Apoyos Sociales y Familias del Régimen Franquista

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Apoyos Sociales al Franquismo

- Los apoyos sociales mayoritarios: La oligarquía terrateniente, financiera e industrial. Apoyaron la sublevación y la dictadura posterior porque veían en la República un peligro para sus negocios y propiedades. Temían la revolución obrera. También la apoyaron los pequeños propietarios agrícolas de la mitad norte y la masa de funcionarios y beneficiados por el régimen. Los rasgos comunes de todos ellos son: la mentalidad conservadora, defensora de la familia tradicional y católica, de la propiedad privada y del orden público y de la eliminación de la conflictividad laboral.
- Actitud de aceptación pasiva: buena parte de las clases medias urbanas y sectores obreros traumatizados por la guerra y la represión.
- Rechazo del régimen: jornaleros, proletariado industrial, parte de la clase media urbana… Pero una cosa era la disconformidad y otra muy distinta la oposición o la protesta. La represión (cerca de 50.000 personas fueron ejecutadas entre 1939 y 1945), el miedo a ser delatado, la miseria y el hundimiento moral de la derrota desarmaron cualquier posibilidad de reacción durante varios años, y sólo desde 1946 comenzó una tímida resistencia en las zonas industriales de Barcelona, Bilbao y Madrid. Después, la propaganda sistemática exaltando el régimen, el aumento del bienestar económico a partir de las años cincuenta y el relevo generacional, hicieron que parte de esos sectores obreros y campesinos adoptaran una actitud de acomodamiento, de aceptación del régimen y de apoliticismo, cuando no de apoyo directo a la dictadura.

Las "Familias" del Régimen

De entre los sectores que apoyaban la dictadura, Franco extraía sus colaboradores y repartía los cargos políticos. A estos grupos ideológicos o corporativos se les denomina “LAS FAMILIAS DEL RÉGIMEN”. Son:

A) Los Falangistas

Tuvieron mucha influencia en los primeros años, coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial, cuando era dirigente de la Falange Serrano Súñer. Llegó a ocupar un tercio de los altos cargos, direcciones generales y ministerios. Luego, la derrota de las potencias fascistas hizo declinar su influencia, y desde entonces disminuyó el número de falangistas en los sucesivos gobiernos de Franco.

B) El Ejército

Muchos militares que detentaron puestos de responsabilidad en el régimen habían sido colaboradores directos de Franco durante la guerra: Jordana, Varela, Moscardó, Muñoz Grandes, Vigón o el hombre que más tiempo y con mayor fidelidad al dictador permaneció como hombre de confianza, Luis Carrero Blanco. El ejército jamás cuestionó la autoridad de Franco ni su derecho a ejercer el poder.
Durante los primeros años, entre 1939 y 1952, casi la mitad de los altos cargos del Estado eran desempeñados por militares designados por Franco. Después su influencia fue disminuyendo, pero siempre ocuparon las carteras militares y los puesto relacionados con la defensa.

C) Los Católicos

Muchos de los colaboradores de Franco procedían de las asociaciones católicas, únicas permitidas al margen de la Falange. La Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei suministraron dirigentes, en su mayoría jóvenes, y caracterizados por tener un nivel de formación técnica superior al de otras elites del régimen. Estuvieron siempre representados en el Gobierno, y algunos ministerios como Educación, eran tradicionalmente suyas.
Obispos y altos cargos de la Iglesia eran miembros de las Cortes y del Consejo del Reino. Franco nombraba a obispos y cardenales.
A raíz del Concilio Vaticano II, en 1962, se produjo un distanciamiento progresivo entre la jerarquía eclesiástica y la dictadura, que terminó incluso en serios conflictos en los años setenta. Ello no impidió que miembros del Opus Dei se mantuvieran en el poder hasta la muerte del dictador.

D) Los Monárquicos

Defendían la idea de que la dictadura debía dejar paso, terminada la guerra, a la restauración monárquica. Don Juan de Borbón, (hijo de Alfonso XIII), organizó una pequeña corte en Estoril (Portugal) con sus partidarios. A pesar de que Franco se negó a dejar el poder y de que las relaciones entre él y Don Juan eran muy tensas, muchos monárquicos continuaron colaborando con el régimen.
En realidad todas estas familias no eran oficiales. Franco, que no tenía una ideología política clara, no defendió ni protegió especialmente a ninguna, se sirvió de ellas para elegir a sus colaboradores evitando que ninguna acaparara demasiado poder y repartiendo los puestos de forma equilibrada entre ellas.

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