La Más Bella Niña de Luis de Góngora
Contextualización
Romancillo-letrilla de 1580, obra maestra de la serie de romances líricos del autor. El tono y los versos populares de la lírica tradicional se infiltran en este poema, reelaborados con mayor complejidad y extensión.
El poema entronca con la lírica tradicional de la Edad Media. Al igual que en las jarchas y las cantigas de amigo, el tema es el lamento de una mujer por la ausencia del amado. También en ellas otra mujer hace el papel de confidente, como en este caso sucede con la madre, interlocutora del lamento de la muchacha.
Resumen
Una joven muy bella, recién casada, se queda sola porque su marido se va a la guerra. Se desahoga con su madre, su confidente, diciéndole que la deje llorar por lo poco que le ha durado el placer y la compañía de su esposo.
Tema
Lamentaciones amorosas de una joven recién casada a su madre por la partida de su esposo.
Estructura Externa
Nos encontramos ante un texto completo escrito en versos hexasílabos, de arte menor, que se agrupan en estrofas de ocho versos; al final de cada una se repite un estribillo formado por un pareado de versos pentasílabos y rima consonante; mientras que la rima de las estrofas es asonante en los versos pares y quedan libres los impares. Se trata de un romancillo (composición poética de arte menor similar al romance, pero con versos de menos de ocho sílabas). El discurso que predomina es un soliloquio de la joven dirigido a su madre para que la deje desahogarse.
Estructura Interna
El poema está estructurado en dos partes:
- Versos 1-8: Introducción en tercera persona del tema: el lamento de una bella muchacha recién casada por la partida de su esposo a la guerra.
- Versos 11-60: En primera persona (soliloquio). La voz de la protagonista se queja de que la hayan casado tan joven y de la perspectiva de vivir sola.
Características de la Poesía Barroca Presentes en este Poema
En este poema, Góngora imita las cancioncillas de la lírica tradicional de la Edad Media. Con ellas comparte la estructura, la temática y la métrica. Efectivamente, se trata de unas lamentaciones amorosas en boca de una chica joven que se lamenta por la ausencia de su marido que se ha ido a la guerra. La función de confidente, con quien se desahoga, es su madre. La métrica con versos de arte menor y rima asonante es propia de estas composiciones.
Sin embargo, notamos la mano en su composición de un autor culto, como es Góngora: la métrica perfecta, la presencia de rimas consonantes y la propia extensión del poema, demasiado extenso para ser medieval. Y además la presencia llamativa de muchas figuras retóricas, propias de la elaboración culta.
Figuras Literarias
Figura | Versos | Ejemplo | Explicación |
---|
Paralelismo | 13 y 14 | Tan corto el placer Tan largo el pesar | Repetición de la misma estructura sintáctica. Se consigue ritmo. En estos versos tenemos también antítesis. |
Elipsis | 3 y 4 | Hoy viuda y sola Y ayer por casar | Se sobreentienden los verbos "está" y "estaba". Se consigue concisión en la expresión. |
Sinécdoque | 5 | Viendo que sus ojos | Se toma una parte del marido, como son sus ojos, por todo él. A través de él, de sus ojos, miraba ella el mundo; se ha marchado a la guerra y ha perdido la ilusión por vivir. |
Antítesis | 23 y 24 3 y 4 17 y 18 35 y 36 | El sabroso oficio Del dulce mirar Hoy viuda Ayer por casar Yéndose a la guerra / quien era mi paz Si me queréis bien No me hagáis mal | Contraposición de lo que significa la marcha: de vivir feliz ha pasado a sufrir por su marcha. |
Comparación | 44 | El pecho como un pedernal | Compara la dureza del corazón con algo duro como es una piedra. |
Metáforas | 15 17 y 18 | Y me cautivaste De quien… De quien hoy se va / y lleva las llaves / de mi libertad. | Al casarla su madre con ese hombre perdió su libertad de soltera, término real de la expresión metafórica: "cautivaste". El término real al que se refiere la metáfora es su matrimonio. Se ha comprometido con ese hombre. |
Estilo
Nos hallamos lejos de la complejidad estilística de las composiciones cultas de Góngora. Existe, no obstante, una mayor elaboración que en la lírica tradicional anterior al siglo XVII.
"Ándeme yo caliente" de Góngora
Contextualización
En palabras de Biruté Ciplijauskaité, resulta difícil calificar los sonetos amorosos de Góngora como tales. “Sí corresponden al tema, pero son completamente impersonales, fríos, puramente descriptivos, inspirados en modelos petrarquistas. No logramos imaginar detrás de ellos al poeta; sospechamos que sigue los tópicos del día; sabemos, según su primer biógrafo, que “escribió muchos versos amorosos a contemplaciones ajenas: no se le prohíjen a su intento” […] Son sonetos de perfecta hechura arquitectónica que se apoya en contrastes de colores y pone de relieve la sonoridad de las palabras. Teniendo esto en cuenta, se comprenden las acusaciones de “superficialidad” y “juego puro” que se le han hecho. Hay demasiada estilización, y si tuviéramos que juzgar por los sonetos, nos inclinaríamos a afirmar que el poeta nunca estuvo enamorado.” También Jammes hace notar que el soneto seguramente fue escrito en nombre de algún galán, ya que en este año (1620) Góngora mismo tendría pocas ganas de galanteo, con sus 59 años, sus deudas, y el sentimiento de desengaño cada vez más fuerte.
