Análisis de la Belleza en las Flores del Mal de Baudelaire
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La Mendiga Pelirroja
En la sección "Cuadros parisinos" de Las Flores del Mal, Baudelaire centra su mirada en aquellos que, como él, no pertenecen a la ciudad. En el poema "La Mendiga Pelirroja", describe a una mendiga, comenzando con la frase:
“Blanca muchacha ... y la belleza …”. (por medio de una imagen visual que describe la grafopeya de la muchacha) El autor establece el concepto de ver la belleza en la sencillez, en lo que nadie ve bello.
Otra descripción de la mujer: “tu joven cuerpo enfermizo, lleno de pecas, tiene su dulzura.” Nuevamente, se demuestra el hecho de que el autor encuentra la belleza que se esconde detrás de todo lo que es considerado feo. La comparación que hace referencia a la diferencia entre las clases sociales compara a la mendiga con una reina: “Tú llevas más galantemente ... zuecos burdeos.” De esta manera, la pone en una posición de superioridad, y vuelve a la concepción de ver la belleza en la sencillez, de que por más rico que seas, no serás más lindo. El poema finaliza con la frase: “¡Ve, pues, sin otro adorno, .. ¡Oh, mi belleza!” (enumeración por asíndeton), la belleza de la mujer está por encima de cualquier tipo de adorno.
La Belleza
En este poema, es ella la que habla y dice que los poetas morirán en su búsqueda, porque ella es sublime y etérea, la cual puede ser representada por el cisne, el animal considerado bello y frío: “Incomprendida esfinge, ... del cisn". Podemos interpretar que la belleza es amada, pero ella es incapaz de amar a nadie. Al comienzo del poema, se ve reflejada una estatua como materialización de la belleza. El Yo lírico es la belleza materializada en una escultura (se la manifiesta como una mujer): “Como un sueño de piedra yo soy bella, ¡Oh mortales!”
Esta escultura deja de manifiesto que todos los artistas buscan la belleza, pero no todos logran acceder a ella. La mujer prosigue “y mi seno que a todos por turno torturó”. La palabra tortura connota sentimientos negativos, en este caso, hace referencia al conflicto que tiene el artista.
El poema finaliza con la frase “Mis dos enormes ojos de eterna claridad”. Mediante esta personificación, podemos ver cómo la belleza se ve reflejada en sus ojos.
Himno a la Belleza
En este poema, el yo lírico dice que se puede encontrar belleza en lo malo y en lo bueno; también se ve presente un tú lírico, que es la belleza. El poema comienza con la frase: “¿Vienes del cielo profundo o surges del abismo, oh, Belleza?”. El poeta personifica a la belleza, no es que se esté dirigiendo a una identidad de la belleza, sino a una persona. Podemos decir que el yo lírico es un artista. Continúa el poema con otra descripción de la mujer: “tú esparces perfumes como una tarde tempestuosa;” podemos ver una comparación entre el perfume con una tarde tempestuosa, ya que hace referencia al hecho de que el olor y esta imagen sensorial es muy fuerte y poderosa. El poema prosigue con la frase: “Que procedas del cielo o del infierno, ¿qué importa, ¡oh, Belleza! ¡monstruo enorme, horroroso, ingenuo!”. Podemos afirmar la presencia de una antítesis entre el cielo y el infierno. Utiliza este recurso para hacer referencia a que hay belleza en ambos aspectos, en el cielo y en el infierno. Por último, el poema termina con una antítesis entre el ángel y la sirena como figuras mitológicas: “De Satán o de Dios ¿qué importa? Ángel o Sirena”.
Esto vuelve a mostrar la belleza entre lo bueno, que sería el ángel, y lo malvado, como la sirena (que connota la seducción).
Conclusión
En Las Flores del Mal, la belleza es una de las causas por las que el poeta sufrirá mucho, ya que no puede alcanzarla y esto le crea angustia y dolor.