Anatomía del Ventrículo Izquierdo y el Esqueleto Fibroso del Corazón

Ventrículo Izquierdo

El ventrículo izquierdo posee la pared más gruesa de las cuatro cámaras del corazón, con un promedio de 10 a 15 mm, y forma el vértice o ápex del corazón. Al igual que el ventrículo derecho, contiene trabéculas carnosas y cuerdas tendinosas que conectan las valvas de la válvula mitral a los músculos papilares.

La sangre fluye desde el ventrículo izquierdo, a través de la válvula aórtica, hacia la aorta ascendente. Una parte de la sangre en la aorta ascendente se dirige a las arterias coronarias, que se originan en ella e irrigan el corazón. El resto de la sangre continúa su recorrido a través del arco aórtico y la aorta descendente (aorta torácica y abdominal). Las ramas del arco aórtico y la aorta descendente transportan la sangre hacia todo el cuerpo.

Durante la vida fetal, un vaso sanguíneo temporal llamado conducto arterioso transporta sangre desde la arteria pulmonar hacia la aorta. Como resultado, solo una pequeña cantidad de sangre se dirige a los pulmones fetales, que aún no son funcionales. El conducto arterioso generalmente se cierra poco después del nacimiento, dejando una estructura remanente conocida como ligamento arterioso, que conecta el arco aórtico con el tronco pulmonar.

Esqueleto Fibroso del Corazón

Además del músculo cardíaco, la pared del corazón también contiene tejido conectivo denso que forma el esqueleto fibroso del corazón. Esta estructura está compuesta principalmente por cuatro anillos de tejido conectivo denso que rodean las válvulas cardíacas, fusionándolas entre sí y uniéndolas al tabique interventricular.

El esqueleto fibroso cumple varias funciones importantes:

• Proporciona la base estructural para las válvulas cardíacas.
• Previene el sobreestiramiento de las válvulas cuando la sangre pasa a través de ellas.
• Sirve como punto de inserción para los haces de fibras musculares cardíacas.
• Actúa como aislante eléctrico entre las aurículas y los ventrículos.