Tema
Una anécdota insignificante, enunciada al principio del soneto (De una dama que, quitándose una sortija, se picó con un alfiler) da pie a Góngora para crear una composición poética de gran complejidad formal. La dificultad de la composición destaca sobre el contenido de la misma. Clori es un nombre poético, algunas veces identificado con Catalina de la Cerda, otras, con Brianda de la Cerda, hija del marqués de Ayamonte.
Estructura Externa
Soneto de 1620. Dos cuartetos y dos tercetos de rima consonante. ABBA, ABBA, CDE, DCE.
Estructura Interna
El poema conserva la división tradicional de entre los cuartetos expositivos y los tercetos conclusivos.
- En el primer cuarteto un diamante, símbolo de la firmeza del amor del poeta, aprisiona el dedo de la dama.
- En el segundo cuarteto explica cómo Clori, sintiéndose oprimida por el anillo, se lo quita impaciente.
- El alfiler hiere la mano de Clori en el primer terceto.
- El segundo terceto desarrolla la comparación entre la blancura de la piel de la dama (marfil de la India) envidiada incluso por la diosa Aurora.
Estilo
Tanto el léxico, con abundancia de cultismos, como los hipérbatos y metáforas de difícil interpretación, como el uso insólito de la diéresis hasta en siete ocasiones, convierten este soneto en una de las composiciones típicamente culteranas de Góngora. En el plano fónico, las aliteraciones en “r” del primer verso y de “i” en todo el poema marcan el ritmo del poema.
Romance de un Prisionero de Góngora
Introducción
Véanse comentarios anteriores sobre el mismo autor.
Tema
El lamento de un galeote por faltarle su libertad.
Estructura Externa
Se trata de un romance nuevo que sigue, en gran medida, las pautas del romance tradicional. Como tal, la estructura métrica de esta tirada no es otra que la de los versos octosílabos, con rima asonante en los versos pares, quedando libres los impares; es decir: 8-, 8a, 8-, 8a.
Estructura Interna
El poema se puede dividir en tres partes:
- En la primera nos encontramos con un narrador que nos introduce al personaje principal y sus circunstancias. Esta sección abarca los versos desde el 1 al 8.
- La segunda parte iría desde el verso 9 hasta el 36. Aquí el galeote expresa su añoranza.
- La última parte es la tercera, que ocuparía los versos desde el 37 hasta el 40, que es donde volvemos a encontrarnos con el narrador.
Análisis
Empieza el poema con un largo hipérbaton que ocupa toda la introducción. Destaca la primera palabra, «Amarrado», que aporta unas connotaciones muy plásticas que condicionan al resto del léxico. Amarrar es un verbo que suele aplicarse a los animales, sin embargo, en el poema se aplica a un ser humano, por consiguiente, es obvia la dureza de la escena. En cuanto al hipérbaton, diríamos que trasladado a la sintaxis habitual, quedaría:
Un forzado de Dragut, amarrado al duro banco de una galera turquesa, (con) ambas manos en el remo y ambos ojos en la tierra, se quejaba, al ronco son del remo y de la cadena, en la playa de Marbella.
También destacaríamos la estructura paralelística de los versos 3 y 4, característica de la poesía de carácter popular:
«ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra»
Conclusión
Se trata de un romance perteneciente al romancero nuevo. El poema busca la verosimilitud y para ello aporta un nombre real, como es la del corsario Dragut o la presencia de la playa de Marbella. Sigue el poema las pautas del romancero viejo, como el inicio in media res o el final truncado. No abunda en recursos estilísticos y predomina la técnica narrativa de este tipo de composición, aun con secuencias, en algunos versos, de índole lírica. Por la incertidumbre con la que se cierra el poema, podríamos considerar que el poema sigue una estructura ascendente.
Soledad Primera de Luis de Góngora
Contextualización
“Soledad primera” es una obra escrita por el autor barroco Luis de Góngora. Nació en Córdoba, donde vivió una juventud alegre y libre. Se recorrió toda España asistiendo a numerosas tertulias y academias literarias. Criticaba a los autores de su época y, a su vez, fue criticado por ellos; especialmente Quevedo, con el que mantenía una dura rivalidad. Murió a los 65 años de apoplejía en su ciudad natal. Su obra se puede dividir en dos períodos: el tradicional, a través de poemas cortos que tratan temas ligeros, de carácter popular; y un periodo en el que se vuelve culterano, empleando composiciones largas con lenguaje y figuras retóricas complejas que a menudo hacen difícil su lectura. "Soledad primera" se localiza en este segundo periodo. Muchos pensaron que la intención de Góngora era escribir cuatro soledades que correspondieran con las cuatro estaciones del año, pero solo llegó a escribir la primera y parte de la segunda. "Soledad primera" contiene 1091 versos, de los cuales solo analizaremos los 61 primeros.
Tema
El tema del extenso poema gira en torno al tópico del Beatus Ille (Dichoso aquel) que alaba la vida sencilla mediante el abandono de la ciudad, buscando el refugio en el campo. Es un menosprecio a la corte y una exaltación a la vida de campo, pastoril.
Estructura Interna (primeros 61 versos)
- Introducción (versos 1-14): Se nos presenta el personaje principal, un náufrago, un peregrino de amor, apartado de su amada, vertiendo al mar sus lágrimas de desgracia. En este inicio encontramos referencias mitológicas: la historia de Arión que navegó de Tarento a Corinto, con muchas riquezas encima, perseguido a punto de morir. Con su cítara produjo un sonido que llamó a los delfines y, montado en ellos, se salvó. Y el mito de Júpiter, disfrazado de Toro, robando a la princesa Europa.
