser invocado inmediatamente después del nombre del Califa en las oraciones y documentos oficiales.
Almanzor estableció un rígido control sobre su persona y, siguiendo el principio de hereditariedad, intentó establecer una línea sucesoria propia. Ante el vacío de poder califal, estableció una dictadura de carácter militar, conformando una clientela militar adicta, principalmente de bereberes. Para financiar su régimen y sus campañas, aumentó la presión fiscal, que se vio camuflada con las constantes campañas militares contra los reinos cristianos, apoyándose en la idea de la Yihad. La autoridad del califa quedó reducida a una cuestión nominal, viéndose su presencia únicamente en la acuñación de la moneda y en la invocación de su nombre en la oración de los viernes.