Análisis de la Obra Poética de Miguel Hernández
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Contexto Histórico y Poético
Miguel Hernández, **Perito en lunas** (1932). La Guerra Civil española obliga a Hernández a dar el paso al compromiso político. Ingresa como voluntario en el 5º Regimiento y más tarde le nombran Jefe del Departamento de Cultura. Esta poesía quedará recogida en **Viento del Pueblo** (1937) que demuestra que Hernández comprende el poder transformador de la palabra así como su función social y política. Es un poemario comprometido formado por composiciones que denuncian las injusticias y se solidarizan con el pueblo oprimido. La voz poética se alza para proclamar el amor a la patria, para educar a los suyos en la lucha por la libertad y para increpar a los tiranos.
El optimismo de Miguel Hernández comienza a diluirse al comprobar la insensibilidad de Europa hacia el drama en España. Esto, unido a la guerra, le provoca una profunda depresión que intensifica su vena antiburguesa. Pese a la alegría por el nacimiento de su primer hijo, su poesía deriva hacia un progresivo pesimismo intimista, con lo que su fe en el hombre se va debilitando. A esta etapa pertenece **El hombre acecha** (1939), donde el poeta pasa de exaltar a los héroes a lamentarse por las víctimas.
Al acabar la guerra, es detenido. En 1939, al salir provisional de la cárcel entregó a su esposa un cuaderno manuscrito que había titulado **Cancionero y romancero de ausencias**, que contenía poemas que comenzó a escribir en 1938 a raíz de la muerte de su primer hijo. Con este último poemario, Miguel Hernández alcanza la madurez poética abordando los temas más obsesionantes de su mundo poético: el amor, la vida y la muerte, sus "3 heridas".
En síntesis, el compromiso social y político de Miguel Hernández se percibe en su voz poética, que exalta a los hombres que luchan por la justicia, lamenta el dolor de las víctimas oprimidas y reprende a los explotadores de la patria.
Simbolismo en la Poesía de Miguel Hernández
Su poesía se va forjando a medida que evoluciona su concepción del mundo, creando así una obra propia y personal que lo convierte en un artista complejo y original. Su lenguaje poético atraviesa las siguientes fases:
- **El gongorismo** presente en **Perito en Lunas** (1932), donde Miguel Hernández ostenta una gran destreza verbal e imaginativa e incorpora una amplia gama de recursos característicos de Luis de Góngora.
- **El neorromanticismo** de **El rayo que no cesa** (1936), poemario de temática amorosa en el que emplea la metáfora surrealista. Se trata de un volumen rico en recursos retóricos.
- **El lenguaje directo y claro** de **Viento del pueblo** (1937), formado por una serie de poemas comprometidos que pretenden defender la libertad e increpar a los tiranos.
- **El neopopularismo** de **Cancionero y romancero de ausencias**, integrado por composiciones de verso corto y de rima asonante que concentran recursos que favorecen la musicalidad y la expresividad.
Respecto a los **símbolos**, se aprecia que varían en intensidad y significado según la etapa y la trayectoria poética. Podemos diferenciar dos fuentes y ambas proceden de la naturaleza. La primera nos conecta con los elementos terrenales (toro, tierra...); la segunda se vincula con lo cósmico (luna, rayo, lluvia, viento...).
- **La luna**, motivo central en su obra, adquiere dos significados: por una parte, sugiere el paso del tiempo; por otra, es signo de fatalidad y muerte, en contraposición al sol.
- A partir de su segunda etapa, aparecen elementos punzantes como el **rayo** o el **cuchillo**, asociados al dolor, a la frustración amorosa o al deseo no satisfecho. En los poemas de la etapa bélica, el rayo se transmuta en símbolo de la fuerza y el coraje de los soldados.
- **La lluvia** y el **viento** son también dos de las metáforas constantes. La lluvia se relaciona con la pena que provoca el amor; y el viento se vincula con la fuerza del pueblo y la voz del poeta, que anima a los oprimidos a luchar por su libertad.
- Por último, la **tierra** y el **toro** son otras referencias características del autor. Metonimia de la naturaleza, la tierra es la madre, la cuna y sepultura del hombre. El toro, símbolo hernandiano por excelencia, ha sido representación de la muerte en **Perito en lunas**, de la virilidad o el impulso erótico en **El rayo que no cesa** y del valor del combatiente en **Viento del pueblo**.
Vida y Muerte en la Obra de Miguel Hernández
En su poesía se da perfectamente un discurrir dramático que comienza con la vida más elemental y balbuceante, que poco a poco, acaba por deslizarse por la pendiente de la tragedia. La mayor parte de los primeros poemas contienen cierta despreocupación consciente: en esta época su vida va por un camino (sueña con poder vivir para dedicarse a la poesía) y su obra por otro (contempla el mundo desde la perspectiva de sus poetas leídos y admirados).
En su primera etapa, en muchos poemas rinde homenaje a la naturaleza circundante con júbilo. Todo lo vivo es bello. Más allá de la vida que confiere a las cosas, el vitalismo de Miguel Hernández percibe los objetos como si estuvieran vivos: la piedra amenaza, la luna se diluye en las venas. No hay muerte; si acaso, una muerte poetizadora.
Las "heridas" hernandianas comienzan a sentirse en **El rayo que no cesa** (1936), cancionero de la pena amorosa, del sentimiento trágico del amor y de la idea de que la vida es muerte por amor. El toro se convierte aquí en la figura que representa la coherencia de la...