- Nudo (versos 15-51):
- Versos 15-29: El náufrago valora la resistencia de la tabla en la que se aferra para mantenerse a flote. En estos versos se alaba la vida sencilla y se desprecia la corte, la guerra, la navegación…
- Versos 29-33: El náufrago, agradecido, ofrece a la primera roca de tierra firme el objeto más preciado que posee: la tabla que le ha salvado la vida.
- Versos 34-41: El peregrino se desviste y extiende su ropa al Sol para secarla.
- Versos 42-51: Habla de horizontes en la oscuridad de la noche y confunde olas con enormes montes y a la inversa. No distingue dónde empieza el mar y dónde acaba la tierra.
- Desenlace (versos 52-61): El náufrago se sube a una montaña y distingue una luz de una cabaña, se trata de un puerto.
Estructura Externa (ejemplo con los primeros 14 versos)
"Soledad" es una silva, de versos heptasílabos y endecasílabos sin orden. La rima de muchos versos coincide, pero el poema no sigue un esquema u orden aparente. Veamos el análisis de los primeros 14 versos:
Era del año la estación florida A
en que el mentido robador de Europa B
(media luna las armas de su frente, C
y el Sol todos los rayos de su pelo), D
luciente honor del cielo, D
en campos de zafiro pace estrellas, E
cuando el que ministrar podía la copa B
a Júpiter mejor que el garzón de Ida, F
náufrago y desdeñado, sobre ausente, C
lagrimosas de amor dulces querellas E
da al mar, que condolido, G
fue a las ondas, fue al viento H
el mísero gemido, G
segundo de Arïón dulce instrumento. H
Figuras Literarias
- Hipérbatos: A lo largo de todo el poema. Por ejemplo: Era el año de la estación florida
- Metáforas: Que hacen alusión a la mitología (Júpiter o Arión); se compara el mar con un desierto de olas: que a una Libia de ondas su camino
- Hipérboles: Las desgracias del peregrino son tan intensas que conmueven hasta al fiero viento y al raudo mar: lagrimosas de amor dulces querellas da al mar, que condolido, fue a las ondas, fue al viento
- Prosificación: La obra, en vez de parecer un poema, se asemeja a una narración, no solo por su extensión, sino también por la forma en que se exponen los hechos.
- Símil: Se compara la tabla en la que se sustenta con los delfines que salvaron a Arión.
- Personificación: El Sol lame la ropa para secarla: y al Sol lo extiende luego, que, lamiéndolo apenas
- Antítesis y oxímoron: Arena/agua; luna/sol.
- Campo semántico del puerto: “farol”, “ferro”, “golfo”, “puerto”.
Conclusión
Góngora hace un gran cambio pasando de poemas populares a poemas cultos y de gran complejidad. "Soledad primera" es un poema de 1091 versos, en el que se emplea la técnica de la prosificación: el texto se asemeja a una narración o historia. Mediante una silva llena de figuras literarias complejas, referencias mitológicas y rima variada, Góngora hace que el espectador no solamente se centre en lo estético, sino en el contenido argumental de su obra.
"Mira, Zaide, que te aviso..." de Lope de Vega
Introducción
El autor del poema es Lope de Vega (1562-1635). Como solía, el poeta vierte en verso sus experiencias amorosas. En estos, el fingimiento consiste en recrear una situación propia de los romances moriscos. La traslación a la realidad nos lleva a los amores del poeta y Elena Osorio, quien en otros versos aparece con el nombre de Filis. El poeta se oculta detrás de un personaje. Se finge una escena de ambiente morisco para contar un suceso real. Se entiende que Lope lanzó al vuelo comentarios en los que se aireaba su relación con Elena Osorio, aquí, Zaida, lo cual le llevó a la dama a decir tanto como lo leído en el poema.
Recordemos que allá por el siglo XVI, la corriente novelesca y romancista que trataba sobre la vida de los moriscos tenía una buena recepción entre el público. La misma historia que nos cuenta Lope será aprovechada por Ginés Pérez de Hita (Mula, Murcia, 1544 - 1619), autor del momento, para recrear las ensoñaciones moriscas. Es más, Pérez de Hita incluye en su obra algunos de los romances de temática morisca que compuso Lope, entre estos, el que vamos a comentar. Ello es prueba de la trascendencia que tuvieron los versos del Fénix de los Ingenios.
Tema
Zaida (Elena Osorio) reprocha a Zaide (Lope de Vega) su actitud y justifica su decisión de romper con él.
Estructura Externa
Los versos forman un romance con la estructura habitual, es decir, 8-, 8a, 8-, 8a, con la rima asonante en los versos pares, quedando libres los impares. Se trata de una tirada que se corresponde con una escena. Destacamos el predominio del carácter narrativo, como todo romance, aquí con el predominio de la intervención de un personaje, así como la presencia del narrador. Tengamos presente, en este ejemplo, que se trata de un romance nuevo; o sea, una composición que sigue la técnica tradicional, pero firmado por un autor.
Estructura Interna
Gráficamente observamos tres partes:
- Primera parte (versos 1-72): Intervención del personaje, Zaida. Dentro de esta, podemos encontrar subapartados:
- Versos 1-12: Zaida envía una serie de reproches a Zaide.
- Versos 13-24: Ella lo describe.
- Versos 25-60: Se alude a lo lenguaraz que él ha sido.
- Versos 61-72: Debido a la incontinencia verbal de Zaide, se muestran las consecuencias para él.
