La Antropología Cartesiana: Mente, Cuerpo y Voluntad en la Filosofía de Descartes
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La Antropología Cartesiana: Mente, Cuerpo y Voluntad
René Descartes, figura central del racionalismo, postula una visión dualista de la existencia humana, donde alma y cuerpo son concebidos como dos sustancias radicalmente separadas. Para Descartes, la muerte no implica la separación del alma del cuerpo, sino que, al igual que cualquier máquina, el cuerpo simplemente deja de funcionar. Esta perspectiva difiere notablemente de la de Aristóteles y la escolástica, quienes sostenían que el alma es la forma sustancial del cuerpo, inseparable de este.
El Problema de la Interacción entre Sustancias
La postura cartesiana respecto a la independencia de las sustancias plantea un desafío fundamental: el problema de la comunicación entre la mente y el cuerpo. Si cada sustancia existe con absoluta autonomía, ¿cómo se relacionan los seres vivos con los espíritus pensantes? ¿Cómo puede influir la mente en el cuerpo y viceversa? ¿Y cómo el espíritu puede tener sensaciones de cosas extensas y cómo estas pueden ser aplicables a la sustancia corporal?
La única respuesta que Descartes ofrece a este dilema es Dios, el creador del mundo material, lo que valida para él los conceptos e intuiciones de la mente humana.
En el caso específico del ser humano, Descartes señala la glándula pineal, una parte del cerebro, como el lugar donde se realizaría la unión entre el cuerpo material y el alma espiritual. En este punto, se unificarían todas las sensaciones producidas por los órganos de los sentidos, y allí interactuarían la mente, el alma o la sustancia pensante.
Sin embargo, en su obra Las Pasiones del Alma, Descartes matiza esta idea, afirmando que el alma está unida a todo el cuerpo y que no se puede decir que existe en una parte cualquiera a exclusión de las otras.
Las Facultades del Alma: Conocimiento y Voluntad
El Conocimiento Sensible y la Memoria
El conocimiento sensible, siempre confuso y, por tanto, no considerado un conocimiento en sentido propio, se produce cuando las cosas impresionan los órganos de los sentidos. Esto genera ciertas modificaciones, denominadas "figuras", las cuales pasan al sentido común y a la imaginación. Es en este último donde las figuras pueden quedar retenidas durante un tiempo, constituyendo así la memoria.
El Pensamiento: Entendimiento y Voluntad
El pensamiento se manifiesta de dos modos principales:
- El Entendimiento: Puede darse bajo los modos de sentir, imaginar o concebir.
- Es pasivo si es determinado por la imaginación, como cuando sentimos.
- Es activo cuando determina a la imaginación, como cuando imaginamos; o cuando actúa solo, como cuando concebimos.
- La Voluntad: Se expresa a través de modos como admirar, desear, odiar, afirmar, negar, dudar, y asentir o no a los juicios.
Precisamente en la voluntad radica la posibilidad del error. Cuando algo es claro y distinto, la voluntad no puede sino asentir a ese conocimiento. No obstante, la mayoría de nuestros conocimientos no son claros y distintos, y es entonces cuando la voluntad se pronuncia sobre ellos. La voluntad es libre y puede pronunciarse sobre cualquier cosa, lo que le otorga un campo de actuación mayor que el entendimiento; de hecho, posee un campo infinito. Por esta razón, Descartes llega a afirmar que es por la voluntad por lo que nos asemejamos a Dios. En Dios, voluntad y entendimiento se identificarían.