Análisis de cuentos infantiles de Ana María Matute
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La niña que no estaba en ninguna parte
En este cuento, la mayor parte de la acción se desarrolla en un pequeño armario que contiene objetos infantiles. El olor a alcanfor y la sensación de frío evocan una atmósfera de abandono y muerte. La imagen de las flores aplastadas como ceniza refuerza esta idea. Los zapatitos rojos añaden un toque de color a la tristeza del ambiente, pero la desagradable sensación de la naftalina y la fea visión de la muñeca rota nos recuerdan la pérdida de la inocencia. La tapa de la caja simboliza la muerte de la infancia, y la niña ausente representa la transformación en una mujer adulta y amargada.
El tiovivo
Este relato presenta a un niño pobre que anhela subir al tiovivo pero no tiene dinero. Un día encuentra una chapa de cerveza y, con la ilusión de la infancia, la utiliza para comprar todas las vueltas del tiovivo. Aunque el tiovivo está inmóvil y cubierto por una lona, el niño imagina que monta en un resplandeciente caballo de oro, símbolo de una muerte feliz. La vuelta inacabable del tiovivo representa la elipsis de la muerte, y el grito del niño, "¡Qué hermoso es no ir a ninguna parte!", expresa la perduración de la conciencia y la realización de sus deseos después de la muerte.
El niño que no sabía jugar
El título de este cuento nos anticipa la inquietante historia de un niño que no muestra interés por los juegos. Sus manos quietas y su desdén por los juguetes preocupan a su madre, quien presiente un mal próximo. El padre, ajeno a la psicología infantil, se enorgullece de la supuesta inteligencia de su hijo. Los signos de indicio nos preparan para el trágico desenlace: un leve ruidito, "¡crac!", que encierra toda la crueldad en el cuerpo del niño.
El corderito pascual
Este relato narra la historia de un niño gordo que recibe como regalo un corderito, su único amigo que no se burla de él. Llega la Pascua y el niño descubre con horror la cabeza de su amigo sobre la mesa, víctima de la avaricia y la falta de escrúpulos de su padre. La mirada de cariño del corderito muerto contrasta con la expresión voraz del padre, presentada de forma expresionista.
El jorobado
El protagonista de este cuento es un niño jorobado que sufre la vergüenza de su padre, quien lo esconde y lo compensa con regalos caros. El niño sueña con llevar una capa roja con cascabeles y dar con una estaca a los títeres del guiñol de su padre. En este relato se enfrentan la amargura del padre y la insatisfacción del niño, quien no se da cuenta de que su sueño es imposible porque él no es un muñeco.