- Segunda parte (versos 73-75): Intervención del narrador.
- Tercera parte (verso 76): De nuevo surge la voz de Zaida.
Análisis
El romance recoge una historia sucedida en Granada durante el reinado musulmán. Zaide, enamorado de Zaida, recibe de esta la trenza, de cabellos dorados, como prueba de su amor. Llevado él por su alegría, se la enseña a Tarfe, quien no tarda en dar a entender a Zaida que es una mujer de dudosa honradez, lo cual desata en ella la furia que le lleva a decir lo que nos cuenta el romance.
Es característico de la poesía tradicional, en este caso del romance, las repeticiones sintácticas, como el paralelismo, también las anáforas o el polisíndeton. Todos estos recursos también aquí están presentes.
Prácticamente todo el poema es un apóstrofe de Zaida dirigido a Zaide. Ya el primer verso muestra una firmeza por parte de la dama que nos habla, y tal contundencia se reafirma en el polisíndeton «ni», que se repite en los versos del 3 al 6. Con tal negación, se desgrana todo aquello que ella le prohíbe a Zaide. Pero no termina aquí el uso del polisíndeton en este poema. Hay que decir que toda la composición está salpicada de la conjunción «y», cuya función no es otra que prolongar una extensa lista que recoge todo aquello que Zaida detesta del caballero; obsérvense los versos 15, 25, 26, 27, etc.
Conclusión
Vida y literatura se dan la mano cuando hablamos de Lope de Vega. Su caso particular queda literaturizado, como si no pudiendo guardárselo entre los secretos, el poeta tiene que lanzarlo al ruedo del papel. Este ejemplo es válido para ilustrar lo que decimos, como también es válido como muestra del quehacer de su época que, como en Góngora o Quevedo, entre otros, renuevan el romancero; es decir, partiendo de las formas tradicionales, recrearán historias nuevas.
Como todo romance, este también sigue la forma narrativa, aun con secuencias dialogadas e incluso líricas. Los recursos destacados son de tipo sintáctico, e incluso metafórico. La tensión poética, el clímax, no se guarda hasta el final, sino que se diluye a lo largo de todos los versos.
"Suelta mi Manso, Mayoral Extraño": Análisis del Soneto de Lope de Vega
Introducción
Uno de los sonetos más recurrentes, de los escritos por Lope de Vega, es este "Suelta mi manso, mayoral extraño", en el que Lope utiliza varias alegorías pastoriles para reclamar al amante que le privó del amor de Elena Osorio, que le devuelva a su amada y que no se la conquiste con "collares de oro".
Comentario
El siguiente poema pertenece a la lírica cultivada durante su juventud, en la que destacaban los romances y sonetos de temática más variada, en contraposición a las obras cultivadas en su madurez que abrazaban principalmente temas religiosos. En esta obra, el autor se centra en un tema autobiográfico de carácter amoroso y, además, pastoril con influencias del petrarquismo español. Lope de Vega dedica este soneto a Elena Osorio, una joven con la que mantuvo una tormentosa relación. El argumento principal está basado en la historia de ambos, en la que la muchacha decidió abandonarle por Francisco Perreno, un hombre adinerado y poderoso.
Estructura Temática
del poema se divide en cuatro partes, las cuales coinciden
con el número de estrofas:
-En la primera estrofa, el autor lleva a cabo una petición dirigiéndose al hombre que le ha robado a su
amada, alegando que él puede conseguir a cualquier mujer que desee y, por lo tanto, debe dejar marchar a
Elena.
-En la segunda estrofa, Lope de Vega refleja la rabia que siente hacia él, ya que este se la ha arrebatado
utilizando sus riquezas y alhajas para conquistarla (“y no le engañen tus collares de oro”). La juventud e
inexperiencia de la joven, reflejada en el verso octavo (“que a las primeras hierbas cumple un año”), hace
que esta caiga rendida a los pies del seductor Gravela.
-En la siguiente estrofa, el poeta hace una descripción física de su amante (“…tiene el vellocino, pardo,
encrespado”).
-Por último, en la cuarta estrofa, reta a Gravela a que la deje marchar porque el amor sincero que siente
por él hará que la muchacha vuelva a sus brazos.
El lenguaje empleado es común y cotidiano, pero consta de una gran abundancia de adjetivos (pardo,
extraño, regalado…) y también introduce referencias personales empleando numerosos posesivos (“su
esquila”, “mi manso”, “tu bien”, “mi daño”). Además, utiliza el modo imperativo y los vocativos,
preferentemente, en la primera y cuarta estrofa (“ponle su esquila”, “mayoral extraño”, “deja la prenda”).
En cuanto a la métrica, se trata de un soneto (típico de la lírica italianizante), de versos endecasílabos, de
rima consonante que siguen el siguiente esquema: ABBA-ABBA en los cuartetos, y CDE-CDE en los
tercetos. El soneto incluye diferentes figuras retóricas propias del Barroco. En primer lugar, todo el poema
constituye una metáfora, ya que Lope de Vega utiliza términos propios del ámbito pastoril, para plasmar
sus vivencias personales de una forma más indirecta. En los versos 9 y 12, encontramos varias anáforas:
“Si pides señas, tiene el vellocino” “Si piensas que no soy su dueño, Alcino” También en los versos 8 y 14:
“que a las primeras hierbas cumple un año”, “que aún tienen sal las manos de su dueño” A lo largo de la
composición, el autor hace una repetición clara de la conjunción “y”. En el verso 4 y 7 encontramos dos
antítesis muy pronunciados (“perdida por tu bien y por mi daño”, “blanco toro”). Además, en el verso 11
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está presente una comparación (“…y los ojuelos tiene como durmiendo en regalado sueño”) con la que
hace referencia a la forma de los ojos de la joven.
