El Aparato Locomotor y las Articulaciones: Claves del Movimiento Humano

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El Aparato Locomotor: Fundamentos del Movimiento Humano

El aparato locomotor es el sistema encargado de efectuar los movimientos del cuerpo. Está formado principalmente por el sistema óseo y el sistema muscular. El movimiento se basa en la interacción de los siguientes componentes esenciales:

  1. Órganos que proporcionan movimiento: El más esencial es el músculo esquelético.
  2. Sistema de sostén para el movimiento: Compuesto por el sistema óseo (huesos), cartílagos, tejido conjuntivo y epitelio.
  3. Uniones entre huesos y esqueletos: Incluyen ligamentos, tendones y articulaciones.
  4. Sistema de control: Esencialmente el sistema nervioso central, aunque también actúan hormonas.

Las Articulaciones: Puntos Clave de la Movilidad

Para permitir el movimiento, el cuerpo posee articulaciones, que son puntos de contacto entre huesos. Estas uniones están formadas por tejidos conjuntivos muy flexibles que mantienen unidos los huesos, al tiempo que proporcionan un grado de movilidad variable. El punto de contacto entre estos tejidos permite distintos grados de movilidad, desde articulaciones muy fijas hasta muy móviles.

Tipos de Articulaciones: Clasificación Estructural

Las articulaciones se pueden clasificar según su estructura en tres tipos principales:

  1. Fibrosas: Uniones formadas por tejido conjuntivo fibroso.
  2. Cartilaginosas: Uniones formadas por tejido cartilaginoso.
  3. Sinoviales: Caracterizadas por una cápsula articular rodeada por ligamentos.

Tipos de Articulaciones: Clasificación Funcional

Desde una perspectiva funcional, las articulaciones se clasifican según su grado de movilidad:

  1. Sinartrosis: Articulaciones inmóviles.
  2. Anfiartrosis: Articulaciones semimóviles.
  3. Diartrosis: Articulaciones móviles.

Componentes Esenciales de las Articulaciones Diartrosis (Sinoviales)

Las articulaciones diartrosis, también conocidas como articulaciones sinoviales, poseen una estructura compleja que facilita su amplia movilidad. Sus componentes clave incluyen:

  • Cavidad sinovial: Un espacio que separa los huesos que se articulan.
  • Cartílago articular: Una lámina de cartílago unida a los extremos de los huesos que se articulan, proporcionando una superficie lisa para el movimiento.
  • Cápsula articular: Una envoltura fibrosa que rodea y encierra la articulación.
  • Ligamentos: Bandas de tejido conjuntivo flexible que refuerzan la cápsula articular y mantienen unidos los huesos que se articulan.
  • Membrana sinovial: Una envoltura conjuntiva elástica y grasa (interna a la cápsula) que segrega y retiene el líquido sinovial.
  • Líquido sinovial: Un fluido viscoso que se licúa con el movimiento. Rellena la cavidad sinovial, lubrica las superficies móviles, alimenta el cartílago, elimina restos desgastados y protege de infecciones.

Algunas articulaciones sinoviales pueden tener ligamentos internos si son necesarios para su función. Además, pueden incluir anillos cartilaginosos (meniscos o discos articulares) entre los huesos, unidos a la cápsula, que sirven para adaptar las superficies óseas y dirigir el líquido sinovial a zonas de mayor fricción. Existen también bolsas de líquido (bolsas sinoviales o bursas), semejantes a las cápsulas sinoviales, que sirven para disminuir el rozamiento entre la piel, los huesos, los tendones, etc., en áreas de alta fricción.

Factores que Influyen en los Movimientos Articulares

La amplitud y tipo de movimiento de una articulación están determinados por varios factores:

  1. La estructura o forma de los huesos que se articulan.
  2. La tensión de los ligamentos articulares.
  3. La disposición y tensión de los músculos que actúan sobre la articulación.
  4. La estructura anatómica general de la articulación y sus tejidos circundantes.
  5. La influencia hormonal, que puede afectar la laxitud de los ligamentos (ej. durante el embarazo).

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