El Amor y la Naturaleza en la Poesía de Miguel Hernández: Un Análisis Temático
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En la obra de Miguel Hernández tiene gran importancia la temática del amor, breve pero rica. Llama la atención, en primer lugar, la presencia de los elementos de la naturaleza, sobre todo, la luna, alrededor de la que gira todo un mundo de elementos de la vida rural: el gallo, el espantapájaros, el azahar, la noria, las cabras, los labradores, las fraguas, el barro, el limón, etc. En segundo lugar, la utilización simbólica de cuanto ve. El toro es el símbolo por excelencia, que desde una evocación puramente descriptiva se torna en dolorosa tragedia. El toro se convierte en símbolo del amor, de ahí la identificación del poeta con el toro. Pero el tema por excelencia es el del amor. Las mujeres que lo inspiraron fueron su amor de toda la vida, Josefina Manresa, Maruja Mayo (un amor breve pero intenso) y el amor no correspondido de María Cegarra. Es en El rayo que no cesa donde se produce la maduración íntima de un concepto de amor como destino trágico. Motivos básicos de los sonetos del libro son su amor por Josefina, su incertidumbre y su alma en vilo. El amor es sexual, ardiente, pero también es la llamada de protección que lo cobije y lo ampare. Solo la amada puede consolar la pena del poeta. Entre el amor y la muerte va el hombre, pero también se rebela contra el amor que lo esclaviza. En El rayo que no cesa el dolor se impone. Una tristeza equipara muerte-vida. Por último, en Cancionero y romancero de ausencias vemos cómo la mujer amada e idealizada, en estos poemas, está, como la tristeza, vestida de negro. Hasta la pasión sexual, tan definida y clara en el autor, se ha atenuado. El poeta ha sentido la herida del amor; ha comprobado que esa herida es, también, la de la vida misma. Ahora intuye que se trata de la muerte.
Miguel Hernández y la Naturaleza
La naturaleza es contemplada como un generador de vida, capaz de recoger y mezclar cuanto se mueve o alienta. Para Miguel Hernández, en la naturaleza se muestra la conciencia de totalidad del mundo, de equilibrios de fuerza, de vida que se mueve, se transforma, la muerte y la vida. La tierra es su tierra natal, Orihuela, aparecen los motivos cotidianos de su vida pastoril y el léxico agreste. En Perito en lunas Miguel Hernández expresa simbólicamente la percepción de la naturaleza. La periodicidad de la luna, su ritmo, está relacionado con el ciclo fecundo de la mujer. Aparecen realidades oriolanas: lluvia, chumberas… un léxico agreste y una tierra geográfica y humana. El erotismo es, ahora, impulso vital hacia la mujer y hacia la tierra. Hay que mencionar sus reiteradas imágenes de la muerte. El vientre de la mujer es vida, pero lo son también la sangre y la savia de la tierra.