A pesar de tratarse de un poema del Barroco, el autor no refleja explícitamente la situación de crisis y
dificultades que se vivía en aquella época, sino que la deja en un segundo plano y se centra por completo
en el amor (otro de los temas recurrentes) y en lo que este conlleva. Podemos decir, por lo tanto, que
aunque el poeta goce de un estilo propio y singular, sigue con fidelidad los rasgos que caracterizan al
movimiento
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IR Y QUEDARSE...
Comentario hecho por un estudiante (muy mejorable)
El poema, que tiene por título Ir y quedarse, y con quedar partirse, lo escribió para una de sus
amantes, Isabel de Urbina, hacia el año 1588 en Valencia. El tema principal es la ausencia de la amada y el
dolor de la separación. Se publicó en 1634, se encuentra en el poemario titulado Rimas humanas. El poema
se sitúa en la última etapa de Lope, marcada por un gran vitalismo debido a la muerte de su hijo, lo que le
llevó a tener un inmenso temor a la muerte, muy presente en el poema y patente en el último verso.
El tema del soneto es la definición del amor, un amor en silencio, que calla y duele, imposible de olvidar.
También está muy presente el concepto de ignorancia y el engaño amoroso que sufre el amante.
La estructura interna del poema se puede clasificar de la siguiente manera:
Las dos primeras estrofas: el poeta expresa sus sentimientos y reacciones ante un desengaño amoroso.
Expone el inmenso dolor que siente y la angustia vital por no poder estar con su amada. En el primer
cuarteto expone su situación y en el segundo sus sentimientos.
La tercera estrofa: se expone la desesperación del amante. Habla solo, pide fe y paciencia, y considera su
espera y el tiempo que está sin ella eterno. Por lo tanto su única opción es aferrarse a lo eterno.
Cuarta estrofa: a modo de conclusión iguala su vida al infierno.
Se trata de un soneto formado por dos cuartetos y dos tercetos de versos endecasílabos y rima consonante
(ABBA, ABBA, CDE, CDE).
En el poema se emplean un gran número de figuras retóricas:
Uso reiterado del polisíndeton en los versos 1, 2, 4, 5, 7, 8, 11, 12 y 14.
Gran número de antítesis: Quedar/partir. Temporal/eterno. Cielo/infierno.
Metáforas en el verso 3, en el que compara la amada con una sirena; y en el verso 7, cuando
estaba con su amada estaba en el cielo y en su ausencia en el infierno.
Epítetos: alma ajena, tierna arena.
Símil: verso 3: arder como la vela y consumirse; verso 7: caer de un cielo, y ser demonio en
pena.
Personificación: mudas soledades.
Lope de Vega fue uno de los autores más importantes del barroco, realizó una obra muy extensa donde
tocó varios temas sobre todo el amor.
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Este poema trata uno de los temas más importantes en la última etapa de Lope: el desengaño amoroso.
Podemos ver el desasosiego provocado por un desengaño, hecho contradictorio ya que Lope tuvo amores
con muchas mujeres a la vez.
* Arder como la vela y consumirse: sufrimiento de cualquier enamorado.
* No poder del árbol desasirse: no poder escapar del dolor, la locura del amor.
* Haciendo torres sobre tierna arena: acciones en vano, que fácilmente se viene abajo.
* Caer de un cielo, y ser demonio en pena: agonía que deja el amor.
* Creer sospechas y negar verdades: engañarse a sí mismo
* Fuego en el alma, y en la vida infierno: el fuego amoroso y el sufrimiento que deja.
Utiliza varias anáforas también, en la y del verso cuatro, ocho y once.
Se podría dividir el soneto en dos partes. La primera desde el inicio hasta el primer verso del segundo
tercero y la segunda los dos.
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16. LOPE DE VEGA: Un soneto me manda hacer Violante
El autor de este poema es Lope de Vega, poeta polifacético tanto en géneros literarios como en
subgéneros dentro de la lírica. Lope es uno de los grandes representantes en la poesía, así como en el
teatro, de finales del Renacimiento y principios del Barroco español. Este soneto aparece por primera
vez en una comedia menor del Fénix, que lleva por título, La niña de plata[1]. Era habitual, entre los
poetas de la época de Lope, el divertimento literario consistente en ir jugando con las palabras hasta
formar la composición, para después fingir la sorpresa ante el resultado bien conseguido.[2] El Barroco
presenta este tipo de ironía conceptista como un alarde de capacidad a la vez que juego literario.
Tema
El tema del poema es la metapoesía, es decir, en poesía se habla de poesía. Se realiza desde la ironía
del juego cortesano. Otra característica que debemos apuntar es que se trata de un poema desprovisto
de sentimientos.
Estructura externa
La composición de Lope de Vega es un soneto, tal y como se dice en los mismos versos, cuya
estructura métrica es la habitual, es decir, ABBA, ABBA, para los cuartetos y, en este caso, CDC,
DCD, para los tercetos; siempre con rima consonante en todos los endecasílabos. Valga destacar la
presencia de dos rimas internas en el segundo cuarteto y otra para cada terceto.
