Análisis de "Nada" de Carmen Laforet: Realismo Existencial en la Posguerra Española
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Análisis de "Nada" de Carmen Laforet
Realismo Existencial en la Posguerra Española
Introducción
Nada, novela escrita por Carmen Laforet en 1944, es una de las primeras manifestaciones españolas del realismo existencial de los años cuarenta. Esta obra contrasta con el triunfalismo o la actitud evasiva, generales en la narrativa de la época. El reflejo amargo de la vida cotidiana será una nota frecuente en esta novela existencial de posguerra, debido a la censura de la época, que impide cualquier intento de denuncia. Nada causó un gran impacto.
Estructura y Argumento
Externamente, la estructura de Nada está formada por veinticinco capítulos, distribuidos en tres partes:
- Presentación: Llegada de Andrea a Barcelona y desencanto por el ambiente de la casa de la calle de Aribau.
- Nudo: Amistad de Andrea y Ena y lucha de la narradora para seguir adelante.
- Desenlace: Suicidio de Román. Andrea se va ilusionada a Madrid para reunirse con Ena.
El argumento de la novela es el siguiente: Andrea, una joven de provincias, llega a Barcelona para estudiar Filosofía y Letras. La recreación de sus días en la gran ciudad (los estudios, la vida familiar, las nuevas amistades) nos hace ver cómo las ilusiones iniciales se ven truncadas por su entorno más inmediato, el de la casa de Aribau, caracterizado por las tensas relaciones que mantienen los familiares (su abuela y sus tíos) que la acogen mientras dura su estancia en la ciudad. Durante el curso conoce a Ena, compañera de universidad. A partir de ese momento tendrá que vivir en dos mundos opuestos: uno en su casa y otro con sus amigos.
Al final de la novela, su amistad con Ena le permitirá marcharse a Madrid y empezar allí una nueva vida, después de que uno de los tíos de Andrea, Román, que ha mantenido una misteriosa relación con Ena, se suicide.
Temas y Personajes
Temas
En Nada aparece el tema de las ilusiones frustradas, tanto de Andrea como de sus familiares. A través de esas vidas que se desarrollan en la posguerra, se deja ver el ambiente de penuria y de escasez, así como el sentimiento de insustancialidad y de desencanto, que da lugar al título de la novela.
Personajes
Entre los personajes hay que destacar a Andrea, de la que se nos dan pocos datos físicos y psicológicos. Llega a Barcelona cargada de ilusiones, pero las experiencias que vive la van desencantando. Al final parte para Madrid con nuevas esperanzas. A lo largo de la novela se convierte en espectadora privilegiada de ese mundo de la calle de Aribau. Aunque es la narradora, no se convierte a sí misma en el centro de su relato.
Los otros personajes pertenecen a los dos mundos ya citados:
- El de la casa familiar: Sus tíos Román, Angustias, Juan y su mujer se debaten en continuas tensiones, en las que intenta mediar la abuela.
- El universitario: Donde Ena ocupa el primer lugar; también aparecen otros jóvenes ricos, como Pons, Iturdiaga, etc., que representan un tipo de vida muy distinto al que puede llevar Andrea.
Narración, Espacio y Tiempo
Narración
La novela está narrada en primera persona desde un punto de vista subjetivo unas veces y objetivo otras (así, cuando se limita a contar lo que les está ocurriendo a otros personajes de la casa de Aribau, por ejemplo).
Espacio
Como ya hemos dicho, la obra se sitúa en Barcelona. Aparece un espacio interior (el de la casa de Aribau) y otro exterior (la calle, la universidad, etc.). En el primero, Andrea lo pasa mal. El segundo representa para ella la libertad, pues le permite desconectar de lo que ocurre en la casa.
Tiempo
La novela empieza y acaba entre un otoño y el siguiente de una época sin determinar de la posguerra española. Andrea reconstruye ese período del año que pasa en Barcelona cuando va a estudiar allí.
Lenguaje y Estilo
El lenguaje de la obra es variado y se ajusta a cada personaje. Cabe destacar el carácter impresionista de las descripciones que hace la narradora, así como la sensación de fluidez y de frescura de la prosa de la novela.
Conclusión
Para terminar, podemos decir que, tal y como queda de manifiesto desde el momento de su publicación, Nada supuso un gran paso en la renovación de la novela de los años cuarenta. A través de personajes tristes y desorientados, con sentimientos de desencanto y desilusión, se plasma en la obra ese realismo existencial de los años cuarenta.