La Alta Comedia y sus Características en el Teatro Español
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La Alta Comedia en el Teatro Español
12. La Alta Comedia
Un subgénero propiamente realista es la alta comedia, o comedia burguesa o de salón, creada en la etapa final del Romanticismo por Ventura de la Vega. Esta comedia de costumbres intenta representar los problemas sociales y morales cotidianos de la burguesía contemporánea, con pretensiones didácticas y moralistas (que asfixian la verosimilitud). Importa más expresar la idea que la creación de situaciones (estas carecen de relieve) y personajes (que dan sensación de acartonados). El público burgués ve representados sus conflictos familiares, amorosos, dinerarios… en el salón de su casa (escenificado tal cual). Se trata de un teatro generalmente en verso.
Estos melodramas eran maniqueístas, donde los buenos y generosos triunfan sobre los malos, lo cual proporcionaba una terapia para el público. Para conseguir esto, los conflictos eran ingenuos y fácilmente manipulables.
A lo largo de 50 años, este tipo de comedia evolucionará acercándose al realismo con Enrique Gaspar, se cargará de melodramatismo con Echegaray y desembocará finalmente en la comedia benaventina. Destacan los siguientes autores:
Autores Destacados de la Alta Comedia
Adelardo López de Ayala
En Consuelo (1878) trata el desmedido amor al lujo. Esta es la comedia más interesante de Ayala, la más densa y problemática porque la figura central tiene rasgos contradictorios que la acercan algo al mundo de los humanos.
Manuel Tamayo y Baus
Con Un drama nuevo (1867), donde introduce el teatro dentro del teatro; la prosa y el verso establecen en la obra la alternancia entre realidad y ficción. La acción está llevada con buen pulso, dándole el vuelo y complejidad precisos sin que se desdibuje su estructura intensa. Los personajes actúan siempre por razones y móviles humanos y comprensibles. La tragedia sobreviene de forma lógica como consecuencia de la verosimilitud del desarrollo dramático.
José Echegaray
Intentará difundir en la alta comedia la sensación de vida y verdad, e incorpora una dosis de pasión romántica a la alta comedia. Sobresale El gran Galeoto (1881), que trata de cómo la murmuración se hace verdad. Azorín habla del teatro de este autor diciendo que: “se trata de un teatro ilógico, deforme en el que los personajes parecen figuras de cartón, que se mueven con movimientos exagerados y gesticulan violentamente; todas las catástrofes que ocurren nacen de preocupaciones absurdas, de encadenamientos irracionales”.
Tímidos Intentos Renovadores Frente a la Alta Comedia
Drama Rural
Por su ambientación, como Feliu y Codina en La Dolores (1892), honra, amor y venganza en Calatayud.
Drama Social
De cierto carácter social y moral, refleja los conflictos del hombre con el medio social (la clase trabajadora sube al escenario burgués), pero centrándose más en las derivaciones sentimentales. Así ocurre en Juan José (1895), de Joaquín Dicenta.
Teatro Galdosiano
Es menos aburguesado y más crítico, más directo y sincero, pero Galdós no es un maestro de la técnica teatral. Algunas de sus obras teatrales son adaptaciones de sus novelas (El abuelo, Doña Perfecta). Su mayor éxito llegó, ya en 1901, con Electra, más por sus repercusiones políticas que por sus valores intrínsecos.