Análisis Filosófico de la Moral y la Ética: De Santo Tomás a Kant

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 2,92 KB

Santo Tomás y la Moral Política

Santo Tomás concede atención a la moral política. La acción del gobierno ha de ajustarse a los principios éticos. La justicia garantiza el bien común, cuyos objetivos son la paz y la moralidad. La vida en sociedad es una exigencia natural que obliga a la existencia de normas de vida social. En cuanto al Derecho, los códigos deben ser reflejo de la ley natural y, por consiguiente, nunca deben contradecirla. La función de los códigos es concretar las normas más generales de la ley natural.

Voluntarismo Agustiniano

La corriente voluntarista tiene como primer inspirador a San Agustín. La naturaleza humana ha sido creada buena por Dios, pero fue hecha mala por el pecado. Este sentido de imposibilidad para el bien ha sido acentuado en la Edad Moderna por la moral luterana, que insiste en el desacierto radical del ser humano para el bien y al que únicamente le queda la fe en la salvación que Dios le dará, no por sus méritos, sino por su confianza y deseo de felicidad.

Formalismo Kantiano

Kant considera fuera de toda discusión posible la existencia de dos hechos: conocimiento y moralidad. Ninguno requiere demostración de su existencia, sino análisis de las condiciones en las que se producen. Admirador de Newton, ve en la ciencia newtoniana la mejor demostración de la existencia de un conocimiento con validez universal. Convencido por las observaciones de Rousseau sobre la naturaleza humana, afirma la existencia de la conciencia moral, el hecho moral. Estos dos autores le marcaron profundamente.

Es razón teórica cuando analiza el conocimiento y es razón práctica cuando estudia la moralidad. La razón teórica se ocupa del conocimiento de la naturaleza, entendida como el mundo de la experiencia gobernada por leyes fijas. Kant considera haber dado un giro copernicano al conocimiento al invertir las relaciones sujeto-objeto. Tanto en un proceso como en otro, el hombre es sujeto activo y creador. El mundo de las percepciones sensibles es el mundo de la necesidad: los datos de la experiencia son organizados por nuestro conocimiento en conceptos.

El mundo moral exige la libertad y la autodeterminación para darse. Los preceptos morales deben ser reflejo de esa libertad. Kant quiere establecer qué condiciones deben cumplir estos preceptos morales para que puedan ser reconocidos como tales. Parte del conocimiento de que nada puede ser incondicionalmente bueno excepto una voluntad buena. Para saber si es buena, lo que importa es averiguar las intenciones del sujeto, independientemente del acto que realice. La intención es lo que cuenta. El único móvil para una voluntad buena es el cumplimiento del deber por puro respeto al deber.

Distingue tres clases posibles de acciones:

  • Contrarias al deber.
  • Hechas conforme al deber.
  • Realizadas por el deber.

De estas, solo las últimas son morales.

Entradas relacionadas: