Aplicaciones y Sistemas de Aprovechamiento de Energía Solar: Fotovoltaica y Térmica
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Aplicaciones de la Energía Solar
Las aplicaciones de la energía solar, dejando de lado su utilización en la industria espacial, se pueden clasificar en dos grandes grupos:
- Instalaciones aisladas de la red eléctrica comercial: electrificaciones rurales, aplicaciones agrícolas, señalización y comunicaciones.
- Instalaciones conectadas a la red eléctrica: centrales fotovoltaicas y sistemas integrados en edificios.
Centrales Fotovoltaicas
Las centrales fotovoltaicas están constituidas por placas fotovoltaicas, un equipo ondulador o inversor (que transforma la corriente continua obtenida en las células en corriente alterna) y un transformador (que adecua las características de la corriente alterna a las de la red de transporte o distribución). A veces, disponen de un sistema de acumulación y regulación de la carga para el servicio auxiliar de la central.
Sistemas de Aprovechamiento de Energía Solar de Baja Temperatura
El Efecto Invernadero
Al colocar un objeto al sol, este se calienta y aumenta la temperatura de la superficie que recibe la radiación solar. A su vez, esta superficie emite parte de la energía recibida en forma de radiación infrarroja. El efecto invernadero consiste en colocar una "trampa" a la radiación infrarroja que emite el objeto calentado, de manera que quede retenida dentro del espacio cerrado que contiene al objeto, con lo cual la temperatura del espacio aumenta. Este efecto se consigue cerrando el espacio, simplemente, con un cristal.
Sistemas de Aprovechamiento
Sistemas Pasivos y Arquitectura Bioclimática
En los sistemas pasivos, la captación de la energía solar, el almacenamiento o acumulación, y la distribución de la energía térmica se realizan de forma natural, sin la intervención de ningún elemento mecánico. Estos sistemas son el fundamento de la arquitectura bioclimática.
La arquitectura bioclimática busca la obtención del confort en las viviendas mediante la disposición óptima de un conjunto de elementos arquitectónicos que permitan el aprovechamiento máximo de la energía solar recibida y de las posibilidades de ventilación natural. Sus principios se fundamentan en la utilización y la disposición de materiales con características adecuadas, que forman parte inseparable de la estructura del edificio.