Al-Ándalus: Historia, Cultura y Legado en la España Medieval
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Al-Ándalus: Economía y Sociedad
Los musulmanes impulsaron la agricultura con la práctica del regadío e introdujeron cultivos de oriente como los cítricos, el arroz, el algodón o el azafrán. La ganadería se centró en la cría de ovejas, caballos y gusanos de seda. En artesanía, destacaron los tejidos, la cerámica, el cristal, el papel, el cuero y los metales preciosos. Además, mantuvieron un intenso comercio, tanto interior como exterior, con el resto de países islámicos y con la Europa cristiana.
Organización Social
La sociedad andalusí se dividía en:
- Aristocracia (jassa): Integrada por la familia del califa y los árabes conquistadores. Ocupaban los altos cargos y poseían extensas propiedades.
- Nobleza de servicio: Más humilde, se encargaba de la administración.
- Población (amma): Formada por campesinos, comerciantes, artesanos y esclavos (procedentes del comercio o de la guerra).
Al-Ándalus: Legado Cultural
Al-Ándalus desempeñó un papel crucial como difusora de la cultura clásica griega desde el imperio musulmán hacia la Europa cristiana. El mayor esplendor cultural se alcanzó durante el califato de Córdoba, ciudad que albergó una biblioteca con más de 400.000 volúmenes y grandes figuras de las letras y las ciencias.
Letras
El árabe se impuso como idioma, en esta lengua escribieron poetas, teólogos e historiadores como Ibn Jaldún y filósofos como Averroes, quien adoptó la filosofía de Aristóteles e inspiró a filósofos posteriores.
Ciencias
Predominaron las disciplinas prácticas: la navegación, las matemáticas, el cálculo, la astronomía (Abulcasim Maslama) y la medicina, en la que destacó Abulcasis.
El Arte Hispano-Musulmán: Mezquita y Palacio
Los edificios musulmanes se caracterizan por:
- El empleo de materiales como el yeso o el ladrillo.
- El uso de columnas y pilares como soportes.
- Diferentes tipos de arco: de herradura, semicirculares, apuntados y lobulados, a menudo enmarcados en una moldura llamada alfiz.
- Cubiertas planas o abovedadas.
- Rica decoración interior de yeso o azulejos, con motivos como el ataurique (vegetales estilizados), la decoración epigráfica (inscripciones) y la lacería (motivos geométricos).
Mezquitas
El mejor ejemplo es la Mezquita de Córdoba. Su construcción se inició en el 785 con Abderramán I, pero el crecimiento de la ciudad obligó a realizar ampliaciones entre los siglos IX y X.
Palacios
Destacan el de Medina Azahara (mandado construir en el siglo X por Abderramán III) y la Aljafería de Zaragoza (levantada por los reyes taifas).
Al-Ándalus: Evolución Política
Conquista, Emirato y Califato de Córdoba
Las luchas por el poder en la monarquía visigoda facilitaron la invasión musulmana en el año 711. Tras la derrota de don Rodrigo en la batalla de Guadalete, conquistaron casi todo el territorio en tres años, excepto las zonas montañosas del norte.
Entre 711 y 750, Al-Ándalus fue una provincia del califato Omeya. Con la llegada al poder de los abasíes, Abderramán I, un omeya, huyó y se proclamó emir en Córdoba en 756, independiente del califato de Bagdad. El emirato fortaleció el dominio musulmán, aunque hubo conflictos internos, revueltas sociales y luchas por el poder.
En 929, Abderramán III se independizó de Bagdad también religiosamente, proclamándose califa. El califato fue la etapa de mayor esplendor del Islam en la península.
Al-Ándalus: La Crisis del Siglo XI
Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos
En 1031, los gobernadores de las provincias se declararon independientes, dividiendo el califato en 28 pequeños reinos o taifas, enfrentados entre sí. Los reinos cristianos del norte aprovecharon esta situación, cobrando tributos (parias) a cambio de paz e intensificando sus ataques, culminando con la conquista de Toledo en 1085.
Ante esta situación, los reinos de taifas pidieron ayuda a los Estados musulmanes del norte de África.
Los almorávides entraron en la península, vencieron a los cristianos en la batalla de Sagrajas (1086) e impusieron su dominio hasta 1145, implantando un fuerte fanatismo religioso.
Los almohades dominaron Al-Ándalus desde 1146 con un radicalismo religioso aún mayor. Tras su victoria en Alarcos (1195), paralizaron la reconquista hasta su derrota en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), que abrió el valle del Guadalquivir al avance cristiano.