Estructura interna
La composición mantiene una unidad formal. En todas las estrofas el autor muestra, a través de la falsa
modestia, la dificultad del encargo con el logro que va consiguiendo. En paralelo, dificultad y
resultado, avanzan para describir que se trata de un soneto, al tiempo que el poeta va realizando
observaciones sobre los avances y el recorrido que va superando, hasta lograr esa breve historia que
sucede delante de los ojos del lector.
Análisis
En el primer verso ya conocemos el propósito que lleva al poeta a crear un soneto, pues no es otro que
una petición solicitada por una dama llamada «Violante». El autor se mostrará en un falso apuro, a
modo de falsa modestia, para satisfacer la petición de la dama: «que en mi vida me he visto en tanto
aprieto» (v. 2). Esta estrofa, como el resto del poema, no presenta abundancia de recursos estilísticos,
al contrario, la llaneza, tanto del léxico escogido como de la sintaxis crean la verosimilitud de una
improvisación. En esa misma línea, en el cuarto verso se lee una derivación propia de un
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coloquialismo: «burla burlando», que aportan ritmo a los versos, así como una hipotética
espontaneidad.
Conclusión
Lope de Vega nos ha presentado un soneto creado, aparentemente, en un juego literario. En ese mismo
juego pretende situarse ante una gran dificultad, que superará con creces. El poeta ha buscado dirigirse
al lector con una supuesta espontaneidad, como si fuese la misma casualidad la que lo ha llevado a
finalizar su objetivo. En esa intención funcionan el léxico escogido y la sintaxis e, incluso, expresiones
de carácter coloquial, como también el fingimiento del poeta, quien parece no detenerse en buscar las
palabras ni las rimas, sino que en la misma búsqueda se completa el poema. Se trata de un soneto de
circunstancias, lejos de manifestar ningún tipo de sentimientos o de emoción profunda; pura habilidad
de un poeta que se permite mostrarnos su maestría con las palabras. El poema nos cuenta desde un
punto de vista casi narrativo la preocupación del autor por alcanzar su tarea, crear un soneto.
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16. LOPE DE VEGA: Un soneto me manda hacer Violante
Introducción
El autor de este poema es Lope de Vega, poeta polifacético tanto en géneros literarios como en
subgéneros dentro de la lírica. Lope es uno de los grandes representantes en la poesía, así como en el
teatro, de finales del Renacimiento y principios del Barroco español. Este soneto aparece por primera
vez en una comedia menor del Fénix, que lleva por título, La niña de plata[1]. Era habitual, entre los
poetas de la época de Lope, el divertimento literario consistente en ir jugando con las palabras hasta
formar la composición, para después fingir la sorpresa ante el resultado bien conseguido.[2] El Barroco
presenta este tipo de ironía conceptista como un alarde de capacidad a la vez que juego literario.
Tema
El tema del poema es la metapoesía, es decir, en poesía se habla de poesía. Se realiza desde la ironía
del juego cortesano. Otra característica que debemos apuntar es que se trata de un poema desprovisto
de sentimientos.
Estructura externa
La composición de Lope de Vega es un soneto, tal y como se dice en los mismos versos, cuya
estructura métrica es la habitual, es decir, ABBA, ABBA, para los cuartetos y, en este caso, CDC,
DCD, para los tercetos; siempre con rima consonante en todos los endecasílabos. Valga destacar la
presencia de dos rimas internas en el segundo cuarteto y otra para cada terceto.
Estructura interna
La composición mantiene una unidad formal. En todas las estrofas el autor muestra, a través de la falsa
modestia, la dificultad del encargo con el logro que va consiguiendo. En paralelo, dificultad y
resultado, avanzan para describir que se trata de un soneto, al tiempo que el poeta va realizando
observaciones sobre los avances y el recorrido que va superando, hasta lograr esa breve historia que
sucede delante de los ojos del lector.
Análisis
En el primer verso ya conocemos el propósito que lleva al poeta a crear un soneto, pues no es otro que
una petición solicitada por una dama llamada «Violante». El autor se mostrará en un falso apuro, a
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modo de falsa modestia, para satisfacer la petición de la dama: «que en mi vida me he visto en tanto
aprieto» (v. 2). Esta estrofa, como el resto del poema, no presenta abundancia de recursos estilísticos,
al contrario, la llaneza, tanto del léxico escogido como de la sintaxis crean la verosimilitud de una
improvisación. En esa misma línea, en el cuarto verso se lee una derivación propia de un
coloquialismo: «burla burlando», que aportan ritmo a los versos, así como una hipotética
espontaneidad.
Sobre el segundo cuarteto se puede decir que el término «consonante» tiene valor de
sinécdoque, pues aunque el vocablo es una parte de los diferentes elementos que encontramos en un
soneto, aquí representa algo más, representa el cúmulo de dificultades que conlleva la creación de un
poema. Llama la atención en el lector la exactitud que presentan las circunstancias expuestas en los
versos: nos referimos al susodicho término, «consonante», pues coincide al final del verso y con ese
tipo de rima; lo mismo que el final del séptimo verso coincide la medida con el contenido. Leemos: «y
estoy a la mitad de otro cuarteto;».
Como anotábamos arriba, en este cuarteto observamos la presencia de dos rimas internas. En el
séptimo verso nos topamos con la palabra «veo», que mantiene una correspondencia asonante con
«cuarteto» y «terceto» (vv. 6 y 7), y se refuerza con la segunda rima interna, esta vez en consonante,
«cuartetos» (v. 8). Esta reduplicación de la rima intensifica el ritmo del poema y aporta elementos
propios del juego literario que nos ofrece Lope.
