Análisis de la Causalidad y la Sustancia en la Filosofía de Hume
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El Problema del Conocimiento de los Hechos Futuros
Debido a la aplicación del criterio para determinar la verdad de una idea, nuestro conocimiento de los hechos queda limitado a nuestras impresiones actuales y a nuestros recuerdos. Sin embargo, no puede haber conocimiento de hechos futuros puesto que no podemos tener impresiones ni recuerdos del futuro. Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que en el futuro tendremos la impresión del sol o la certeza de que el pan nos alimentará?
La idea de causa es la base de todas las inferencias acerca de hechos que no tenemos impresión actual. Esperamos que a las mismas o semejantes causas les correspondan los mismos efectos, de tal manera que establecemos una conexión de necesidad entre la impresión de la causa y la impresión del efecto. Si aplicamos el criterio de verdad, es decir, si buscamos la impresión que está a la base de la idea de conexión necesaria, no la encontraremos; por lo tanto, tal idea es fruto de una ficción.
Lo único que he podido observar es que a una impresión (el fuego) le sigue otra impresión (aumento de temperatura del agua), pero nunca un lazo de unión entre ambas impresiones. He observado que, regularmente, estas dos impresiones se han dado sucesivamente, pero nunca he tenido impresión de nada que las una con necesidad.
Para Hume, entonces, nuestro pretendido conocimiento de los hechos futuros por inferencia causal no es, en rigor, un conocimiento cierto, sino sólo probable. A partir de esta crítica al principio de causalidad, Hume realiza también una crítica al concepto de sustancia y a la metafísica tradicional.
La Crítica a la Sustancia y la Metafísica Tradicional
En definitiva, la filosofía tradicional se ha basado en la abstracción para hablar de un soporte de los accidentes del cual no tengo ninguna impresión y, por tanto, es una idea ficticia. La crítica a estas dos sustancias se basa, como vemos, en la crítica de la relación causal.
Ahora bien, si para Hume ni el mundo ni Dios son los causantes de nuestras impresiones, estas ¿de dónde proceden? Sencillamente, no se puede contestar, ya que hacerlo supondría ir más allá de las propias impresiones, y estas son el límite de nuestro conocimiento.
La Crítica a la Idea del Yo
La crítica a la idea del yo, junto con la crítica a la idea de mundo y de Dios, supone el desmantelamiento de las tres sustancias base en la metafísica cartesiana. Para Hume, la existencia del yo como sustancia, como sujeto permanente de nuestros actos psíquicos, no puede proceder de una intuición, como quería Descartes, ya que sólo tenemos intuición de nuestras ideas e impresiones, y ninguna impresión es permanente, sino que se suceden unas a otras de manera ininterrumpida.
No existe, pues, el yo como sustancia distinta de las impresiones e ideas, como sujeto de la serie de los actos psíquicos.
Fenomenismo y Escepticismo
Como vemos, tras estas críticas, los principios empiristas de la filosofía de Hume llevan a este, inevitablemente, al fenomenismo y al escepticismo.