Análisis de la Poesía de Juan Ramón Jiménez y las Vanguardias

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La Poesía Intelectual de Juan Ramón Jiménez

La época intelectual de Juan Ramón Jiménez se inicia con Diario de un poeta recién casado, escrito durante su viaje de novios por mar a Nueva York. Esta obra rompe con la estética modernista y abre la poesía española a las innovaciones de las Vanguardias: collage, verso libre, poemas en prosa, enumeraciones caóticas…

Además de la renovación formal, Diario de un poeta recién casado supone un cambio profundo en la poesía de Juan Ramón Jiménez al eliminar casi por completo la anécdota y dar paso a la poesía pura. No desaparecen totalmente los elementos externos: el cielo y el mar son la prueba de la armonía del cosmos, Nueva York, como más tarde para Lorca, es la expresión del caos y la alienación.

Sus siguientes libros, Eternidades, Piedra y cielo, siguen esa línea de concisión y búsqueda de la expresión esencial, lo que dificulta su comprensión. Esta dificultad se alinea con el aristocratismo novecentista y con su intención de dirigirse a la inmensa minoría. La estación total añade el concepto de conciencia, que debe permitir al poeta escapar a los límites temporales y espaciales que impone la muerte. La conciencia se identifica con desnudez, plenitud, armonía o eternidad.

La Etapa Suficiente o Verdadera

La etapa suficiente o verdadera es la última etapa de la poesía de Juan Ramón Jiménez y se inscribe en la época del exilio. En En el otro costado, poema en prosa, se reúnen conceptos del último Juan Ramón: la unidad de todo lo existente, el panteísmo o la conciencia del poeta como un Dios que da sentido al mundo al recrearlo en una poesía que permite a los demás una comprensión más completa del mismo.

Dios deseante y deseado supone la posesión de esa conciencia que se identifica con el concepto del Dios panteísta, que nada tiene que ver con el cristianismo. Dios que se identifica con la belleza y la naturaleza.

Prosa Poética: Platero y Yo

Aunque escrito en prosa, Platero y yo, es un excelente ejemplo de prosa poética que, aunque con rasgos aún modernistas, supone la aparición de una idea constante en su obra: la comunión con la naturaleza, con el medio rural y la belleza.

Las Vanguardias

Al mismo tiempo que se desarrolla el Novecentismo, aparecen en Europa las Vanguardias con principios similares en muchos aspectos. Ambos movimientos quieren romper con lo anterior, aunque la Vanguardia lo hace desde unos presupuestos más revolucionarios, inspirados por manifiestos en los que exponen sus principios estéticos e intenciones. Los principales movimientos de vanguardia son:

Expresionismo

De origen alemán, es el único que no niega los principios del Naturalismo. Rechaza que el arte sea una mera representación externa de la realidad, sino que ha de revelar la realidad interior. Para ello resaltan los aspectos que mejor describen o caricaturizan las características físicas o psicológicas. Muestran predilección por los ambientes sórdidos, la deformación y el discurso ilógico.

Futurismo

Su primer manifiesto es obra de Marinetti. En él rechaza el pasado ya que el arte se debe al futuro. Ensalzan la máquina, el movimiento y la guerra. Tiene una clara influencia de Nietzsche.

Cubismo

Más desarrollado en la pintura, en literatura promulgan la fragmentación de la realidad, la simultaneidad, y el poema como objeto en sí mismo. La mejor muestra del cubismo poético son los Caligramas de Apollinaire.

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