Análisis de la obra "Los Kentukis" de Samanta Schweblin
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Los Kentukis y la incomunicación
Luego a la tarde cruzaron a lo de Claude y Titina. En vez de acercarse a él, se alejaba. Cheng se fue para al baño para tratar de hablar, pero Titina no lo siguió. Al darse cuenta que no iba, volvió a intentar de arrastrarla pero ella chilló, a lo que Claude se levantó todo furioso para ver qué pasaba. Al ocurrir este episodio, Cecile durante una semana cruzó sola a tomar el té.
Una noche en la que Cecile había salido, Claude entró al departamento de su hermana con su llave, encendió las luces y miraba para todos lados buscándole (tenía una mirada agresiva), a lo que Cheng se escondió (se escondió atrás del sillón). Al encontrarlo, lo saludó de una manera sospechosa y se sentó en el otro sillón. A lo que le dijo que estuvo charlando con el marido de la señora y que habían llegado a un acuerdo, le dice que Titina debía concentrarse en sus clases de francés y que él no quería que alguien que le caiga mal entrara a su baño, sacó de su bolsillo un destornillador y en la bolsa que había traído adentro se encontraba otro kentuki, era igual al de Cheng. Claude luchaba con el destornillador para abrir la base del kentuki, un segundo después le dice "te querremos Don Juan" y luego en la pantalla de su computadora decía "conexión finalizada".
Los Kentukis en el hogar de ancianos
Camilo tiene el hogar de ancianos y quería que tenga alguna innovación para que cuando las familias vayan a visitar no paren de hablar de eso, por ende, Eider (la jefe de enfermeras) propuso al kentuki y por ende compraron dos kentukis de conejos. Al encenderse, los ancianos se acercaron a verlos y levantaban con cuidado sus pies para que puedan pasar, ni pasaron 10 minutos uno de los kentukis se puso al lado del ventanal y no volvió a moverse, y se desconectó solo. Al ocurrir esto Camilo pensaba que tal vez era por el lugar y que no querían estar ahí. Al rato un anciano agarra al otro kentuki para verlo y como no podía agacharse lo lanzó y salió rodando, por ende, Eider fue a ver que se encuentre bien. Luego dejaron que el kentuki salga al patio, al rato otra anciana entró a correrlo y vieron que el kentuki se acercaba a la pequeña pileta, el conejo no frenó y se cayó al agua.