Conclusión
Lope de Vega nos ha presentado un soneto creado, aparentemente, en un juego literario. En ese mismo
juego pretende situarse ante una gran dificultad, que superará con creces. El poeta ha buscado dirigirse
al lector con una supuesta espontaneidad, como si fuese la misma casualidad la que lo ha llevado a
finalizar su objetivo. En esa intención funcionan el léxico escogido y la sintaxis e, incluso, expresiones
de carácter coloquial, como también el fingimiento del poeta, quien parece no detenerse en buscar las
palabras ni las rimas, sino que en la misma búsqueda se completa el poema. Se trata de un soneto de
circunstancias, lejos de manifestar ningún tipo de sentimientos o de emoción profunda; pura habilidad
de un poeta que se permite mostrarnos su maestría con las palabras. El poema nos cuenta desde un
punto de vista casi narrativo la preocupación del autor por alcanzar su tarea, crear un soneto.
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A una nariz
El poema es obra de Francisco de Quevedo. Es de poesía satírica y resulta, quizá, el soneto más
famoso de este autor.
El tema resulta fácilmente identificable, Quevedo pretende la humillación de su mayor
adversario, Góngora, gran rival literario y personal.
Un hombre de gran nariz es, un ejemplo de figura natural, objeto de comentario burlesco, como
cualquier otra deformidad o exageración ridícula.
Es un soneto formado por, dos cuartetos y dos tercetos, compuesto con versos endecasílabos
con la siguiente estructura ABBA ABBA CDC DCD (encadenada en los tercetos) y rima
consonante.
Se pueden señalar dos partes bien diferenciadas:
1. Primera parte (versos del 1 al 11): en esta primera parte caracteriza con ironía y
crueldad la nariz de un hombre. Con muchas metáforas. El autor lo expresa con el adjetivo en
grado superlativo, érase una nariz superlativa, expresando la idea máxima sobre lo descrito,
nariz incomparable.
El resto de las metáforas utilizadas en esta parte van siendo más hirientes hasta llegar a la más
cruel, al verso número 11, las doce tribus de narices era, donde Quevedo vierte toda su mala
idea .No comenta ni siquiera que posee una nariz grande, es mucho peor que eso. En esta
primera parte, el autor, insiste en la fealdad y grandeza de la nariz que le inspira a escribir su
poema.
Segunda parte (versos del 12 al 14): El último terceto resume y concluye todo lo dicho
anteriormente. El verso 12, érase un naricísmo infinito, resume las características enumeradas
en los cuartetos y en el terceto anteriores. En cuanto a las figuras retóricas o recursos
expresivos utilizados por Quevedo en este poema, cabe destacar que todo el poema es una
sucesión de metáforas descriptivas cuyo fin principal es la humillación del hombre al que está
dedicado el poema. También utiliza la anáfora, recurso léxico repetido a todo lo largo del
poema. La hipérbole es el recurso expresivo que mejor sirve al propósito principal de Quevedo:
ironizar. Todo el poema es una sucesión de hipérboles, de exageraciones, aunque en donde
mejor se ve es en los versos 1, 10, 11,12 y 13.
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“¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!”
Contexto: Este soneto pertenece a los de carácter metafísico del autor español Francisco de
Quevedo. Quevedo, símbolo del Barroco en España, estuvo a la cabeza de la corriente conceptista
en los primeros años del siglo XVII: esta corriente literaria prefería la profundidad del concepto ante la
elaboración estilística típica del culteranismo. Los sonetos de Quevedo, nunca publicados en su vida,
se recogieron y publicaron “post-mortem” según un orden de tipo argumentativo: se agruparon en
sonetos “amorosos”, “satíricos y burlescos”, y “metafísicos” (en que Quevedo expresaba su visión
ante la vida y la muerte).
Tema: fugacidad de la vida tras la inútil batalla con la muerte.
Estructura interna:
Podríamos dividir este soneto en dos apartados: en la primera parte, que incluye los dos cuartetos, el
autor habla sobre la vida y la muerte como en un conflicto (de hecho utiliza términos típicos de la
guerra como vamos a ver después) que ve la vida derrotada; en el segundo apartado, que ocupa los
dos tercetos, Quevedo refleja sobre la vida y la muerte sin angustia, como si ya hubiera llegado: el
autor
llega “despeñado” a la muerte, y razona a mente lúcida sobre la fugacidad del tiempo (“la hora y el
momento son azadas que cavan en mi vivir mi monumento”).
Estructura externa: Si tenemos en cuenta la métrica entendemos que se trata de un soneto (poema
compuesto de dos cuartetos y dos tercetos) con versos endecasílabos, de arte mayor, y rima
consonante de tipo ABBA – ABBA – CDC – DCD.
Comentario del soneto: el estilo de Quevedo es absolutamente conceptista, o sea pone en primer
lugar el concepto que quiere expresar, sin dar mucha importancia a referencias cultas y mitológicas o
a un estilo obscuro y de difícil interpretación.
El estilo que desarrolla en las obras amorosas y metafísicas es lírico y grave, con amplio espacio por
la hondura del sentimiento y una visión noble, planteada sobre la claridad de su pensamiento.
Pasando a un análisis de las figuras retóricas, se advierte en el primer verso un hipérbaton, que
confunde las partes de la frase según la “variatio” de los latinos: “fue sueño ayer; mañana será tierra”
es también un quiasmo, ya que “ayer” y “mañana” se combinan simétricamente. Aquí hay tres
antítesis: entre “fue” y “será” (de tiempo, entre pasado y futuro); entre “ayer” y “mañana” siempre en
esta dirección; entre “sueño” y “tierra”, o sea entre algo metafísico y algo físico.
