Análisis del Método Cartesiano y la Duda Metódica

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Análisis del Método Cartesiano y la Duda Metódica

Justificación de la Temática

En el proyecto filosófico de Descartes, la cuestión del método, la teoría del conocimiento y la metafísica están estrechamente relacionadas. La idea fundamental del saber humano, según Descartes, se representa bajo la forma de la geometría, lo que permite reunir todos estos elementos.

El punto de partida de este proyecto filosófico es la duda metódica. Descartes busca fundar una concepción de las relaciones entre la razón y la realidad para crear un sistema filosófico que sea una alternativa tanto al sistema aristotélico como a la filosofía escolástica.

La duda cartesiana refleja la situación real e histórica de su tiempo: el hombre parece haber perdido sus convicciones y no sabe a qué atenerse, tampoco posee una verdad cierta que se halle a cubierto de la duda. Pero necesita encontrarla. ¿Cómo encontrarla?

La duda cartesiana no es una muestra de escepticismo, sino la expresión de una actitud de cautela y desconfianza que busca la evidencia indestructible que supere cualquier obstáculo de duda. Descartes afirmaba que la verdad cierta buscada podría servir de fundamento sólido para descubrir otras verdades.

Cuando Descartes dice que podía “fingir que carecía de cuerpo”, nos está mostrando la extensión de esa duda, incluso en aquello que no parece ofrecer ningún tipo de certeza: el cuerpo y el mundo en el que se encuentra.

Este proceso de duda metódica de Descartes no pretende que se dude de cualquier conocimiento, sino que se examinen los principios sobre los que parecen asentarse nuestras certezas.

Los motivos de duda expuestos por Descartes insisten en ese carácter problemático e incierto que adquiere la realidad a la hora de plantearnos su efectivo conocimiento. Pero el planteamiento de una duda absoluta requiere también una certeza absoluta. Descartes dijo: “La primera certeza inasequible a la duda, es la de mi propia existencia como cosa pensante”. Estamos ya ante una verdad indubitable de la cual se va a construir todo el edificio de nuestro conocimiento, ya hay una realidad firme.

El Cogito Ergo Sum

La duda ha desembocado en la evidencia de la realidad del pensamiento.



El contenido inmediato del cogito es la realidad existencial del sujeto pensante: la duda puede afectar a todos los contenidos del pensamiento, pero no puede afectar al yo donde esos contenidos están.
Intuimos la existencia de un yo cuya esencia es ser pensamiento: “sólo a partir de que pensaba dudar acerca de la verdad de otras cosas

para Descartes, este conocimiento es infalible por ser resultado de una intuición intelectual, es decir un conocimiento inmediato, no es el resultado de ningún proceso de elaboración.

Descartes al haber fundado el conocimiento en el sujeto pensante, todo lo que es objeto de pensamiento queda en entredicho , es decir, no tenemos certeza de que lo que pensamos sea o no cierto, sólo la tenemos de que estamos pensando.
Descartes separa al alma del cuerpo de una manera radical, considerándolas sustancias autónomas y autosuficientes
el cuerpo tiene como atributo la extensión, sólo puede ser modificado por la figura y el movimiento regida por unas leyes físicas.

La autonomía e independencia entre el alma y el cuerpo se ponen de manifiesto por la distinción con que el entendimiento que percibe esa distinción.

Descartes ha establecido una separación radical entre ambas sustancias que cuando quiere explicar el ser humano como unión de alma y cuerpo tiene problemas.
Después afirma que, en el caso del ser humano, el cuerpo y el alma son sustancias que quedan incompletas si no se reúnen


la acción recíproca entre alma y cuerpo se acude a la existencia de un pensamiento imaginativo que prueba la colaboración del alma y del cuerpo
ya que las imágenes que pensamos proceden de las sensaciones obtenidas por los órganos de los sentidos.






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