Análisis de la obra de Pérez de Ayala y Luis Alberto de Cuenca
Clasificado en Español
Escrito el en español con un tamaño de 4,33 KB
COMENTARIO
Tigre Juan y el curandero de su honra. Novela de dos partes, nos muestra las características esenciales del autor: humorismo melancólico, ternura, certero espíritu crítico y finísima penetración sicológica. En esta pareja de novelas, realiza Ayala una crítica profunda del concepto tradicional español, del honor calderoniano, del honor matrimonial, en el que la opinión importa más que la virtud auténtica.
ESTILO
El estilo de Pérez de Ayala es culto, clásico. El narrador quiere transmitir la profunda unidad de las vidas de los dos esposos: Tigre Juan y Herminia. Cuando los dos personajes se separan, recurre Pérez de Ayala a la división de la página en dos columnas verticales: eran tiempos de vanguardismo, de abrir la novela a nuevas técnicas, también en la disposición tipográfica. De este modo, se multiplica la posibilidad de lecturas de la novela.
LENGUAJE EN TIGRE JUAN
Dos temas preferidos por su autor, temas que aparecen frecuentemente en novelas anteriores: Amor /honor y donjuanismo.
Uno de los rasgos significativos es la introducción del dialecto asturiano en la obra. Es, en todo caso, un dialecto muy castellanizado, cuyos rasgos más acusados —el léxico, la posposición del pronombre al verbo, etc. son (aunque no siempre) asturianos.
Se trata de un romanticismo real y urbano que se sustenta en lo físico y, por lo tanto, suele ser un amor más sincero y reconocible. En algunos poemas el aullido lobuno aún es de cachorro, en otros es ya el macho alfa de la manada quien se expresa.
Esta antología sigue con acierto el hilo temático esencial del poeta, el que muestra su eterna adolescencia culta y gamberra en torno a la etiqueta de “romanticismo feroz”.
Los versos giran en torno a un tema más que conocido dentro de la Literatura: el amor; sin embargo, la poesía de Cuenca va más allá de todo eso, en su universo poético la antología se queda con esos poemas que son feroces como el lobo y que atacan directamente el corazón y las entrañas.
Y es que cada poema que leemos está cargado de sátira e ironía ante la vida y ante sentimientos como el amor, aunque en el libro vemos poemas más relacionados con un sentimiento mucho más primario, salvaje y peligroso: el deseo. Ahí es donde entra la magia de los versos que algunas personas calificarían como erotismo, Cuenca nos trasmite en sus poemas figuras fuertes y desgarradoras pero también figuras que se dejan moldear por el destino, la realidad, la soledad, el deseo, haciendo de su poesía más salvaje una metáfora perfecta de la vida. Los tintes del libro nos recuerdan en ocasiones a Bukowsky, esa poesía cargada de alcohol y tabaco, del mundo de la noche, la prostitución y lo salvaje. Las figuras de Luis Alberto de Cuenca no son quizás tan feroces como las del poeta estadounidense, sin embargo, consigue conjugar metáforas, musicalidad ( en muchas ocasiones mediante la técnica del encabalgamiento) y un estilo narrativo/poético que marca en el lector su huella tras cada poema.
La mujer, el amor, el deseo y la pasión son los anhelos del poeta, sintetizados perfectamente en dos versos de su celebérrimo poema cantado y cantable Caperucita Feroz (Orquesta Mondragón): “Yo solo quiero una noche sin final/en la que ambos nos podamos devorar”.
El poeta busca e intenta esa noche sin final, es decir, ese amor y pasión duraderos y felices, pero el asunto, por lo general, acaba en fríos mañaneros, en desilusiones y engaños, en malestar y desesperación, en riñas y decepciones, en abismos y vacíos, en la imposibilidad de “ser feliz diez minutos seguidos”, en un crudo y cernudiano (Luis Cernuda, Generación del 27) choque entre la realidad y el deseo.
Ya es conocido el tono “pop”, mordaz e irónico de la poesía “conquense”, pero conviene subrayar, pese a ello, su oculto – a veces no tanto- dramatismo, casi siempre corregido por un quiebro humorístico, que también puede ser cruel y, sobre todo, salvaje; al final siempre media el humor, hasta en los momentos de pesimismo sombrío.
La poesía de Luis Alberto de Cuenca es pródiga en citas, homenajes y referencias culturales procedentes del cine, la literatura, la pintura, la música, el cómic, los cuentos populares, la antigüedad clásica o la época medieval.