En el segundo verso hay una anáfora (“poco”) y un paralelismo en la estructura con antítesis de
significado entre “antes” y “después”.
En el cuarto verso se desarrolla la metáfora de la “muerte” como “cerco” alrededor del poeta.
En el verso 5 hay un paralelismo entre “combate” y “guerra”.
Hasta el verso 7, en lo que se refiere al léxico, se plantean muchos términos de jerga militar, como
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“cerco”, “combate”, “guerra”, “defensa”, “armas”, que nos transmiten la idea de la metáfora de la
“importuna” batalla entre vida y muerte.
En el verso 8, con la frase “menos me hospeda el cuerpo”, se plantea el tópico literario a través del
pensamiento de Quevedo que ve el cuerpo como residencia del alma.
En el verso 9, casi se repite la fórmula utilizada en el verso primero: hay
un paralelismo con antítesis entre “ayer” y “mañana” y el sucesivo “hoy”.
Hay otra antítesis más, como buen poema barroco que es, que encontramos en el verso 10, entre
“es” y “fue”, que juntos forman un polisíndeton: (“y es, y fue”).
En el terceto conclusivo se plantea la alegoría de “la hora y el momento” que son “azadas” que
“cavan en mi vivir mi monumento”. La imagen, de significado muy fuerte y profundo, describe la
fugacidad de la vida ante la muerte, el pasar inexorable del tiempo: se establece así el tópico del
“tempus fugit” del poeta latino Virgilio.
Para concluir con el nivel morfosintáctico, en el verso 12 hay una endíadis entre “hora” y
“momento” (ya que las dos palabras indican el mismo concepto). En el verso 13 hay un paralelismo
entre “pena” y “cuidado”, y en el último verso, el 14, hay una antítesis entre “vivir” y “monumento”, ya
que “monumento” indica un monumento a la muerte.
Conclusión: Quevedo retoma en este soneto el tópico del “tempus fugit”, pero en un contexto
típicamente barroco, ya que siguiendo a Virgilio, el pensamiento latino y el Renacimiento que desde
aquí parte, la vida es algo que merece ser vivido, ya que la vida es “sueño”, la vida es “nada”, como él
mismo dice en
este soneto.
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“Madre, yo al oro me humillo”
COMENTARIO DEL SIGUIENTE FRAGMENTO
1) Localización. Se trata de un fragmento de la letrilla satírica de Quevedo titulada "Poderoso
Caballero...". Fue escrita alrededor de 1605 y se encuadra en el Barroco literario.
2) Tema. La influencia del dinero alcanza a todos los estamentos sociales .
3) Estructura formal.
Se trata de una composición en verso. Se advierte en una parte del texto la presencia de la 1ª
persona del singular y por tanto junto a la función poética, propia de cualquier texto literario se
halla la función expresiva, que da cuenta de los sentimientos del autor. Es, por tanto, una
composición lírica, una letrilla en virtud de su tono jocoso. Se compone de versos en su mayor
parte octosílabos, algunos de ellos son heptasílabos terminados en aguda y por ello se consideran
métricamente octosílabos ( Y es tanta su Majestad / Que a las caras de un doblón )y algún pentasílabo (
sólo los últimos del estribillo ) agrupados en una estructura métrica que corresponde a la del
villancico, es decir , estribillo ( los dos primeros versos )+ una estrofa que corresponde a la
mudanza ( los cuatro siguientes que forman una redondilla ) + verso de enlace ( el siguiente a la
redondilla ) + verso de vuelta ( el inmediatamente anterior al estribillo ) y representados así :
abbaaccc , deeddccc .
4) Estructura del contenido . Un apartado para cada una de las partes. ( Desarrollar )
5) Análisis de los recursos literarios.
Aparentemente los cuatro primeros versos del fragmento nos sitúan ante una persona sumamente
importante. El término Majestad, con mayúscula , remite a un personaje ligado a la corte y por ello
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noble a lo que contribuye también la aparición posterior de autoridad. El empleo de la consecutiva
intensiva ( tanta que ) realza todavía más el valor del personaje.
El atributo de autoridad del noble no desaparece ni incluso después de haber sido descuartizado
( hecho cuartos ) lo que comienza a suscitar dudas en el lector . Es inverosímil que un señor , por
importante que sea , mantenga su poder después de muerto. De ahí que los versos siguientes del
fragmento empiecen a arrojar luz acerca de la verdadera naturaleza del Caballero. Todavía puede
otorgar calidad al noble y al pordiosero en función de esa autoridad de la que se ha hecho gala más
arriba, pero la lectura del estribillo (Poderoso Caballero / Es Don Dinero ) con el dinero personificado
en Caballero es lo que permite realmente recomponer toda la significación de esta parte del
fragmento.
El poder del dinero se hace manifiesto. Es precisamente el dinero lo que hecho cuartos, es decir,
dividida la moneda en cuatro partes de menos valor ( obsérvese la importancia de la dilogía ) no
pierde autoridad, lo que conserva majestad y lo que en suma confiere la calidad a los individuos
socialmente desiguales ( noble, pordiosero ). El valor del dinero anula la antítesis noble / pordiosero ,
elementos situados en la cúspide y la base respectivamente de la escala social , y los iguala , por lo
que parece convertirse en el bien más codiciado de una época en la que reina la inestabilidad en
todos los órdenes.