Antropología de la medicina: definición y relevancia en la práctica médica
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Antropología de la medicina
En los setenta y bajo la influencia de aportaciones en Antropología biológica y ecológica (Alland 1970) Fabrega, un médico con formación antropológica que había realizado trabajo de campo entre los indígenas del Sureste mexicano elabora una primera propuesta teórica. Define la Antropología de la medicina en términos de lo que es o debería ser su contenido y no en relación a criterios conceptuales, metodológicos o de principios. Esta: “(a) elicita los factores, mecanismos y procesos que juegan un papel en o influencian la forma en que individuos v grupos están afectados por responden a la “iones” y “disease”; y (b) examina estos problemas con un énfasis en patrones de conducta. El énfasis principal debe darse en estudios que son conducidos en grupos no-occidentales y que descansan en el concepto de cultura” (1972:167). La definición guarda la ambigüedad necesaria para congeniar las investigaciones sociomédicas provenientes de la biomedicina -de ahí el énfasis en el contenido y no en el método- y la perspectiva culturalista más conductual. Conserva, además, la escisión entre el espacio antropológico y el biomédico con una demarcación clara del primero al universo indígena y con una distinción entre dos dimensiones de la enfermedad: “disease” y “illness”.
El conocimiento del profesional que ha adoptado la antropología es de fundamental importancia para la medicina ya que el paciente no se ve como un objeto de estudio, sino que el enfermo es comprendido, respetado y apreciado como se merece todo ser humano. Por lo tanto, el médico antropológico debe tener verdadera vocación por la medicina; una bien lograda formación científica; sensibilidad para atender al hombre enfermo, comprender el sentido de sus palabras y silencios, sus gestos y reticencias; condiciones de humanidad; reconocimiento de la persona, de la dignidad humana y de la libertad; y formación cultural general. El profesional de la salud debe identificarse de tal modo con el paciente, entendiendo que él como persona también está comprometido en la tarea médica, desde que como persona, él también va a necesitar atención médica en algún momento de su vida.