Análisis Filosófico de la Sociedad, Dios y el Empirismo

Clasificado en Filosofía y ética

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Sociedad o Política. Platón.

Según Platón, las virtudes se desarrollan en sociedad, ya que el ser humano es considerado un ser social por naturaleza. El gobierno debe pensar en el bien común y conseguir la justicia social. El orden perfecto de la sociedad se generará con el desarrollo de la virtud característica de cada hombre, según el alma que predomine en ellos, para así dividir la sociedad de la ciudad y elegir qué puesto ocupará cada uno, por ello la educación es muy importante para descubrir el alma propia de cada uno y guiar su desarrollo. Platón distingue tres funciones sociales que jerarquizan la sociedad:

  1. El gobernante: (filósofos y reyes) con alma dominada por la parte racional, que han alcanzado la virtud de la sabiduría y la verdad (episteme).
  2. Los guerreros: (guardianes) con una alma dominada por la partida irascible, su virtud es la valentía y su función es defender la ciudad.
  3. El pueblo: (productores) con una alma dominada por la parte concupiscible, su virtud es la templanza y su función es proveer las necesidades materiales o económicas de la ciudad.

Para Platón, la mejor forma de gobierno es la aristocracia (filósofos), la oligarquía (ricos), la democracia (pueblo) y por último, la tiranía (desorden democrático).

Problema de Dios. Agustín.

La relación que Agustín establece entre razón y fe, se identifica con la síntesis que lleva a cabo entre el dogmatismo cristiano y el pensamiento filosófico de Platón. Podemos resumirla en su frase “creo para entender, entiendo para creer” que refleja el vínculo colaborativo entre filosofía y religión que defiende Agustín. El dogma principal del cristianismo: “Dios existe” es sometido a un análisis racional, del cual se deduce que no es necesario demostrar la existencia de Dios, pues es evidente por sí misma, según los argumentos del consenso universal, la existencia de Dios es evidente ya que toda persona necesita creer en una trascendencia que dé sentido a la vida, la realidad, la belleza y el orden que reina en la naturaleza nos permite a su (Dios) el conocimiento, la razón superior nos permite alcanzar las esencias eternas (inmateriales, eternas, universales) a pesar de no tener ningún referente sensible, ya que se conectan al pensamiento de Dios.

Empirismo Hume

David Hume es destacado entre los pensadores empiristas por su desarrollo completo y coherente de esta corriente filosófica. Según el empirismo, el conocimiento se forma a partir de contenidos mentales basados en la experiencia, que Hume denomina percepciones. Estas se dividen en dos grupos: impresiones, percibidas intensamente a través de los sentidos, e ideas, que son copias menos vívidas de las impresiones. Por ejemplo, al beber café, experimentamos una impresión sensorial intensa, mientras que al recordar el sabor del café más tarde, tenemos una idea menos vívida de esa experiencia original.

Hume, al igual que Locke, clasifica las ideas en simples y complejas. Las simples son copias directas de impresiones simples, como el sabor de una manzana. Las complejas surgen de la combinación de impresiones complejas o de la asociación entre ideas simples. La mente humana tiende a asociar ideas mediante la semejanza, contigüidad espacio-temporal y relación de causa y efecto. Estas leyes de asociación permiten la formación de ideas complejas, como la idea de sustancia, que según Hume, es una combinación de ideas simples ligadas por la imaginación. La distinción entre impresiones e ideas es crucial en la teoría empirista de Hume porque establece que todas las ideas se derivan de impresiones anteriores. Esto es evidente en ideas simples como colores o sabores, pero también se aplica a ideas más complejas como la de un centauro, donde la mente combina ideas simples previas para formar una nueva idea compuesta.

Hume examina la validez de nuestros conocimientos y creencias al analizar cómo se formulan las proposiciones que expresan estas creencias. Identifica dos tipos de proposiciones: Relaciones de ideas y Cuestiones de hecho. Las relaciones de ideas expresan conexiones entre ideas y siempre son verdaderas, ya que su negación conduciría a una contradicción lógica. Estas proposiciones, como en matemáticas y lógica, son verdades necesarias pero no proporcionan conocimiento sobre el mundo empírico.

En cambio, las cuestiones de hecho son afirmaciones sobre el mundo real que no podemos probar solo con la lógica, necesitamos la experiencia para verificar si son verdaderas o falsas. Hume aplicó los principios del empirismo para examinar críticamente conceptos fundamentales de la metafísica, como la causalidad, el yo y la sustancia. Su crítica a la causalidad es destacable, ya que gran parte del conocimiento se basa en conexiones causales. La ciencia busca describir las regularidades naturales mediante leyes que establecen relaciones entre causas y efectos. Tradicionalmente, se interpreta la causalidad como una conexión necesaria entre causa y efecto, no solo una sucesión temporal. Por ejemplo, se considera que el fuego causa calor porque se cree que su presencia inevitablemente produce ese efecto.

La idea de conexión necesaria en las relaciones causales se basa en la creencia de que ciertos eventos están vinculados de manera inevitable. Sin embargo, Hume argumenta que estas relaciones no son verdades necesarias como las relaciones de ideas, sino cuestiones de hecho contingentes. La negación de una relación causal no conduce a una contradicción lógica, sino que se puede comprobar sólo a través de la experiencia. Por ejemplo, afirmar que "el fuego produce calor" es una cuestión de hecho que solo puede ser verificada mediante la experiencia. Según Hume, el conocimiento de las relaciones causales se deriva de la experiencia directa, y una persona que nunca ha experimentado algo no puede conocer sus efectos hasta que los haya observado. El enfoque de Hume sobre la causalidad resalta que esta conexión no es tan sólida como podríamos pensar ingenuamente. Su crítica cuestiona la certeza absoluta de las leyes científicas, sugiriendo que son más bien suposiciones razonables pero no completamente seguras.

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