Análisis de la Cuestión Homérica: La Ilíada y la Odisea
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La Ilíada y la Odisea
Las obras La Ilíada y La Odisea nos han llegado bajo la firma de Homero. La primera narra un episodio muy puntual y concreto de la Guerra de Troya: la cólera de Aquiles, quien se retira de la guerra, aunque la victoria le pertenecía. La acción básica se concentra en 51 días de esta lucha (no 9), ocasionados por la cólera de Aquiles y su enfrentamiento con Agamenón. Este ha arrebatado a Aquiles a la cautiva Briseida.
El amigo de Aquiles, Patroclo, le pide la armadura para salir al campo de batalla y asustar a los troyanos; Aquiles accede. Patroclo se enfrenta al troyano Héctor y muere. Aquiles, cuando se entera de que su amigo ha muerto, se llena de venganza. Aquiles entra en combate y mata a Héctor. El rey de Troya y padre de Héctor, Príamo, acude a la tienda de Aquiles a reclamar el cadáver de su hijo. Este acto de piedad pone fin al poema.
La Odisea
La Odisea narra los avatares del viaje de Odiseo con un puñado de compañeros hasta regresar navegando desde Troya a Ítaca, donde es reconocido por su esposa Penélope. Al principio del poema, Odiseo se encuentra con la ninfa Calipso. En Ítaca espera Penélope. Telémaco, el hijo de Odiseo, emprende un viaje para conocer noticias de su padre.
Odiseo, tras abandonar a Calipso, sufre un naufragio y llega hasta la isla de los feacios, donde lo encuentra la princesa Nausícaa. Los feacios proporcionan a Odiseo un barco para poder llegar a Ítaca. Al final de la obra, Odiseo se disfraza de mendigo y trama un plan junto a su hijo para acabar con los pretendientes de Penélope. Estos son aniquilados y, por fin, se encuentran Odiseo y Penélope de nuevo juntos después de tantos años.
La Cuestión Homérica
Sabemos por Schliemann que hubo un conflicto en Troya y que esta fue destruida y quemada; la obra de Homero se asienta sobre bases reales. Junto a estos elementos históricos, hay grandes dosis de fantasía: intervenciones divinas, hechos prodigiosos... Esta coexistencia de elementos de la realidad y de la imaginación, así como toda una serie de incoherencias, repeticiones innecesarias y desajustes, han hecho vacilar a los estudiosos durante muchos años, dando lugar a la llamada "cuestión homérica".
Por un lado, apareció la corriente analista, que defendía que las obras eran un conglomerado de diversos cantares de gestas. Frente a ellos surgió la corriente unitaria, que defendía que Homero era el autor de La Ilíada y La Odisea. Evidentemente, parece claro que se hace necesaria la existencia de una persona que, partiendo al menos de la estructura general de ambos poemas, los haya reunido y armonizado.